Del acto institucional del Día Internacional de las Mujeres, que ayer, adelantado a la fecha del 8 de marzo, se celebró en el teatro de la Laboral
«Igualdad no es igual da»
Areces fija para el viernes la aprobación de la primera ley del país que aúna equilibrio de sexos y lucha contra la violencia de género
Más de 1.200 mujeres participan en Gijón en los actos del 8 de marzo
06.03.11 - CHELO TUYA | GIJÓN, en El Comercio.
«Igualdad no es igual da». El periodista Pachi Poncela, presentador del acto institucional del Día Internacional de las Mujeres, que ayer se celebró en el teatro de la Laboral, resumió con su frase el sentir de los más de 1.200 asistentes. Porque la aseveración, acuñada por él mismo como eslogan de una campaña no sexista años atrás, «suena igual, pero no es lo mismo», insistió Poncela, quien sentenció que «la igualdad es imprescindible en la sociedad».
Ese estribillo fue repetido durante las casi tres horas que duró la fiesta programada por el Instituto Asturiano de la Mujer que, bajo la consigna 'Igualdad con todas las letras', sirvió no sólo para celebrar el día de las mujeres sino también para recordar que la celebración cumple en 2011 su centenario. En contra de las leyendas que han rodeado a la fecha, el 8 de marzo no recuerda que en 1911 fallecieran 140 mujeres quemadas en un incendio en una fábrica textil neoyorkina. Más que nada, porque el terrible suceso tuvo lugar un año después, el 25 de marzo, cuando el 8 ya había sido declarado Día Internacional de la Mujer Trabajadora, tras una reunión feminista en Copenhague.
Humo malva
Eso sí, las 140 fallecidas marcaron para siempre la reivindicativa fecha, no sólo por la magnitud de la tragedia sino también porque las fallecidas habían protagonizado una gran huelga años atrás, en busca de mejoras laborales para las mujeres. Incluso el color malva que desprendía la humareda, debido a los productos químicos que ardieron, es el origen de la vinculación de ese tono a la lucha feminista.
Así lo explicaron la sufragista Jane y la revolucionara Natasha, las protagonistas de una pequeña representación teatral que animó la mañana repleta de discursos y música, en la que los primeros los protagonizaron el presidente regional, Vicente Álvarez Areces; la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso -que debido a una afonía cedió parte del discurso a la concejala de Igualdad y Empleo, Begoña Fernández-; la consejera de Presidencia, Justicia e Igualdad, María José Ramos; la presidenta de la Tertulia Feminista Les Comadres, Begoña Piñero, y la jugadora del Biesca Gijón Marta Soler.
En cuanto al arte, éste llegó de la mano de 'Las CasiCasiotone', de Mariluz Cristóbal, del grupo My Vestal y de la trapecista Laura Bolón, sin olvidar a las charangas que esperaban la llegada al teatro de la comitiva oficial, este año formada, también, por la presidenta de la Junta General del Principado, María Jesús Álvarez; la Procuradora General, Antonia Fernández Felgueroso, y los consejeros de Educación y Ciencia y de Cultura y Turismo, Herminio Sastre y Mercedes Álvarez, respectivamente.
Perenne discriminación
Y, en los discursos oficiales, volvieron a repetirse anuncios ya conocidos, como el de la aprobación de la Ley de Igualdad entre mujeres y hombres y de erradicación de la violencia contra las mujeres, la primera del país que conjuga ambas reivindicaciones y que el Ejecutivo autonómico lleva anunciando desde hace dos años. Si en 2010, en Luarca, Álvarez Areces aseguraba que ese año sería llevada a la Junta, ayer en Gijón fijó la aprobación plenaria: el próximo 11 de marzo.
Aprovechó, también, para hacer balance de sus tres mandatos, doce años en los que, en su opinión, se ha hecho «un ambicioso trabajo por la igualdad». Sin dejar de reconocer que «queda mucho por hacer», insistió Álvarez Areces en que todo lo realizado -la red de casas de acogida, la Casa Malva, el programa Tiempo Propio y el fomento del empleo femenino, entre otros- «no ha sido un trabajo baldío».
Aún reconociendo el esfuerzo, tanto Begoña Piñero como Marta Soler, que siguieron a Areces en el escenario, dejaron claro que «hay que seguir trabajando». Por ejemplo, la presidenta de la Tertulia Feminista Les Comadres ve triste que aún haya que explicar que «queremos que nos valoren por lo que somos, por lo que valemos, por lo que hacemos, no por nuestro aspecto ni por nuestros morritos».
La deportista, por su parte, fue un paso más allá y, tras empezar tímidamente -«me impresionó saber que iba a estar aquí, pero desayuné un pastel de chocolate y ya tengo energía para todo»-, protagonizó el discurso más reivindicativo: «La sociedad sigue pensando que a las mujeres no nos gusta el deporte y no sólo no es cierto, sino que somos muy buenas, pero eso no importa. Todavía hay mucha discriminación».
Lo de ayer en Gijón no será lo único que suene a 8 de marzo en toda Asturias. El Instituto Asturiano de la Mujer ha programado diferentes actividades, como la proyección de 'Ágora', de Alejandro Amenábar, en el auditorio de Oviedo; la conferencia itinerante 'Mujeres astrónomas: obstáculos y éxitos', hasta el 31 de abril; el monográfico 'Mujeres y hombres en Asturias 2011', presentado mañana; jornadas sobre 'Liderazgo empresarial en femenino', los días 15 y 16 en Avilés; además de exposiciones y jornadas de coeducación. Y todo porque, para muchos, aún igualdad es sinónimo de igual da.
