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El Simpa advierte de que «solo un milagro evitará una huelga en sanidad»
El Sindicato Médico decidirá el próximo miércoles si convoca un paro en contra de la ampliación de la jornada y los recortes
Foto: La comisión permanente del SIMPA reunida ayer por la mañana.
31.08.12 - LAURA FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.
«Un milagro». Eso es lo que necesita la sanidad asturiana para que en octubre no haya huelga. La advertencia viene del Sindicato Médico (Simpa), que estos días apura la estrategia de protesta ante los recortes que se avecinan en el sistema sanitario público asturiano, y que mermará, y mucho, las retribuciones de los facultativos, además de «poner a cientos de eventuales en la calle», asegura. Ángel Colmeiro, presidente de la Sección de Atención Especializada del Simpa, no ocultó ayer las intenciones de la central médica, que atesora varios paros a sus espaldas. El último, el protagonizado en octubre de 2006 para la implantación en Asturias de la carrera profesional, que dejó incremento de entre 3.000 y 12.000 euros, en función de la antigüedad de cada profesional. Pero el paro más sonoro fue el protagonizado por todos los estamentos hace ahora diez años, cuando los hospitales y centros de salud estuvieron paralizados dos meses en demanda de incrementos salariales y de reducción de jornada, casualmente, los mismos conceptos que ahora perderán con los recortes. «Tiene que producirse un milagro para que no haya huelga», afirmó Colmeiro, sin más rodeos. «La gente nos está llamando desde los hospitales y centros de salud y nos piden que hagamos algo ya mismo, que esto no se puede tolerar».
Y lo que no se puede tolerar, según el Simpa, es que «los médicos vuelvan a ser los más perjudicados por el ajuste». Porque la ampliación de jornada en sanidad, una regulación que desde mañana, sábado, obligará a realizar 37,5 horas semanales en lugar de 35, «es una reconversión sanitaria encubierta». Para Colmeiro «el problema no es hacer dos horas y media más a la semana o que desaparezcan las peonadas, sino que pretenden que los facultativos hagamos guardias por la cara o que quiten los descansos tras la guardia».
El Simpa estima que el aumento de horarios, que convertirá la actual jornada anual de 1.519 horas en otra de 1.650, «habrá médicos que perderán entre 6.000 y 8.000 euros al año». También dejarán de percibir otros muchos conceptos retributivos, como el complemento de tarde que cobran aquellos facultativos de más de 55 años que no hacen guardias. Además, la regulación del Sespa «pondrá en la calle a muchos compañeros eventuales» y dejará en manos de la gerencia la organización de la jornada. «La propuesta que llevaron a la mesa sectorial es bien clara: puede que una semana tengas que trabajar de mañana, otra de tarde, otra de noche y otra, mitad y mitad. Una locura», comentaba días atrás el secretario general del Simpa, Antonio Matador.
El próximo miércoles, día 5 de septiembre, el Sindicato Médico celebrará un ejecutivo donde «decidiremos qué vamos a hacer, pero insisto, tiene que haber un milagro para que no convoquemos un paro», insistió Colmeiro. Sobre la ausencia de los médicos en el encierro que el resto de sindicatos sanitarios (CC OO, UGT, Satse, Sicepa-Usipa y Usae) mantienen en el Servicio de Salud, el Simpa aseguró ayer que apoya la medida, ya que los recortes «son una agresión que nos afecta a todos». La central de los facultativos dice tener su propia estrategia, que «seguramente acabará convergiendo con el resto de sindicatos».
El Sespa intentaba anoche llegar un acuerdo 'in extremis' con los encerrados
31.08.12 - L. FONSECA | OVIEDO, en El Comercio.
Tras unas primeras horas de entente cordial entre Administración y manifestantes, el encierro que los sindicatos sanitarios mantienen en el Servicio de Salud del Principado (Sespa), en Oviedo, en protesta por la ampliación de jornada, se tensó ayer cuando la consejería optó por impedir que los sindicalistas «entren y salgan del edificio como si estuvieran en su casa», indicaron fuentes de la Administración. La decisión se adoptó para evitar que se produjeran relevos.
