Datos del cierre del pasado año en el Sistema de Vigilancia Epidemiológica
Un año más sin sarampión
Tampoco se contabilizó ningún proceso de rubeola y registró un descenso de la varicela y la tos ferina
23.01.11 - A. VILLACORTA | GIJÓN, en El Comercio.
Las temidas manchas rojas en la piel asociadas al sarampión no se han visto en Asturias desde hace una década, después de que la región cerrase el pasado año sin casos de esta enfermedad contagiosa que, en los episodios más extremos, puede causar inflamación en los pulmones y el cerebro y amenazar la vida de quienes la sufren.
El hecho de que, tal y como confirman los datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica del Principado referidos a 2010, desde el año 2000 no se registre ningún caso autóctono en Asturias es la prueba más palpable de la buena evolución de esta patología en la región, a diferencia de lo que ocurre en otras comunidades.
En Cataluña, por ejemplo, a finales de diciembre las autoridades sanitarias contabilizaron dieciocho casos de sarampión en la región sanitaria de Barcelona. Todos, en pacientes con edades comprendidas entre los 8 meses y los 18 años, excepto tres de entre 30 y 40.
Y lo curioso es que ninguno de los pacientes estaba previamente vacunado: algunos por motivos de edad -ser menores de los 12 meses, edad en que se pone la primera dosis de la vacuna-, algunos porque habían rechazado la vacunación y, en otros casos, porque se trataba de personas que habían llegado recientemente de otros países con distintos calendarios de vacunación. Sin ir más lejos, en Francia hay un brote activo de sarampión que este año ha producido más de 2.000 casos. El 10%, de menores de un año.
En Asturias, en cambio, «la cobertura de vacunación es muy alta», según aseguró ayer Adela Rodríguez, jefa de Pediatría del Hospital de Cabueñes, quien explicó que la administración de la vacuna triple vírica -contra el sarampión, la paroditis, conocida popularmente como paperas, y la rubeola- entre los 12 y los 15 meses es «muy eficaz». Tanto, que ha provocado un descenso espectacular del número de casos en los países desarrollados.
Adela Rodríguez recuerda una anécdota del camino recorrido: «Hace algunos años tuvimos una epidemia de sarampión en Asturias y, al principio, los médicos residentes ni siquiera supieron lo que era porque no estaban acostumbrados a verlos y tuvimos que ser los mayores los que la identificamos».
Vacuna por orden del juez
Con todo, las alarmas siguen surgiendo de cuando en cuando en distintos puntos. Y, en estos mismos momentos, diecisiete personas, todas menores de 19 años, están afectadas por un nuevo brote en la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache, situada a pocos kilómetros de la capital bética.
El anterior brote en Andalucía se detectó en Granada a finales del pasado año y afectó a más de medio centenar de personas. Allí, incluso, el juez ordenó la vacunación forzosa de 35 niños de un colegio del Albaicín para frenar la epidemia.
Pero no solo la evolución regional es positiva en el caso de esta patología. Porque en parecida situación se encuentra la rubeola, de la que tampoco se registró en Asturias ningún caso en todo 2010.
O la tos ferina, de la que se registraron nueve casos en 2009 frente a los dos del año anterior, lo que supuso un incremento de un 350%, pero que volvió a descender de nuevo hasta los dos el pasado año.
Y bajaron también de forma notable los casos de varicela (de los 5.578 registrados por el Servicio de Vigilancia Epidemiológica en 2009 a los 4.172 de 2010). La diferencia es que, en este último caso, según apuntó la jefa de Pediatría del Hospital de Cabueñes, «la vacuna hay que comprarla». Y, por eso, «la tasa de cobertura de vacunación no es muy buena». A lo que se suma, añadió Rodríguez, que «mucha gente considera la varicela una enfermedad banal, cuando no lo es. Y, de hecho, recientemente hemos visto casos bastante graves que se han complicado con neumonías o infecciones oportunistas porque es una patología que disminuye bastante las defensas».
La tuberculosis cae un 75%
En la misma línea de descenso experimentada por el sarampión se encuentra la tuberculosis, una patología cuya incidencia se ha reducido desde 1992 en un 75%, según las cifras que manejan las autoridades sanitarias del Principado.
Así, si 2009 se cerró con 126 casos de la tuberculosis respiratoria y 31 del resto de los tipos, 2010 lo hizo con un ligero repunte de la respiratoria -150 casos- y un leve descenso del resto de los tipos, con 21 casos.
También la hepatitis B es meramente testimonial en la región desde la instauración de la vacunación a los recién nacidos y en la adolescencia, aunque se incrementó en 2010, al pasar de seis casos contabilizados en 2009 a 13. Y algo similar ocurre con la A, en la que la tendencia se revirtió. Asimismo, el tétanos también ha reducido considerablemente su aparición. O las paperas, que han caído casi a la mitad: de 61 casos en 2009 a 38 en 2010.
Y mientras que la gripe se mantuvo en niveles muy similares durante ambos periodos (45.000 casos), al igual que la legionelosis (de 35 se pasó a 29) y que los episodios de meningitis también cayeron de los 20 a los 11, los datos del Principado revelan un curioso incremento: en 2010 hubo casi 10.000 procesos diarréicos más que en 2009.
Aumenta la sífilis, que sumó 103 infectados
23.01.11 – El Comercio.
Las enfermedades infecciosas de transmisión sexual repuntan en Asturias, un tendencia al alza que ocupa y «preocupa» a las autoridades sanitarias del Gobierno regional, según reconoció al hacer balance de los datos de 2009 la directora general de Salud Pública del Principado, Amelia González. Y, a la luz de las cifras de 2010, los expertos en vigilancia epidemiológica de la región no pueden bajar la guardia porque, lejos de haber disminuido, durante el año que acaba de concluir volvieron a experimentar un incremento.
Las autoridades se han declarado «incapaces de pegar un empujón a la baja» a esas patologías que requieren una vigilancia especial y que son de declaración obligatoria por parte de los profesionales sanitarios. Y si infecciones como la sífilis o las gonocócicas se incrementaron un 5% en 2009, en 2010 la primera pasó de 90 a 103 casos y las infecciones gonocócicas, de 50 a 63. Y esos son únicamente los datos declarados, insisten las autoridades de una región en la que cada año se detectan cien nuevas infecciones por VIH.
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