La contaminación ya está considerada por la OMS como la decimotercera causa de muerte en todo el mundo
La contaminación incrementa los ingresos por insuficiencia cardiaca
Un ensayo con cerdos permite recuperar corazones infartados inyectando genes
Madrid / Valencia, Agencias
Los pacientes con insuficiencia cardiaca sufren un mayor número de ingresos hospitalarios a causa de la contaminación atmosférica, según un estudio llevado a cabo por el Hospital Universitario de Canarias y el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña (CIAI), ambos de Santa Cruz de Tenerife.
Este análisis se realizó en una muestra de 3.229 pacientes, todos ellos ingresados por insuficiencia cardiaca o por síndrome coronario agudo. Los expertos concluyen que la exposición a partículas ultrafinas, presentes especialmente en las emisiones de los automóviles, es mayor en las personas afectadas por patologías cardiacas. Según Alberto Domínguez-Rodríguez, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la contaminación debe considerarse un factor de riesgo cardiovascular «modificable y emergente». El doctor ha apostado por que se lleven a cabo acciones destinadas a reducir la emisión de partículas ultrafinas a la atmósfera, mediante el uso de vehículos eléctricos o híbridos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado la contaminación como la decimotercera causa de muerte en todo el mundo. Sólo en España, se producen alrededor de 18.000 muertes anuales a causa de la contaminación atmosférica, cifra que, según los expertos, aumentará de forma progresiva en los próximos años si no se toman medidas al respecto.
Por otra parte, investigadores de la Universidad de Valencia, en colaboración con el Hospital Clínico de la capital, han desarrollado una nueva técnica para recuperar el corazón después de haber sufrido un infarto, que consiste en la inyección directa de genes en el músculo cardiaco.
En el desarrollo de estas investigaciones, los expertos intervinieron a un cerdo, al que le habían provocado un infarto, para inyectar los genes directamente en el órgano cardiaco y de así probar los efectos de la terapia génica en un corazón porcino, muy similar al humano. Tras la intervención, el animal será sacrificado para analizar el corazón y, de conseguirse un resultado positivo, «estaríamos a tan sólo un paso de su aplicación a los humanos», aseguró el director de las investigaciones y catedrático en Farmacología, Salvador Aliño.
Según Aliño, se trata de «una técnica novedosa que permitiría reducir los riesgos de recaída existentes tras un ataque».
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