A punto para empezar a tratar pacientes
Radiaciones en 3D contra el cáncer
El equipo de radioterapia dispone ya del visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear y se prevé que empiece a funcionar «en breve»
El nuevo acelerador del IMOMA podrá tratar tumores hasta ahora inabordables
27.11.11 - LAURA FONSECA | OVIEDO, en El Comercio.
El nuevo acelerador lineal que el Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (IMOMA) abrirá en pocos días podrá tratar casos hasta ahora inabordables. Los tumores que más se benefician de esta tecnología son aquellos ubicados junto a órganos o tejidos sensibles y de riesgo, como pueden ser el corazón, los nervios ópticos o la mismísima médula espinal, debido a los potenciales efectos colaterales de la radiación sobre ellos. Cánceres de cabeza y cuello, pulmón próstata, o recto, son ejemplos de tumores próximos a órganos de riesgo. Este acelerador permite incluso tratar tumores que han sido radiados previamente.
La configuración de este nuevo equipo es «única en el mundo», explica a EL COMERCIO el director del IMOMA, Rubén Cabanillas. Esta característica le convierte no sólo en un acelerador de ultimísima generación, sino en una excepcionalidad tecnológica dentro su categoría. Sólo hay unos pocos equipos «similares, aunque no iguales, en Suiza, Estados Unidos y en un centro especializado de Canadá», precisa Alberto Pérez, jefe del Servicio de Radiofísica del instituto.
La sofisticada máquina, de la que no hay otra igual en España (ni siquiera en la Clínica Universitaria de Navarra, según confirmó posteriormente este periódico), «combina la tecnología de varios aceleradores diferentes» indica Santiago Vilar, responsable del Servicio de Oncología Radioterápica. El resultado ha sido el 'TrueBeam STX Powered by Novalis', que dispone de lo último en radioimagen y también en radiación. El acelerador lleva incorporadas diferentes herramientas que le permiten, además de radiar el tumor de forma hiperprecisa, hacer reproducciones en 3D de la zona afectada por el cáncer. También puede realizar un TAC del enfermo durante la sesión de radioterapia. «Todo ello sincronizado con la respiración del paciente, lo que hace que el daño a los tejidos cercanos sea mucho menor».
Menos tiempo
Pero uno de los aspectos más importantes «es que se acorta el tiempo durante el cual estamos liberando radiación. De los quince minutos que duraba antes un tratamiento, siete correspondían al tiempo de liberación de radiación. Con este acelerador podremos suministrar el tratamiento en menos de un minuto», abunda el radiofísico Alberto Pérez.
Más certero, hasta seis veces más veloz y mucho menos tóxico que uno convencional. El acelerador del IMOMA echará a andar en breve. Las instalaciones, ubicadas en las inmediaciones del Centro Médico, en Oviedo, disponen ya de la preceptiva autorización del Consejo de Seguridad Nuclear. La previsión es que puede tratar unos 400 pacientes anuales.
De momento, funcionará en turno de mañana y se centrará en pacientes de compañías de seguros médicos, pacientes privados y aquellos que derive excepcionalmente la sanidad pública. Cajastur, que junto al Grupo Masaveu y Medicina Asturiana, conforman las tripas del IMOMA, puso el nuevo área de radioterapia a disposición de Servicio de Salud del Principado (Sespa). Lo hizo el pasado 27 de octubre, por boca de su presidente Manuel Menéndez, durante un acto de calado donde se presentó oficialmente el acelerador. El acuerdo aún no ha sido cerrado.
Un brazo mecánico de mil kilos de peso y una camilla robótica de alta precisión
27.11.11 - L. FONSECA | OVIEDO, en El Comercio.
El paciente, en bata, entra en el búnker y se echa sobre una camilla situada bajo el cañón del acelerador. A partir de ahí, la máquina hace todo los demás. Antes de iniciar la sesión de radioterapia, el brazo del acelerador lineal, que pesa mil kilos y es capaz de hacer giros de 360 grados durante cada sesión, se encarga de comprobar que el enfermo está en su sitio y que la zona tumoral a radiar es la precisa. En pocos segundos dibuja un mapa tridimensional del paciente. Lo escanea al detalle, por fuera y por dentro.
La mesa robótica sobre la que está recostado el enfermo tiene seis movimientos diferentes. El tratamiento no se inicia hasta que la zona que va a ser radiada está en el punto exacto de mira. El acelerador del IMOMA puede administrar radiaciones con una precisión inferior al milímetro. «En algunos aspectos puede cambiar el paradigma del tratamiento en pacientes hasta ahora considerados incurables como son los oligometastásicos o con un número escaso de lesiones metastásicas. Son personas que ahora se trataban con quimioterapia paliativa», explica Santiago Vilar.
El equipo también permite «distribuir las dosis de forma hasta ahora impensables». Gracias a sus sistemas de planificación, sobre todo, «la radioterapia de intensidad modulada, se puede radiar la zona afectada con una alta dosis y preservar las áreas sanas». Las radiaciones pueden suministrarse «en forma de donut preservando el centro y la periferia o con una distribución cóncava o convexa. Se podrán tratar tumores cercanos a estructuras muy críticas, con órganos de riesgo muy cercanos como pueden ser nervios ópticos, corazon y médula. También cánceres con formas muy abigarradas y tumores que se ven afectados por los movimientos respiratorios», detalla este especialista.
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