Otro caso en el que se aplica el principio jurídico de la pérdida de oportunidad terapeútica
Condenan a Castilla y León por la muerte de una niña con leucemia
El Gobierno regional tendrá que pagar 84.500 euros a los padres al no haber diagnosticado a tiempo la enfermedad
05.08.11 - EFE | MADRID.
La Junta de Castilla y León deberá pagar 65.000 euros más los intereses de demora, lo que eleva la cantidad a 84.500 euros, a los padres de una niña que murió con 12 años por leucemia, una enfermedad que no le diagnosticaron a tiempo, según el Defensor del Paciente.
La condena se refiere a hechos ocurridos en noviembre de 2004 y a la «pérdida de oportunidad terapéutica» de la menor fallecida por leucemia, «como consecuencia de un diagnóstico tardío por parte del Hospital Clínico de Valladolid», según las mismas fuentes. La resolución judicial del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León establece el pago de la indemnización por los daños y perjuicios sufridos por los padres.
Fue el 1 de noviembre de 2004 cuando llevaron a la pequeña al servicio de urgencias del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, aquejada de dolor en la extremidad superior izquierda y manchas dolorosas al palparlas. La remitieron a la consulta de Dermatología al día siguiente, donde le practicaron una analítica y una biopsia de la mancha eritematosa.
Tres días después, los padres acudieron a la consulta de su pediatra, quien les dijo que la niña sufría una infección vírica, sin prescribir ninguna prueba diagnóstica. Por la tarde, regresaron a urgencias del Clínico, ya que la niña presentaba febrícula y síntomas de fatiga y tos.
Fue el 8 de noviembre, ante los síntomas cada vez más graves, lo que llevó a los padres a acudir con la niña de nuevo al pediatra del centro de salud, donde les recriminaron su insistencia en la sintomatología de la niña, ya que eso mismo estaba afectando a la menor al aumentar su estado de ansiedad. El 9 de noviembre, el padre insistió de nuevo sobre la gravedad de su hija cuando acudió solo a la consulta de pediatría, desde la que le remitieron con un parte de asistencia a los servicios de urgencia del Clínico.
Ante esta situación, los progenitores recurrieron a la medicina privada y les explicaron que la pequeña necesitaba ingreso urgente en un centro hospitalario por su gravedad, donde finalmente se le diagnosticó una leucemia. La niña murió el 11 de noviembre de 2004 en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Clínico de Salamanca, ya que dado el avance de la enfermedad no pudo hacerse nada por salvar su vida.
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