Por Antonio Fuertes Esteban ATTAC Acordem
Evitemos lo peor: exijamos la regulación y control de las finanzas
Publicado en la WEB de ATTAC-España
El Crash de 1929 en la Bolsa de New York debido al estallido de la burbuja especulativa sobre las acciones originó la Gran Depresión en los años 30, que creó el caldo de cultivo para el colapso de la Sociedad de Naciones y la Segunda Guerra Mundial. El Crash de 2008, con la caída de Lehman Brothers, supone otra crisis sistémica global, que como la del 29 se origina en el epicentro del sistema y que también tiene como origen una burbuja especulativa, la conformada por la especulación inmobiliaria sobre los títulos de las hipotecas subprime y los diversos productos financieros derivados.
Las secuelas de esta crisis, en un principio 35 millones de nuevos parados en los países desarrollados, y 120 millones nuevos hambrientos en el Mundo en 2008 al trasladarse la especulación a los alimentos. Posteriormente recortes sociales, aumento del paro y empobrecimiento general de la población en Europa debido a las políticas de recorte presupuestario y medidas de ajuste de los gobiernos impuestas por los criterios de estabilidad del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, y ello después que el déficit y la deuda pública de los estados fueran para cubrir la deuda generada por las malas prácticas especulativas de los bancos.
Ahora las agencias de calificación se erigen en árbitros fraudulentos de la bondad de la deuda de los estados, que tienen que ajustarse a los requerimientos y sacrificios exigidos por los mercados para generar su confianza.
Mientras el norte de África protagoniza su revuelta contra los tiranos, cuyo detonante ha sido el encarecimiento de los alimentos básicos en parte de forma especulativa, esto unido a la falta de libertad y perspectivas de futuro de los jóvenes; los estudiantes y obreros alemanes, italianos, belgas, ingleses se manifiestan.
La ONU es poco más que un espectro y los poderes financieros se imponen a los estados y preparan el desembarco de sus propuestas a través del FMI, el G-8 y el G-20. El dominio de la oligarquía financiera mundial sobre la soberanía popular es aplastante gracias en parte a que los “Boabdiles” de todos los estados entregaron su pueblo a los oligarcas y ahora lloran lo que no supieron o no quisieron defender, la ciudadanía está presa de su capitulación y no le queda sino rebelarse contra el poder del dinero, contra la tiranía de los mercados.
La primera etapa de la actual estrategia de la ciudadanía democrática contra el dominio del capital pasa necesariamente por exigir a nuestros representantes una inmediata y eficaz regulación y control de las finanzas, eso antes de que sea demasiado tarde y el naufragio de la ONU y la falta de cualquier atisbo de gobernanza global, deje definitivamente el campo abierto a los especuladores y desemboque en una nueva gran guerra. No olvidemos que la 2ª Guerra eclosiona en una situación pre-revolucionaria.
Para atajar la crisis actual del capitalismo, que es una crisis sistémica, los estados han de tomar, o en su defecto establecer un riguroso control sobre las finanzas. Eso significa nacionalizar bancos, crear impuestos a las transacciones financieras y acabar con esas cuevas de la opacidad y delito que constituyen los paraísos fiscales.
Para ello la ciudadanía debe de tomar las calles de nuevo.
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