El encierro se inició a las nueve de la mañana del miércoles, cuando cerca de treinta delegados irrumpieron en la sede del Sespa con la intención de 'tomar' la gerencia. Quince representantes de CC OO y UGT, así como de los llamados sindicatos profesionales (Sicepa-Usipa, Satse y Usae), pasaron la noche del miércoles en la sala de juntas. Tras 24 horas de encierro, su intención «es seguir hasta que den marcha atrás o se avengan a negociar», explicó Francisco Menéndez, de Sicepa-Usipa.
Las primeras horas de la protesta discurrieron sin mayor tensión. De hecho, los encerrados se habían reunido el miércoles con una comitiva de Sanidad para trasmitirles sus reivindicaciones: «Esperábamos que nos dieran una respuesta hoy -por ayer-, como se habían comprometido». Pero lo que llegó primero no fue la contestación oficial sino una orden para que «encerrado que sale, no vuelve a entrar». La decisión se producía horas después de que la propia Administración enviara unos bocadillos (fue en la noche del miércoles) a los encerrados. Tras «ese buen rollito, ahora nos quieren cerrar el grifo. Pero vamos a aguantar», alertaron. Pasadas las siete de la tarde de ayer, eran una docena los delegados que pertrechados con mantas se preparaban para pernoctar por segundo día en el Sespa. «De aquí no nos movemos, así que ya verán qué hacen», decía, retador, Alejandro González, de CC OO. Por su parte, Margot Marqués, del Sindicato de Enfermería, y María José Fernández, del de auxiliares, lamentaron la poca voluntad negociadora de Sanidad.
Pese a los primeros contactos mantenidos, uno de ellos el mismo miércoles a las once de la noche cuando se acercó hasta el Sespa el director de Recursos Humanos, Tomás Mendoza, los sindicalistas continúan considerando la baja ponderación de la jornada de turnos como uno de los principales escollos. Los afectados se muestran pesimistas respecto a la posibilidad de encontrar una solución.
También las plazas vacantes
Al cierre de esta edición, los representantes sindicales mantenían una reunión con una delegación de Sanidad encabezada por Tomás Mendoza y a la que, ya pasadas las once de la noche, se incorporó la gerente del Sespa. El encuentro arrancó pasadas las ocho de la tarde. «La perspectiva no es buena», indicaron fuentes sindicales. Sanidad mantiene una ponderación de jornada «altamente lesiva y, por lo que nos han avanzado, los recortes afectarán también a la plantilla de eventuales que están cubriendo una vacante», explicaron. En el caso de los médicos, el Sespa quiere que 'paguen' el incremento de jornada haciendo guardias los sábados o que donen el coste de esas horas para crear una bolsa de formación. Los sindicatos encerrados temen que Sanidad «esté negociando por detrás con los médicos. No sería la primera vez», dicen.
Los sindicatos echan un pulso a Sanidad
Los representantes de los trabajadores, salvo el SIMPA, permanecían reunidos anoche con los dirigentes de la Consejería, aunque sin demasiadas expectativas
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ, en La Nueva España
Cada cual a su manera, los sindicatos sanitarios de la región diseñan sus estrategias para un conflicto que presumen largo y duro y que, a juicio de las organizaciones sindicales, puede perfectamente traducirse en una nueva huelga en el sector a partir de octubre.
¿Motivo? La reforma de la jornada laboral impulsada por el Gobierno regional, cuyo núcleo es la ampliación de 35 a 37,5 horas del programa de trabajo semanal. Unos consideran inaceptable que suponga un recorte en la contratación de eventuales -con el consiguiente aumento del desempleo-, y sostienen que tal y como está concebida aumenta la carga de trabajo mucho más de lo que exige la normativa aprobada el pasado mes de abril por el Ejecutivo central. Otros -los médicos- estiman que lo que más lesiona sus intereses es el epígrafe relativo a las guardias y enfatizan que en los dos últimos años han perdido más de un 30 por ciento de su salario.
Sin ni siquiera haber finalizado el mes de agosto, la batalla está en marcha. Responsables de todas las centrales, excepto la que representa a los facultativos, permanecen desde la mañana del miércoles encerrados en la sede del Servicio de Salud del Principado (Sespa) a la espera de una propuesta del Gobierno asturiano que satisfaga sus demandas.
Anoche, al cierre de esta edición, los sindicatos estaban negociando con tres representantes de la Administración. Además del director general de Innovación Sanitaria de la Consejería, Enrique González, participaron en la reunión el director de servicios sanitarios («número dos») del Sespa, Aquilino Alonso Miranda, y el responsable de recursos humanos de este organismo, Tomás Mendoza.
