Asturias salta a la era de la sanidad digital
La informatización del HUCA culminará la modernización de los hospitales en 2012
Jarrio estrena la receta electrónica
La Voz de Asturias. 18/04/2011/ Susana D. Machargo Oviedo
Pronto a los pacientes les sonarán a chino términos que tradicionalmente se asocian a la sanidad. Forman parte de esos clásicos al borde de la extinción el volante con el que el médico de familia remitía al enfermo a un especialista, las recetas por duplicado con la copia para el farmacéutico y la clásica cartilla, hoy convertida en una moderna tarjeta sanitaria. No es ciencia ficción ni una mera cuestión teórica. La medicina sin papeles ya es una realidad en Asturias.
La historia unificada del paciente, el expediente digital en el que constan todas sus consultas, pruebas y diagnósticos, está completamente implantada en cinco de las ocho áreas sanitarias asturianas y en el resto está en trámite. Casi el 100% de los centros de salud de Primaria está informatizado y conectado a la misma red que Especializada. En el Principado no se revela ni una sola radiografía (excepto en el HUCA), así que los médicos las estudian a través de su ordenador. Y la primera receta electrónica se expedirá en mayo en el área de Jarrio.
Nuevos hitos El contrato para la digitalización del HUCA, junto con la habilitación de un gran centro de respaldo informático para todo el sistema de salud asturiano, (una especie de gigantesca copia de seguridad) salió a concurso el año pasado. Tiene un coste de 42 millones y estará completamente terminado para 2012. En cuestión de semanas arrancará este mismo trabajo en Cabueñes y poco después en el Álvarez Buylla de Mieres, primero en el hospital actual y después en el que se está construyendo. También en 2011 se hará en Cruz Roja, en Gijón.
La crisis económica, que ha servido como excusa en los dos últimos años para justificar multitud de recortes, no ha pasado factura en este caso a la modernización de la sanidad asturiana, que ha entrado de cabeza en la era digital. Así lo explica el director general de Calidad e Innovación en Servicios Sanitarios, José Ramón Riera, que ofrece números que avalan sus palabras.
A principios de 2006 se adjudicó el primer gran concurso de su departamento, por un importe de 20 millones de euros, para digitalizar toda la historia clínica y todas las imágenes diagnósticas, desde una radiografía a un electrocardiograma, una ecografía o una monitorización fetal. Este trabajo ha entrado en su recta final. Aunque los cuatro años de vigencia del contrato ya concluyeron, la empresa adjudicataria solicitó una prórroga (sin coste adicional) para completar los trabajos que, finalmente, estarán listos también en cuestión de días.
Parece, por tanto, que mayo será un mes clave para que Asturias se sumerja definitivamente en la era de la sanidad digital, con proyectos que se estrenan y otros que comienzan a germinar.
¿Qué es lo que se pretender con toda esta modernización? Riera responde: “Tener a disposición toda la información clínica de un paciente en una base de datos. Y esa información es todo lo que se hace con ese paciente, ya sea en Atención Primaria, en Especializada o en Salud mental. Cualquier interacción que el paciente tenga con el sistema sanitario”.
Acceso remoto Eso supone que el paciente también podrá disponer libremente de su historial. Si los plazos que se manejaron inicialmente se hubieran cumplido esto ya sería una realidad, ya que la fecha de lanzamiento prevista era marzo de 2011. Pero este es un proyecto auspiciado por el Ministerio de Sanidad que ha sufrido demoras por problemas en la aplicación de los sistemas informáticos.
Se denomina Proyecto de Historia Clínica y ha sido financiado mediante el Plan Avanza con fondos procedentes de la Unión Europea. Las comunidades que están en la línea de salida, junto con Asturias, son Valencia, Baleares, Castilla La Mancha y La Rioja. Sólo la última ya ha hecho una experiencia piloto. Este sistema permitirá que los ciudadanos que tengan un certificado electrónico expedido por la Administración consulten sus informes de alta hospitalaria, de enfermería, de urgencias, radiología, laboratorio o de Atención Primaria. “El paciente, sentado en su ordenador, podrá abrir unos PDF en los que estarán estos datos”, explica José Ramón Riera.
Otro paso más será la telemedicina, que para el director general de Calidad e Innovación “será la auténtica revolución”. En este campo los vascos son los más adelantados, pero en Asturias ya se ha hecho algún avance. Por ejemplo, los diabéticos del área sanitaria I que necesitan realizar periódicamente una prueba de fondo de ojo ya lo pueden hacer en su centro de salud sin tener que acudir a especialistas en otras localidades. Del mismo modo que existe la teledermatología, que de forma experimental también se implanta en Jarrio. Esto supone que mediante imágenes de las lesiones el especialista puede hacer un diagnóstico sin que el paciente tenga que desplazarse. “Este será el verdadero elemento vertebrador de la sanidad pública”, explica Riera, que admite que es el eje de la sanidad digital que está menos extendido.
Su generalización choca con la escasez de recursos y también con la necesidad de fijar prioridades. Asturias ha apostado en primer lugar por otros servicios.
El balance Riera hace balance de todo lo conseguido hasta ahora. La historia unificada del paciente está implantada en las áreas sanitarias de Jarrio, Avilés, Cangas del Narcea, Arriondas y en el Valle del Nalón, Adaro y Primaria de la comarca del Nalón. En el área de Oviedo sólo la tiene el Monte Naranco, que fue el centro piloto, y en Gijón está disponible en Jove y Primaria. En Especializada el sistema que se utiliza se denomina Selene. En Primaria es el Omi. La información está disponible para todos los centros o departamentos conectados y permite desde la solicitud de consultas de una red a otra hasta el estudio de las pruebas diagnósticas, que ya no se emiten en papel. Incluso existen modernos programas que transcriben directamente la voz.
El HUCA será el buque insignia de la sanidad asturiana, pero lo cierto es que el sistema ha asumido ya un proceso de modernización que ha supuesto una auténtica revolución para la medicina.
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