Cien 8 de Marzo en clave reivindicativa
El acto institucional del Día de la Mujer fija en el empleo el reto para lograr la integración social de las féminas en igualdad de condiciones
Gijón, C. JIMÉNEZ, en La Nueva España
Lograr la plena integración de las mujeres en el mercado de trabajo en igualdad de condiciones. Bajo esta premisa y con el foco puesto en el empleo, considerado todavía una brecha de desigualdad, Gijón se convirtió ayer en el centro de las reivindicaciones de los actos institucionales del Día de la Mujer, que se celebra de manera oficial el 8 de marzo desde 1911 tras una decisión de la Conferencia Internacional de las Mujeres Trabajadoras que se había desarrollado el año anterior en Copenhague.
Cien años después de aquellas primeras reivindicaciones en clave femenina, las mujeres vuelven a alzar la voz para manifestarse en contra del trabajo precario. Ayer fueron más de 1.200 las que se reunieron en el teatro de la Laboral bajo el lema «Igualdad con todas las letras», en representación de la multitud de trayectorias profesionales a las que las mujeres deben aspirar a ejercer en igualdad de condiciones respecto a los hombres. «El sexo no puede ser una limitación en la selección de personal en ninguna empresa», subrayó el presidente del Gobierno regional, Vicente Álvarez Areces, cuyo discurso coincidió con el de la consejera de Presidencia, Justicia e Igualdad, María José Ramos, en que no es posible construir un modelo social sostenible «si dejamos de lado a la mitad de la población».
Sobre la mesa se pusieron cifras como el incremento experimentado desde 1999 en los fondos destinados a planes de igualdad: «Se han multiplicado por seis», indicó el jefe del Ejecutivo regional. También se refirió Areces a la subida en once puntos en las tasas de actividad, de 12,6 puntos en las tasas de empleo y la reducción de casi un 10 por ciento de las cifras de desempleo. «Al cabo de estos doce años, Asturias tiene 62.650 nuevos puestos de trabajo ocupados por mujeres», agregó el Presidente.
También se refirieron al empleo en sus intervenciones la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, y su concejala de Empleo e Igualdad, Begoña Fernández, que ejerció de portavoz del Ayuntamiento ante la afonía de la regidora local. «No es posible hablar de progreso sin mujeres», defendió la edil.
A perseverar en esa lucha animó igualmente el candidato socialista a la Presidenta del Principado, Javier Fernández, quien considera que todavía queda mucho por hacer, «especialmente en la conciliación de la vida familiar y laboral y en la plena integración de la mujer en el mercado laboral». Cuestiones todas ellas en las que incidieron en la parte más festiva del acto -con música en directo- las protagonistas de una pequeña representación teatral: la sufragista Jane y la revolucionaria Natasha, que rememoraron los inicio de la conmemoración del 8 de Marzo en Estados Unidos y Rusia. «Me da rabia por aquellas mujeres que lucharon por unos derechos que ellas no pudieron disfrutar», se lamentó Jane.
Ya en la parte final del acto, buena parte de los agradecimientos de la jornada se dirigieron hacia la regidora gijonesa, «por haber mirado a la ciudad con ojos de mujer comprometida», y a la consejera de Presidencia «por haber sabido sintetizar la lucha por los espacios y concienciar para que la reivindicación de la igualdad siguiera adelante». Esas aspiraciones -«entre la incomprensión y las críticas, en ocasiones»- se verán plasmadas también en la próxima aprobación del proyecto de ley del Principado de Asturias para la igualdad entre mujeres y hombres y para la erradicación de la violencia contra las mujeres. El documento, que se debatirá en el Pleno de la Junta General el próximo viernes, 11 de marzo, se presenta como una ley «novedosa», a juicio de Álvarez Areces, «porque aúna en un solo cuerpo normativo dos materias: la igualdad entre hombres y mujeres y la violencia de género».
Pese a todo, un siglo después de aquel primer 8 de Marzo las mujeres de la Tertulia Feminista «Les Comadres» de Gijón confirman que siguen persiguiendo «utopías». A saber: igualdad en empleo siguiendo la máxima de más trabajo más salario; presencia en los lugares de toma de decisiones y decidir cuándo y cómo ejercer el derecho a ser madres. «No pararemos hasta conseguirlo», zanjó la presidenta del colectivo, Begoña Piñero.
Cuentos de Iris Díaz y Jorge Bucay para reflexionar sobre la lucha femenina
«Vivo en una casa malva» es uno de esos cuentos que hacen pensar y reflexionar. La historia, firmada por Iris Díaz Trancho, que ayer leyó la consejera María José Ramos, presenta a un niño que vive en una casa especial, una casa entre cuyas paredes se siente protegido y feliz y puede olvidar una infancia triste. Se trata del centro de atención integral para las mujeres, la «Casa Malva» de Gijón, que sirve de refugio a las víctimas de maltrato y sus hijos.
Los aplausos volvieron a repetirse cuando la jugadora del Biesca Gijón Hockey Club Marta Soler reivindicó la igualdad en todos los órdenes de la vida. En su caso apuntó hacia el mundo del deporte, donde sólo un 10% de los entrenadores, gestores y presidentes de federaciones son mujeres. Pese a la precariedad de los inicios deportivos de las féminas frente a los niños, la deportista echó mano del cuento de «Las ranitas en la nata» de Jorge Bucay que anima a tener fe en uno mismo y a no desistir de las luchas personales.
La filósofa Amelia Valcárcel también se posicionó contra la brecha de la desigualdad en uno de los testimonios que se proyectaron para recordar la primera década del Instituto de la Mujer: «El machismo mata, empobrece y atonta», remarcó.
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