El fracaso de otra de las empresas emblema de la reactivación del Valle del Nalón
Alas Aluminium despedirá a más de 40 obreros durante este mes al no aparecer inversores
Los administradores anuncian a la plantilla que liquidarán la empresa antes de fin de año si no encuentran una firma dispuesta a reflotar la factoría de Ciaño
Langreo, L. M. D., en La Nueva España
Los administradores concursales de Alas Aluminium anunciaron al comité de empresa de la aluminera que seguirá adelante con su plan de despidos progresivos ante la «falta de avances» en las negociaciones con un posible inversor que apueste por reflotar la compañía. De esta forma, y tal y como indicaron los representantes de los trabajadores, está previsto que este mismo mes de septiembre la plantilla, que actualmente está compuesta por 84 obreros, se reduzca hasta tener entre «30 y 40 trabajadores». Todos ellos están sometidos a un expediente de regulación de empleo (ERE).
El portavoz del comité de empresa, José López, explicó que el pasado viernes mantuvieron una nueva reunión con los administradores concursales de Alas Aluminium. En el encuentro los responsables de la empresa anunciaron a los trabajadores que, tras dos meses -julio y agosto- aguardando por novedades en la búsqueda de un inversor y sin despedir a más trabajadores, la compañía «no podía seguir teniendo los 84 trabajadores que quedábamos». A lo largo del mes de septiembre la plantilla irá adelgazando hasta quedar únicamente en «30 y las 40 personas, aproximadamente», apuntó López. En la reunión quedó claro que «no hay noticias de la existencia de inversores, ni de negociaciones que puedan reflotar la empresa a corto plazo. Por eso nos dijeron que hay que seguir adelante con los despidos en la empresa».
La situación en Alas Aluminium es «muy complicada, cada vez más». El portavoz del comité de empresa anunció además que la intención de los administradores de la aluminera es la de ir «despidiendo progresivamente a toda la plantilla» a lo largo de los próximos meses para, si la situación sigue igual, iniciar el proceso de liquidación de Alas antes de que acabe el año. «La empresa está abocada a la liquidación», señaló José López, que afirmó que los administradores consideran «que sólo una vez libre de cargas, es decir, sin trabajadores, los inversores empezarán a interesarse por Alas». Si esto ocurre, a los trabajadores les gustaría poder negociar «algún tipo de convenio» que recoja que, en caso de que una empresa compre Alas y contrate personal, se eche mano «de los empleados de la compañía». La situación es similar a la de Venturo XXI, cuando desde la antigua Consejería de Industria se llegó a afirmar que la posibilidad de reflotar la empresa sería más fácil si esta no tuviera «cargas» (trabajadores). Sin embargo, al menos en este caso, ninguna compañía se interesó por la cartográfica del valle de La Güeria, en la que el proceso de liquidación sigue adelante.
Alas Aluminium acumuló, entre 2005 y 2010, 58,5 millones de euros en pérdidas. Desde que se puso en marcha el proyecto, en 2002, sus promotores recibieron 16 millones de euros en ayudas para poder poner en marcha la factoría, que se levantó en la escombrera del pozo María Luisa. La empresa entró en concurso de acreedores a principios de este año. En junio, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Oviedo dio luz verde para que los administradores concursales comenzaran a despedir a parte de la plantilla de Alas, que en esos momentos era de 258 trabajadores. A mediados de mes se hacía efectiva la rescisión de contrato de 174 trabajadores. El resto, 84, permanecen en plantilla, pero regulados de empleo, a la espera de que pudiesen cristalizar las hipotéticas negociaciones con un socio inversor que reflotase la aluminera. La última reunión con los administradores ha traído malas noticias para los trabajadores, porque el plan de despidos iniciado en junio va a hacerse efectivo a partir de este mes. Antes de final de año Alas, que llegó a tener más de 300 trabajadores incluyendo subcontratas, no tendrá a nadie en plantilla.
La caída de Alas
Año 2005
La empresa comienza a producir perfiles de aluminio.
2006
La factoría es ampliada y llega a los 300 empleados contando subcontratas. En total recibió 16 millones de fondos mineros para su instalación en Ciaño.
2009
Las cuentas en la empresa no salen. A principios de año se negocia un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal que afecta a toda la plantilla. Una vez finalizado, en octubre, se lleva a cabo una huelga por un despido improcedente y porque se quiere llevar a cabo una nueva regulación.
2010
A principios de año se pone en marcha un nuevo ERE para toda la plantilla. La producción está prácticamente paralizada.
2011
La situación llega al límite. La empresa entra en concurso de acreedores y un ERE afecta otra vez a toda la plantilla. En junio hay 174 despidos y ahora se planea la liquidación.
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