Neto debate entre la aún no contrastada eficacia científica y su coste

Asturias llega tarde al cáncer de pulmón

El Principado descarta iniciar programas de detección precoz ante la falta de claridad y consenso científico

El 80% de los casos se detectan en fase avanzada, cuando la posibilidad de curación es escasa

22.11.10 - L. FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.

Asturias llega tarde al cáncer de pulmón. El 80% de los casos se detectan en fase avanzada, cuando las probabilidades de tratamiento curativo son escasas. Así lo reconoce el Servicio de Salud del Principado (Sespa) en una guía médica que ha editado con el fin de facilitar herramientas de uso a los profesionales. El documento, en cuya elaboración participaron especialistas y expertos de toda la sanidad asturiana y que recopila diferentes trabajos de investigación, destaca que «el pronóstico y los resultados de los tratamientos oncológicos están relacionados con el estadio en el momento del diagnóstico». Esto significa que el grado de eficacia o de curación de la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía depende en gran medida de lo avanzado que esté el tumor cuando se detecta.

Según la 'Guía de actuación en cáncer de pulmón', cuatro son los niveles empleados por los oncólogos para valorar el alcance y la extensión de un cáncer. El I corresponde al estadio inicial, mientras que el IV se relaciona con el más avanzado. Así pues, una persona a la que se le diagnostique un cáncer de pulmón en la fase I tendrá una supervivencia del 60% a los cinco años del diagnóstico. Sin embargo, la expectativa vital se desploma a un 5% cuando el tumor se encuentra ya en el estadio más alto, el IV.

La mortalidad por cáncer de pulmón es la más elevada de todas las neoplasias malignas. Globalmente, la supervivencia en pacientes afectados por esta dolencia es todavía muy baja: apenas un 11% a los 5 años, de media. Uno de los grandes problemas es que este tumor da pocos síntomas en las fases iniciales.

Tos y molestias al respirar

Los especialistas aconsejan mantener un elevado nivel de sospecha clínica en ciertas situaciones y con pacientes con un alto potencial de riesgo. En este grupo se incluye a personas fumadoras con muchos años de hábito y que presenten a su vez trastornos respiratorios y tos persistente. También quienes tengan expectoración, molestias al respirar, dolor torácico o disfonía.

En Asturias, el cáncer pulmonar sigue siendo una pesada losa. Pese a que la incidencia está bajando en hombres, el fenómeno del tabaquismo en mujeres hará que en unos años la mortalidad se dispare en el sector femenino. El Principado es la segunda comunidad con mayor mortalidad. La primera es Extremadura.

El tabaco es el principal responsable de que cada año 600 asturianos sea diagnosticados de esta dolencia. La nicotina «es capaz de producir este tumor en un 10 ó 15% de las personas fumadoras». Quienes fuman tienen 20 veces más riesgo de padecer este cáncer. Pero no sólo fumar trae peligros. También inhalar el humo del cigarrillo. Ser fumador pasivo no resulta gratuito. «Se estima que el tabaquismo pasivo induce al 25% de los tumores de pulmón no microcíticos (los de células pequeñas) en los fumadores».

La exposición a cancerígenos en el trabajo es la segunda causa. No hay datos concretos de Asturias, pero la OMS considera que entre el 6 y el 13% de estos tumores guardan relación con el ambiente laboral.

Dejar de fumar aparece como principal medida de prevención. Eso y la detección precoz, un asunto espinoso en el que las autoridades y los expertos no se ponen de acuerdo. Asturias, de momento, no desarrollará programas de cribado como el implantado para el cáncer de mama o el que se pondrá en marcha para familiares de personas que hayan sufrido un tumor colorrectal. El Sespa asegura que no existen evidencias científicas suficientes para habilitar un plan de detección temprana del cáncer de pulmón.

En este sentido, recuerda que a comienzos de la década de los noventa se introdujo el TAC de baja radiación, lo que «renovó» las expectativas para establecer un diagnóstico precoz. Salud trae a colación resultados de diversos estudios desarrollados hasta la fecha y asegura que uno de los más famosos, el ELCAP, que utilizó el TAC de baja radiación como test de cribado, «demostró únicamente que este procedimiento puede detectar tumores en estadio I».

La Consejería y los expertos concluyen que a pesar de esas investigaciones, los falsos positivos son frecuentes, lo que acaba perjudicando a personas inicialmente sanas, ya que son sometidas a procesos invasivos para confirmar o descartar la presencia de un tumor que, finalmente, no es tal. De ahí que considere que «de momento no está demostrado que el uso de TAC produzca una disminución en la mortalidad».

Estudio americano

Pero este planteamiento podría cambiar tras conocer los últimos resultados de un macroestudio del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Sus conclusiones eran aguardadas como agua de mayo por oncólogos de todo el mundo. Según este trabajo, realizar un escáner a fumadores podría reducir su mortalidad por cáncer un 20%. Los autores de la investigación llevan 8 años monitorizando a 53.000 fumadores y no fumadores. El TAC parece apuntarse como más eficaz en la detección del cáncer frente a la radiografía de tórax. Expertos de la Clínica Universitaria de Navarra han pedido a las administraciones diseñar un plan para grupos de riesgo. Asturias de momento, lo descarta.