Facturación a terceros en el área sanitaria V sobre la que había y hay bastante relajación
Salud refuerza el control del cobro de los servicios sanitarios que presta a las aseguradoras
La gerencia del área V duplica en un año la facturación a terceros derivada de accidentes de tráfico y laborales
A. RUBIERA, La Nueva España
La gerencia de Atención Primaria del Área V (Gijón, Carreño y Villaviciosa) se ha tomado muy en serio los planes regionales de contención y control del gasto sanitario. Y los apura al máximo de sus posibilidades. Si en 2010 fue capaz de reducir casi tres millones de euros su gasto de gestión (principalmente atribuibles a las medidas regionales de reducción de los sueldos del personal y a la mayor facturación de fármacos genéricos), en Gijón también se está haciendo algo más de «caja» en el apartado de la facturación a terceros. Esto es, en la repercusión que tiene para las aseguradoras y mutuas la atención que se presta en los centros de salud de la red pública cuando se trata de accidentes de tráfico, accidentes laborales o cualquier otro proceso cuyo abono le corresponde a una entidad privada. Aunque el volumen de recuperación es pequeño con relación al gasto total que tiene un área como el de Gijón, lo cierto es que los progresos son notables. Así, en las cuentas de la gerencia de Atención Primaria del Área V consta que el objetivo marcado para el año 2010, en lo relativo a esa facturación a terceros, rondaba los 60.000 euros. Sin embargo, lo que se facturó finalmente fueron 166.260 euros. De esa cantidad, a fecha de 31 de diciembre, se habían cobrado 138.998 euros.
La satisfacción se considera lógica si se tiene en cuenta que esos datos suponen un 228% de mejora sobre el objetivo, y un 204% de variación al alza entre 2009 y 2010. En el año 2009 se habían facturado a mutuas y aseguradoras 93.047 euros.
Según el gerente de Atención Primaria del área V, Antonio Molejón, «pese a que el volumen de dinero del que hablamos es pequeño en comparación con el presupuesto total que manejamos en la gestión de toda la red de centros de salud del área, lo cierto es que estamos contentos de los progresos que se han hecho. Es un incremento notable y, está claro, todo cuenta».
Molejón explicó que ha sido gracias a la colaboración prestada por el área de Inspección Médica de Gijón como se han podido recuperar unas partidas de dinero que se corresponden con abonos que no deben asumir ni la sanidad pública ni el paciente implicado, sino «un tercero, que está obligado al pago. Hablamos, por ejemplo, de compañías de seguros que responden ante accidentes laborales, ante accidentes de tráfico y demás». Las tablas que se aplican por cada atención prestada (primera consulta, sucesivas, alguna prueba complementaria...) son conocidas y se publican anualmente en el BOPA.
«Este año hubo un esfuerzo de coordinación con el área de Inspección Médica de Gijón, que ha sido muy fructífero», señaló Molejón. Principalmente se han podido cruzar datos, muchos de ellos tras las correspondientes sentencias judiciales, y recuperar abonos por asistencias que si bien se habían atribuido inicialmente a contingencias comunes, finalmente se podía determinar que eran accidentes laborales o casuísticas de tráfico.
«Gracias a que se nos notifican esos cambios de contingencia se ha permitido repescar y facturar toda aquella atención previa que se había hecho desde el ámbito de Atención Primaria y que en realidad le correspondía a la mutua correspondiente. Hemos hecho especial hincapié en ese control y ha dado sus frutos de manera notable», sostiene el gerente. Para Antonio Molejón es evidente que «si nosotros no estamos atentos y promovemos una labor activa no serán otros los que vayan a decirnos que nos deben algo; ésas son facturas que antes alguien se ahorraba. Pero si hay coberturas que están dependiendo de aseguradoras, lo lógico es que se hagan cargo de ello y no repercuta en la Administración».
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