Acto de apertura del curso académico 2011-2012
Álvarez-Cascos anuncia que el traslado de Medicina se hará de forma inmediata
Otro plan estrella es la creación de un Instituto Iberoamericano para conectar Asturias con la emigración
Cree prioritaria la reordenación de «los centros universitarios dispersos por la capital»
10.09.11 - AZAHARA VILLACORTA, OVIEDO, en El Comercio.
«Mi presencia en este acto significa un cambio». Era la primera apertura oficial de un curso universitario para Francisco Álvarez-Cascos y así lo hizo notar ya en el arranque del discurso pronunciado ayer por el presidente del Principado en la Biblioteca del Edificio Histórico del «alma mater asturiana» ante el máximo responsable de la institución académica, Vicente Gotor, y decenas de revestidos con toga, birrete y muceta, la semicapa de color con la que se diferencian las distintas disciplinas universitarias. Tradición obliga.
«Los asturianos no han depositado en nosotros su confianza mayoritaria para que todo siga igual, sino más bien para todo lo contrario, para promover un cambio profundo en el rumbo de los asuntos públicos que abra nuevos horizontes de progreso y de bienestar», alejó enseguida cualquier afán personalista. Y, dentro de ese giro «que demanda la ciudadanía», apuntó el presidente del Ejecutivo regional, «uno de los motores tiene que ser la institución universitaria».
Ese fue el eje de una intervención en la que el presidente del Principado desgranó las líneas maestras de su política universitaria, con la que pretende «alcanzar la mejor sintonía» y «la mayor armonía con los órganos rectores de la Universidad de Oviedo», un buen entendimiento que quedó patente en la complicidad de los gestos entre él y el rector, Vicente Gotor, a quien ofreció la lealtad del Principado.
Una nueva política que está basada no en un giro, resumió, sino en tres: «Un cambio espacial para modernizar y transformar el Campus de Excelencia, un cambio direccional para situar la Universidad de Oviedo a la vanguardia de la incorporación de Asturias a la sociedad del conocimiento y un cambio vocacional para que la Universidad vertebre la nueva Asturias a los dos lados del Atlántico, incorporando nuestro municipio número 79, el de los asturianos de la diáspora, a nuestros comunes intereses sociales, culturales y económicas».
El primero de ellos, el que Cascos denominó «cambio espacial», está basado en la reordenación de los espacios universitarios que forma parte del plan estratégico del proyecto de Campus de Excelencia Internacional, una reestructuración que el Gobierno de Foro Asturias considera fundamental.
Al margen de los ambicioso objetivos a largo plazo, esa reordenación, precisó ayer Cascos, «tiene como prioridad el Campus de Ciencias de la Salud en el entorno del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias».
«La necesidad de modernizar y concentrar los centros dispersos en la trama urbana de Oviedo convierte en estratégica su planificación, tanto desde el aspecto de la apertura y aprovechamientos de los espacios de la nueva ciudad resultante como desde el diseño espacial y funcional de la trama integrada por las nuevas ubicaciones universitarias proyectadas», afirmó, no sin reconocer que «el proceso planificador es largo y el proyecto de ejecución lo es aún más». Pero, en todo proyecto, hay un «instante cero», defendió. «Y ese instante cero tiene que producirse con la nueva ubicación de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, tarea que la Universidad y el Principado debemos de acometer con carácter inmediato, con fase primera del plan estratégico global que abarcaría la totalidad de los centros universitarios dispersos por la capital».
El segundo cambio de rumbo debe ser «direccional», porque, según Cascos, «las nuevas luces jovellanistas que necesita Asturias se encuentran en el camino de la investigación de la innovación». Pero lo cierto es, dijo, que «el impacto colectivo de nuestra investigación está aún lejos de los resultados deseables» y que, en España, la inversión «se traduce en resultados, en patentes y citas, entre cinco y diez veces por debajo de países de nuestro entorno». A lo que se suma que «ninguna universidad española figura entre las cien primeras en los rankings de calidad». Conclusión: «Nuestra investigación, básica y aplicada, no es un referente significativo, supone un coste desproporcionado y está vertebrada en una dispersión muy mejorable».
Ante este realidad, «en tiempos donde los recursos económicos tendrán que sufrir recortes», propone «abordar en Asturias una transformación, un cambio gradual, modulando mucho mejor cómo utilizar nuestros medios de la forma más eficaz, en la visión prioritaria de creación de valor añadido, que es la vía imprescindible para impulsar el crecimiento del país».
Y, finalmente, el «cambio vocacional», que tiene como «objetivo estratégico» crear «un Instituto Pedagógico Iberoamericano cuya matriz sea la Universidad de Oviedo y que cuente con la colaboración activa de la sociedad y de las empresa asturianas» para «fomentar las relaciones académicas y de todo tipo entre las naciones de ambas orillas del Atlántico». Una propuesta formulada por el 'Grupo de Oviedo' hace ya un siglo, la «universidad asturiana de las dos orillas», y recuperada ahora por Cascos.
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