El encuentro comenzó pasadas las ocho y media de la tarde. Dos horas más tarde, durante uno de los recesos, las expectativas de algunos portavoces sindicales no iban demasiado lejos. «Están ofreciendo muy poca cosa», indicó uno de los negociadores. Las condiciones del personal que trabaja a turnos centraba una de las diferencias más relevantes entre lo que se pedía y lo que se daba.
Para hoy, a las cinco de la tarde, las organizaciones sindicales tienen convocada una concentración en la ovetense plaza del Carbayón. UGT y Comisiones Obreras forman parte, al menos por el momento, de la movilización, junto a los sindicatos de enfermeros (SATSE-Asturias), auxiliares de enfermería (USAE) y celadores (SICEPA-USIPA-SAIF).
Entre tanto, el Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) está ultimando su propio programa de reivindicaciones, que en breve se traducirá en la celebración de asambleas en los centros sanitarios, con la pretensión de ir caldeando el ambiente.
Unos y otros pronuncian la palabra «huelga» como posibilidad más que factible. Y apuntan como responsable de la misma a la Consejería de Sanidad, y a su nueva regulación de la jornada laboral, que consideran una «reforma encubierta» que va «mucho más allá» de lo que estipula la normativa auspiciada por el Ejecutivo central con el fin de reducir el gasto sanitario.
«Aunque no estamos participando en el encierro, nos sentimos solidarios con los otros sindicatos, pero entendemos que el documento aprobado por el Gobierno asturiano es especialmente lesivo para los médicos», explicó ayer Antonio Matador, secretario general del SIMPA. A juicio del Sindicato Médico, el departamento que dirige Faustino Blanco «se ha extralimitado» a la hora de aplicar en Asturias el incremento de la jornada de trabajo de los empleados públicos.
En la mañana de ayer, la sede del SIMPA presentaba una actividad intensa, muy distinta de lo que venía siendo habitual en los últimos días de agosto de cualquier año precedente. Allí estaba reunida la comisión permanente del consejo ejecutivo del sindicato. El calendario ya está determinado. El próximo lunes, reunión de la sección de atención primaria; el martes le tocará a la de atención especializada, y el miércoles, al consejo ejecutivo en pleno. «Y, a partir de ahí, asambleas informativas en los hospitales, los centros de salud y donde sea», indicaron los dirigentes del Sindicato Médico.
Los responsables del SIMPA lamentaron «la escasa voluntad negociadora» del equipo que dirige Faustino Blanco y enfatizaron que la nueva regulación incurre en «una confusión entre jornada ordinaria y jornada complementaria» que también perjudica a los facultativos de atención primaria.
«Todo es negociable excepto las libranzas posteriores a las guardias», afirma el SIMPA
Los médicos sostienen que en los dos últimos años han visto reducido su salario más del 30% y acusan al Principado de extralimitarse con la nueva norma
Oviedo, P. Á., en La Nueva España
«Todo es negociable, excepto las libranzas posteriores a las guardias», explicó ayer Antonio Matador, secretario general del Sindicato Médico de Asturias (SIMPA), en su análisis de la reforma de la jornada laboral impulsada por la Consejería de Sanidad. Los dirigentes del sindicato se hallaban a la espera de la publicación de la nueva normativa en el «Boletín Oficial del Principado» (BOPA).
Hasta el momento actual, y en términos generales, un facultativo que cubre una guardia que concluye a las ocho de la mañana suele irse a casa entre una y dos horas más tarde, una vez que ha dado el relevo a sus colegas y los ha puesto al corriente de las incidencias acaecidas durante la noche.
Con la nueva regulación en la mano, el SIMPA entiende que el Gobierno regional suprime esa posibilidad. Más en concreto, interpreta que el médico puede irse a casa, pero queda obligado a «recuperar» las horas que deja de trabajar esa mañana. ¿Recuperarlas cuándo? «Tendremos que recuperarlas por las tardes, o sea, trabajar por las tardes gratis, o bien nos las descontarán del sueldo», subrayaron Ángel Colmeiro y Javier Alberdi, responsables del sindicato.
Esta medida «rompe un pacto tácito que teníamos con el Sespa desde que el Principado asumió las transferencias sanitarias», señaló Matador, quien agregó que «siempre fueron los gestores socialistas los que dijeron que nunca plantearían este cambio».
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