El análisis del día después en La Lupa
«Miles de las personas que fueron a la manifestación son votantes del PSOE»
Rodríguez Braga advierte a Zapatero del coste electoral de la reforma laboral y Pino pide que destituya a Salgado y a Campa
01.10.10 - E. A. | GIJÓN, en El Comercio.
Los líderes sindicales que lograron los mejores resultados de participación del país en la jornada de huelga general reiteraron ayer que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, «debe dar cuanto antes un giro a su política económica». No lo tendrá fácil porque, según explicaron, «está metido en un gran berenjenal y las cosas no cambian de un día para otro», Sin embargo, se mostraron convencidos de que «lo hará seguro».
Justo Rodríguez Braga y Antonio Pino, secretarios generales en Asturias de UGT y CC OO respectivamente, valoraron, en el programa La Lupa, de Canal-10, el día después de la huelga. Ambos coincidieron en que «el éxito de la movilización «debe hacer reflexionar a Zapatero».
Según Rodríguez Braga, «el Ejecutivo ha cometido errores graves, que no son desencuentros puntuales y que a nosotros nos han afectado mucho». Explicó que «en el mes de mayo, a la vuelta de Bruselas, dio un giro de 180 grados a su política económica y lo hizo porque se lo impusieron los fondos de inversiones. Se ha metido en un buen lío, pero hay posibilidades de que salga de él mediante el cambio. Debe hacerlo, aunque tenga que enfrentarse a los fondos que le impusieron esta política tan agresiva, pero tiene miedo a que los mercados vuelvan a actuar».
Para Antonio Pino «cualquier gobierno sensato, que no sea soberbio y tenga inteligencia política y electoral, se tendría que pensar si accede a realizar los cambios que le pedimos después de llevar a cabo esta movilización».
Sobre las razones que les llevan a ser tan optimistas, el líder de UGT señaló que «yo soy afiliado al PSOE y miles de personas que ayer estaban en la manifestación son votantes del PSOE, y para ellos el giro que ha dado el presidente del Gobierno es una auténtica contradicción, un drama y un gran problema. Por eso creemos que lo más factible es que escuche a estos miles de votantes».
Pino fue más allá al señalar que, como primera medida, Zapatero debería poner en marcha una crisis de Gobierno en la que «es necesario que se produzcan cambios en el área económica», y apuntó especialmente a la ministra Elena Salgado y al secretario de Estado de Economía, el asturiano, José Manuel Campa, «que es uno de los firmantes del manifiesto de los cien». El secretario general de CC OO de Asturias, explicó de una forma sencilla cómo se produjo el giro dado por el Gobierno a partir de mayo: «La reforma laboral es un tributo que se paga para que la deuda externa nos salga más barata y evitar que acabemos como Grecia. Zapatero puede seguir haciéndolo, pero pagará un coste electoral muy alto».
Sobre la importancia de haber llevado a cabo la protesta en este momento, como consecuencia de una reforma laboral, «que no servirá para crear empleo», Justo Braga utilizó una imagen muy gráfica, al explicar que «si tenemos un dolor de cabeza y nos quieren quitar un riñón algo tendremos que decir». Para él, el verdadero 'quid de la questión' de la reforma laboral no está en el abaratamiento del despido al rebajar de 45 a 20 días la indemnización, sino que «lo que quiere el empresario es eliminar la causalidad y que el despido sea rápido. No es el dinero lo que les preocupa, sino el tener que explicar y demostrar ante un juez por qué deciden despedir a un trabajador. Están muy equivocados, porque creen que un trabajador contratado y al que pueden despedir con más facilidad es más sumiso y más fiel ante el miedo al despido. Sin embargo un trabajador en estas condiciones es mucho menos productivo que uno que tenga seguridad».
Braga explicó que seguirá habiendo causalidad en los despidos, por lo que el cambio fundamental será que el despido va a ser diferente ya que a partir de ahora los despidos se van a producir por causas económicas y productivas».
Sobre las razones que llevaron a que Asturias haya sido la comunidad autónoma en la que la huelga general tuvo más repercusión de todo el país, Antonio Pino indicó que «en el Principado hay una tradición política, social e industrial muy importante y aquí tenemos la experiencia de que todos los logros se consiguen luchando y trabajando, y esa dinámica no se rompe de la noche a la mañana». Para Rodríguez Braga «también hay otras comunidades con mucha conciencia de movilizaciones como Cataluña, en la que son importantes sus cinturones industriales».
Piquetes
De la actuación de piquetes, el secretario general de UGT indicó que «son consustanciales a las huelgas y si vemos películas de hace 50 años ahí aparecerán los piquetes en las huelgas. Claro que los piquetes de ahora no tienen nada que ver con los de antes. En esta huelga, concretamente, no ha habido percances importantes y los únicos que han salido heridos en algunos altercados fueron, precisamente, los piquetes». Para Pino, «la verdadera coacción en la huelga fue la de los trabajadores que fueron amenazados por los empresarios para que no participaran en la protesta. Dos días después de la jornada, esos trabajadores no pueden decir públicamente que son favorables a la huelga porque temen que haya castigo por parte del empresario».
Pino cree también que «los piquetes, además de estar contemplados por ley y por sentencias judiciales, son imprescindibles porque recibimos llamadas de trabajadores pidiendo ayuda».
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