Por Carlos Martínez García de ATTAC Andalucía
La indignación debe seguir… pero mejor organizados
No son buenos los análisis de urgencia, pero sí creo se puede afirmar que la socialdemocracia española, convertida al socioliberalismo, se ha hundido ella sola. Lo que queda de la socialdemocracia en el estado español sigue el paso de sus hermanas europeas y, por primera vez, pierde cientos de miles de votantes que se echan en brazos de la derecha, pues para fotocopia, mejor el original.
Parafraseando a Mitchels, la oligarquía socioliberal, imponiendo su ley de hierro, ha dejado muy dañado, averiado y varado el barco de Pablo Iglesias, a fuer de hacerlo irreconocible con su fundador. Este grupo dirigente es responsable y lo primero que debe hacer es dejar de mirar por encima del hombro y con autosuficiencia a quienes desde hacía tiempo advertimos lo que ocurriría y que, finalmente, ha ocurrido. Y que no olviden que en el Reino de España, las municipales siempre son la antesala de las generales.
Por su parte, Izquierda Unida, si bien ha subido algo en porcentajes y concejales, no ha hecho lo suficiente, y también debe entender que su endogamia la mata y la hace menos creíble. Escúchese pues la voz, el clamor de las plazas, pero de forma sincera, y téngase claro que el pensamiento crítico y transformador está en los movimientos cívicos antineoliberales a los que debe apoyar y de los que puede aprender. Y es que si algo ha crecido en la izquierda claramente, ha sido Bildu. Tomen nota todos y todas.
¿Dónde está la Izquierda?. Si entendemos izquierda en su sentido etimológico, es decir la ciudadanía en la Revolución Francesa, la Izquierda está en las plazas exigiendo sus derechos, su libertad y fraternidad, y construyendo una Revolución ciudadana.
La calle está haciendo una revolución ciudadana a la que hay que escuchar, apoyar y entender. Pero DRY y el movimiento 15M en las distintas plazas del estado español también tienen una obligación, y es la de no aislarse, la de no construir un nuevo vanguardismo alejado de un pueblo hoy por hoy todavía muy alienado y temeroso, desvertebrado, desconfiado y, si bien muy ilusionado con la exigencia de democracia, real y ya, todavía espectador. No se puede cansar a trabajadoras y trabajadores en asambleas eternas, con propuestas muchas veces difícilmente realizables. Para consolidar el movimiento hay que pensar que también es bueno lograr pequeños triunfos.
Así pues atención a los nuevos elitismos, ojo con actitudes que pueden hacer felices por unos días a minorías muy concienciadas y alternativas, pero que no enganchan con quienes buscan respuestas a su angustiosa situación actual. Utopía y Realismo deben actuar de forma simultánea.
Hay que articular una amplia alianza antineoliberal. Es necesario tejer una Coalición de Resistencia frente al neoliberalismo, reaccionando a nivel europeo, no solo en el Estado Español. Hay que seguir en la calle, por que la respuesta neoliberal a la crisis será empobrecer aún más a las clases populares y trabajadoras , robando a los pobres para dárselo a los ricos.
Los sindicatos deben cambiar. Deben entender que los nuevos movimientos como los surgidos de las protestas del 15 de Mayo, han sacado sin su ayuda más gente que nunca a las calles, incluso al margen de ellos y criticándolos. Así pues, a los sindicatos hay que pedirles humildad y cambio, porque o están con los de las plazas, con las indignadas e indignados, o con la patronal: no hay medias tintas.
La respuesta está en fortalecer los movimientos sociales creando un nuevo populismo de izquierdas, y para ello las Mesas de Convergencia o la red de convergencia social es un buen instrumento hacia la implementación de un Poder Ciudadano.
ATTAC, a través de sus comunicados, trabajos de investigación, difusión y formación ha construido un magnifico corpus doctrinal, acertando en todas y cada una de sus propuestas y advertencias; pero únicamente ha sido escuchada por la izquierda alternativa y transformadora, aunque eso es más que suficiente para comenzar.
El gobierno tiene la obligación de escuchar otros análisis o seguir el dictado de banqueros y “mercados”, que no solo le está llevando al suicidio político, sino a algo peor: a dificultar aún más la vida del pueblo que le aupó al poder.
Salvando a la banca y hundiendo a las familias, los autónomos y a las personas solo se logra la infelicidad e inseguridad general, pero no reactivar la economía. Reactivación que solo podrá venir con un paradigma económico diferente: el “buen vivir” general y no el lucro de especuladores y banqueros, se disfrace como se disfrace.
Por tanto, hay que tener confianza y seguir trabajando. Estamos acumulando fuerzas y construyendo el nuevo pueblo de izquierdas, gracias al impulso que ha supuesto Democracia Real Ya!! Ellos han logrado lo que otros no conseguíamos hace años, y es movilizar la indignación.
Pero ahora que somos actores políticos tenemos ante nosotros una gran responsabilidad, porque nos toca plantarle cara a la derecha directamente y de frente. Los movimientos cívicos y sociales debemos hacerlo, no por una lucha de poder político en el sistema, sino por defender a las clases populares de aún más neoliberalismo y recortes sociales. No podemos jugar con la gente, pues esto no es un fuego de campamento, sino la lucha por cambiar ese barrio injusto, ese centro de trabajo opresivo, el empleo precario y mal pagado, la cultura ramplona y chabacana, el consumismo irresponsable, la cola del paro sin esperanza, la hipoteca que angustia, el poder ilimitado y cruel de la banca.
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