Los equipamientos sociosanitarios de la comarca
Area VII
El Principado empieza a equipar el centro de discapacidad de Turón, concluido hace un año
El complejo será gestionado por la fundación Fasad y dispondrá de 30 plazas para el servicio diurno y un mínimo de 10 plazas de residencia
Mieres del Camino, Julio VIVAS, en La Nueva España
La Consejería de Bienestar Social y Vivienda ha comenzado las labores de equipamiento del centro de discapacitados de Turón, trabajos que se inician un año después de finalizarse las obras de rehabilitación del centro, más conocido como el hospitalillo de Turón. La previsión es que la instalación del mobiliario finalice a lo largo del presente mes, con lo que la apertura del centro será inminente.
En la actualidad, el Principado ya está en conversaciones con los familiares de los futuros usuarios del centro con el objetivo de que la adaptación a las nuevas instalaciones se produzca en óptimas condiciones. Por ello, no se ocuparán de una vez las treinta plazas que están proyectadas, sino que los usuarios acudirán al hospitalillo de Turón de forma progresiva. Así lo afirmó el director de Mayores y Discapacidad del Principado, Alejandro Suárez, quien también confirmó que el centro de discapacitados será gestionado por la Fundación Asturiana de Atención y Protección a Personas con Discapacidades y Dependencias (Fasad). Esta entidad, dependiente del Principado, se ocupa ya de la gestión de otros equipamientos, como los centros de apoyo a la integración de Villalegre y La Arboleya, y el nuevo centro de atención a la dependencia de Candás.
Las instalaciones de Turón sólo ofrecerán al principio el servicio de centro de día, aunque la pretensión del Principado es también ofrecer un servicio residencial, para el que se ofertarán un mínimo de diez plazas. «Es un servicio complementario y se pondrá en marcha en cuanto esté asentado el centro de día, sobre todo porque creemos que algunos de los usuarios del servicio diurno podrían utilizarlo también», apuntó Alejandro Suárez.
El director de Mayores y Discapacidad también hizo especial incidencia en el trabajo con las familias de los futuros usuarios. Suárez explicó que «trabajamos con ellos para diseñar el enfoque del centro, ya que queremos ofrecer un servicio nuevo. También les explicamos por qué tenemos que cubrir las plazas poco a poco, ya que al principio se necesitará una mayor atención para que el usuario se adapte al nuevo entorno». A pesar de tener un número de plazas ya fijado, el Principado desconoce todavía el personal que se necesitará, «dependerá de cómo se vayan ocupando las plazas en el centro y se seguirá siempre la ratio establecida por la ley para ofrecer el mejor servicio posible», argumentó el director.
Además del equipamiento, los técnicos de la Consejería de Bienestar Social y Vivienda procedieron a hacer una revisión de las instalaciones del hospitalillo en el que detectaron dos deficiencias que serán solventadas en los próximos días. Según constataron, no se había completado la conexión a la red eléctrica y había un pequeño problema de humedad. Estos problemas fueron trasladados al Ayuntamiento de Mieres, ya que es la entidad a la que le corresponde solucionarlos, tal y como confirmó el teniente de alcalde de Mieres, Roberto Rodríguez. El edil explicó que «ya estamos trabajando para que el centro tenga suministro eléctrica lo antes posible. En cuanto a la humedad, es debido a una claraboya que quedó mal colocada. Ya hemos avisado a la empresa constructora para que lo arregle porque el edificio se encuentra todavía en garantía».
La consejería de Bienestar Social no ha podido acceder al inmueble hasta este mes debido a que el Ayuntamiento de Mieres -propietario de la parcela- no le había cedido aún los terrenos. Eso se produjo en el Pleno del pasado diciembre, si bien no se ha justificado el retraso en la apertura de las instalaciones desde que terminaron las obras a finales de 2009. En este aspecto, el Gobierno del Principado ha alegado en todo momento que no podían hacer nada con el centro al no disponer de los terrenos.
El desarrollo del centro de discapacitados de Turón ha estado marcado por una larga serie de obstáculos que han ralentizado su ejecución. Las obras del equipamiento arrancaron en 2004 con una inversión de 500.000 euros procedentes del plan complementario del Ejecutivo de Areces para las Cuencas. La quiebra de la constructora adjudicataria de las obras provocó un primer retraso de los trabajos. La demora se dilató aún más cuando el Ayuntamiento de Mieres y el Principado acordaron ampliar la capacidad del centro y destinar 1,2 millones más a la iniciativa, finalizando las obras con cuatro años de retraso.
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