Hasta no verlo en letra impresa, los sindicatos desconfían
El Gobierno reformará los convenios a partir del preacuerdo de los agentes sociales
Los empresarios piden que el decreto ley no sea «demasiado light» y los sindicatos recuerdan que los cambios impuestos «nunca» han funcionado
Foto: Méndez y Toxo, ayer en la Universidad Complutense durante la toma de posesión del nuevo rector. :: EFE
El Comercio. 04.06.11 - DANIEL ROLDÁN | MADRID.
Una reforma de la negociación colectiva que busque la flexibilidad interna de las empresas, pero que no suprima los derechos de los trabajadores. Así será el nuevo marco que aprobará el próximo viernes el Consejo de Ministros a partir del preacuerdo que los agentes sociales alcanzaron antes de las elecciones y que al final no cristalizó en un pacto acabara con este contencioso por el cambio de postura de la patronal.
«El Gobierno va a coger la base del acuerdo que estuvo a punto de cerrarse entre los sindicatos y los empresarios», explicó el vicepresidente primero al término de la reunión del gabinete que analizó un primer borrador de la reforma elaborado por el Ministerio de Trabajo. Alfredo Pérez Rubalcaba detalló que elaborará esta modificación «necesaria» del mercado de trabajo a partir de los pactos alcanzados por los agentes sociales y las premisas marcadas durante los casi cuatro meses que han durado las conversaciones.
Los agentes sociales desconfían, no obstante, del documento que prepara el Ejecutivo. La patronal solicita que no se apruebe una modificación «demasiado light», ya que presupone que el mercado de trabajo actual necesita cambios urgentes y de gran calado.
Mientras, los sindicatos recuerdan que las reformas impuestas nunca han funcionado. «El Gobierno debería de hacer las cosas en términos de equilibrio con la realidad de las relaciones laborales en nuestro país», subrayó el secretario general de UGT, Cándido Méndez.
El máximo responsable de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, aconsejó que se revisen «un poquito» las hemerotecas antes de «precipitar las decisiones». En 2002, el entonces vicepresidente económico, Rodrigo Rato, trató de pactar una reforma de la negociación colectiva. El sindicalista recordó que al final no fue posible y «se salió con otras iniciativas». Por esa razón, pidió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que recapacite antes de actuar y que no se deje aconsejar por «algunos pretendidos amigos».
Ayer, el titular de Trabajo, Valeriano Gómez, presentó al Consejo de Ministros un primer informe. Fuentes gubernamentales conocedoras del documento constataron que el texto persigue mantener el equilibrio entre las necesidades de las compañías y los derechos de los empleados. Busca dar más protagonismo a la negociación colectiva en el ámbito de la empresa y aumentar las medidas de flexibilidad.
Sobre la vigencia de los convenios -la tan traída y llevada 'ultraactividad'-, el documento apuesta porque cuando expiren los acuerdos laborales y las partes no consigan acordar su renovación, las diferencias se solucionen mediante comisiones paritarias o se opte por el arbitraje.
Razones desconocidas
Tras una ruptura cada uno cuenta sus razones para explicar esta decisión. Casi nunca coinciden e incluso a veces son contradictorias. La negociación colectiva no ha sido una excepción.
Un día después del anuncio del desacuerdo, patronal y sindicatos trataron de justificar el por qué del fracaso. El presidente de CEOE, Joan Rosell, acusó a las centrales de «querer entrar» en el funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas, pero Méndez negó que existiera esa pretensión. Y los sindicatos culpan a las directrices marcadas por la patronal madrileña de dar un golpe de timón en CEOE.
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