Ya disponible en el catálogo de PCAIs (Programas Clave de Atención Interdisciplinar) impulsados por la Consejería
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Los expertos asturianos piden controlar el cáncer de colon a partir de los 50 años
Un documento consensuado señala que la colonoscopia debe ser la prueba ordinaria, aunque supeditada a la disponibilidad de recursos
Foto: Una colonoscopia en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ, en La Nueva España.
El cáncer de colon debe ser vigilado en la totalidad de la población que ha cumplido 50 años, y la colonoscopia (una cada diez años) debe convertirse en la prueba diagnóstica ordinaria, aunque su uso estará supeditado a la disponibilidad de recursos.
Éstas son dos de las principales conclusiones de un documento de consenso que, en una versión preliminar, acaba de ser elaborado por los especialistas asturianos sobre este tipo de tumor y difundido a través de «Astursalud», página web de la Consejería de Sanidad del Principado. El informe revisa y actualiza otros anteriores. En uno de ellos, se indicaba que «un porcentaje significativo» de las colonoscopias que se practican en los hospitales asturianos «no están adecuadamente indicadas o justificadas», una circunstancia que origina «una sobrecarga innecesaria de esta actividad».
El cáncer colorrectal es una de las neoplasias más frecuentes en el mundo desarrollado. En Asturias viene siendo el segundo tumor en mujeres, tras el de mama, y el tercero en varones, tras los de próstata y pulmón. En el registro de tumores del Principado correspondiente al año 2010, se recogieron 1.184 casos de cáncer de aparato digestivo: 734 en hombres y 450 en mujeres. «Es, por tanto, el aparato o sistema, junto con piel, con mayor número de tumores», precisa el informe.
Se estima que el riesgo de que desarrollen un cáncer de colon los individuos con un familiar de primer grado afectado por esta enfermedad «es 2-3 veces superior al de la población general». Desde 1991, la incidencia aumenta a un ritmo del 3 por ciento al año en varones, y del 1,5 por ciento al año en mujeres. Asturias registra unas 450 muertes al año por cáncer colorrectal. La supervivencia a los cinco años en España fue del 52,5 por ciento entre los diagnosticados en 1995-1996, y del 61,5 por ciento para los detectados en el período 2002-2004. Según los expertos, este incremento de la supervivencia puede estar relacionado con el desarrollo de la detección precoz y la mejora de los tratamientos.
El citado documento, abierto a nuevas sugerencias y aportaciones, señala que sus páginas contienen «una recopilación bibliográfica de recomendaciones clínicas realizada por un grupo multidisciplinar de profesionales sanitarios que participan en la atención de pacientes con cáncer colorrectal». Estas recomendaciones «han sido sometidas a un proceso de evaluación, consenso y adaptación a la realidad asturiana». El informe forma parte del catálogo de PCAI (programas clave de atención interdisciplinar) impulsado por la Administración sanitaria.
En el cáncer de colon y recto, el epígrafe más controvertido suele ser el referido a los programas de detección precoz, pues la localización temprana suele determinar el éxito de los tratamientos. De modo más o menos acertado, se establece una relación entre estos tumores y los de mama, y se plantea la conveniencia de poner en marcha programas de cribaje similares a los basados en la realización de mamografías en las mujeres.
El informe de consenso afirma que el objetivo del cribado dentro del cáncer de colon se centra en reducir tanto la incidencia (mediante la detección y resección de los adenomas) como la mortalidad. «Hay suficientes pruebas que aseguran que la detección de sangre oculta en heces (SOH) con periodicidad anual y bienal es eficaz en el cribado del cáncer de colon. La sensibilidad se incrementa si la prueba de detección de SOH se realiza con periodicidad anual», indica.
El documento evalúa más procedimientos de localización. «La sigmoidoscopia también es eficaz como prueba de cribado del cáncer de colon», destaca el informe, que añade que, por el contrario, «no existe evidencia» de la eficacia del enema opaco. Entre tanto, «la combinación de detección de SOH y sigmoidoscopia no parece que sea más eficaz que cada una de ellas por separado».
Los autores del trabajo se muestran concluyentes al subrayar que «el cribado de cáncer de colon debería poder efectuarse a todos los individuos sin factores de riesgo adicionales a partir de los 50 años de edad». Y prosiguen indicando que la elección del método de cribado más adecuado (detección de SOH anual o bienal y/o sigmoidoscopia cada 5 años o colonoscopia cada 10 años) «depende, entre otros factores, de la aceptabilidad y de la disponibilidad de recursos».
«La población que vaya a someterse a las pruebas de detección previamente deberá estar informada sobre el beneficio-riesgo de las mismas», apostilla el documento.
Consejos contra el cáncer de colon y recto
El programa de atención al cáncer colorrectal elaborado por los especialistas asturianos recoge, entre otras, las siguientes pautas y recomendaciones:
Moderar el consumo de carne roja, procesada o en contacto con el fuego. Procurar una dieta rica en fibra, vegetales y fruta.
Detección de sangre oculta en heces con periodicidad anual o bienal.
El cribado debería realizarse a partir de los 50 años a todos los individuos sin factores de riesgo adicionales.
En los pacientes sospechosos de enfermedades como la poliposis adenomatosa familiar o cáncer de colon hereditario no polipósico se recomienda consejo genético.
Se aconseja la colonoscopia como método diagnóstico, pues permite además la toma de biopsias y polipectomías.
Se recomienda que el tiempo medio de espera no sea superior a cuatro semanas desde que se realiza el diagnóstico hasta que se interviene.
La radioterapia y la quimioterapia deben formar parte del tratamiento, antes y/o después de la cirugía en el cáncer de colon estadio III y rectal en estadios II y III.
Los pacientes deben ser sometidos a un programa de seguimiento posterior al tratamiento que permita la detección precoz de recidivas o de progresión de la enfermedad.
Las personas en la fase final de vida por su enfermedad deben recibir cuidados paliativos de forma precoz.
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