Es tiempo de balances y despedidas: entrevista al Consejero en ASTURIAS24
"No vine aquí a embalsar problemas, vine a resolverlos"
"Una legislatura compleja". Así define Faustino Blanco estos años al frente de la Consejería de Sanidad, el departamento con más peso dentro de la Administración autonómica. Reconoce el consejero que no lo ha tenido fácil pero admite que no es una sorpresa. Lo esperaba. "Tuvimos que tomar decisiones difíciles, dolorosas y exigentes", comenta. Algunas de ellas se desgranan durante la hora y veinte minutos de conversación que se resumen en esta entrevista.
Pablo Zariquiegui, en ASTURIAS24
A punto de terminar la legislatura, le pido un calificativo, sanitariamente hablando, claro.
Una legislatura compleja, pero al final, objetivos razonablemente cumplidos.
A mí se me ocurría otro: convulsa. ¿No sé si me lo compra?
La palabra compleja lo define mejor. Es más equilibrada. Convulsa implica percepciones diversas. En compleja caben muchos matices. Esta legislatura ha sido de una singularidad extrema. Creo que a nadie se le escapa. Un gobierno en minoría, un gobierno que tiene que hacer frente a una crisis muy exigente, que tiene que redactar un presupuesto con un ajuste brutal en un periodo récord, que pasa de una cultura de gasto a una cultura de la eficiencia…
Ahora que se habla tanto de la herencia –todavía hay quien se acuerda de Zapatero-- ¿cómo valora la herencia de Foro Asturias?
Para el pasado quiero mirar poco. Un consejero tiene que hacerse responsable de la situación que recibe. No vale elegir. Lo asumimos todo. En concreto, eso sí, del micropaso de Foro por el gobierno es expresivo el tema del pendrive. Es un tiempo fallido.
¿No tiene la sensación de que Foro, haciendo muy poco, recibió muchas menos críticas?
Cuando uno no interviene se embalsan los problemas y no produce tensiones. No vine aquí a embalsar problemas, vine a resolverlos. Tenía ese mandato y esa responsabilidad. Hubiese sido muy malo para el servicio público asturiano no haber tomado decisiones difíciles pero que dieron estabilidad al sistema y lo hicieron sostenible en el tiempo. Ahora casi nadie discute ya eso, aunque yo sigo diciendo que tenemos todavía riesgos de sostenibilidad altos.
Confiéseme un secreto, ¿por qué Albano Longo, que no tiene precisamente el don de la palabra, consigue sacarle de sus casillas?
Forma parte de cómo cada uno es y de cómo vive cada uno los problemas. Yo no voy a discutir su capacidad de palabra sino en qué espacio se mueve. Se mueve en el espacio de las tripas. Y cuando uno se mueve en el espacio de las tripas en algo tan sensible como la sanidad es difícil tener un debate calmado; cuando se busca el escándalo, la incertidumbre, el hacerse eco del dolor, el jugar con los sentimientos, es muy difícil.
Le pido un breve ejercicio de concisión. Tres cosas que haya hecho bien y tres que haya hecho mal.
Es un ejercicio muy simplificador en algo tan complejo como la sanidad. Yo creo que los ciudadanos deben de juzgar, pero yo no voy a inducir un estado de opinión. Yo someto el ejercicio de responsabilidad al juicio público. Sí puedo explicar por qué hacemos las cosas. Al principio de la legislatura me comprometí a algo que fue explícito. Estábamos en una situación muy difícil y que tenía tres objetivos claves. Uno, garantizar la sostenibilidad del sistema. Dos, que no se perdiera ni cartera de servicios ni se cerraran recursos al ciudadano. Y tres, que el empleo estructural se mantuviera. Y para conseguir esos tres objetivos tuvimos que tomar decisiones que eran difíciles y, en algunos casos, podían ser dolorosas o exigentes. Y además advertí de que, como había que intervenir en el presupuesto, íbamos a exigir mucho a los empleados del sistema. Se lo dije. Y les reconocí también el esfuerzo que estaban haciendo. Y a día de hoy sigo pensando lo mismo. Tengo un enorme agradecimiento al colectivo profesional porque en su conjunto ha entendido la situación y ha respondido a lo que se esperaba.
Ha citado usted lo que ha hecho bien, pero le pido también un poco de autocrítica.
Está en el espacio público. En ese resumen de mi esfuerzo, del esfuerzo de mi equipo, que es un esfuerzo colectivo, están cosas buenas y cosas malas. Nosotros hemos marcado un horizonte y, en ese tránsito, habrá medidas más o menos acertadas; algunas que nos gustarán más y otras que nos gustarán menos. Y eso lo tiene muy presente el ciudadano. Si vamos a esas cosas singulares, que han marcado mucho la legislatura, que han tenido mucho espacio mediático, tendría que citar la huelga de 2012. Es algo que no me merece ninguna satisfacción. Y, lógicamente, podríamos haber avanzado más sobre ese debate. Pero, cuando uno lo mira retrospectivamente, se da cuenta de que las organizaciones tenemos que madurar esos contextos de relación y, probablemente, el tiempo que nos llevó ha sido el de esa maduración… (leer más)
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