El adelanto institucional del Día de la mujer trabajadora que, oficialmente, es este próximo jueves

Ni víctimas ni supermujeres

Cuatro triunfadoras celebran el 8 de marzo diciendo no a las cuotas y sí a los sueldos igualitarios

«Nuestro gran problema no es la natalidad. Es el 55% de las asturianas que no trabaja»

04.03.12 - AZAHARA VILLACORTA, GIJÓN, en El Comercio.

«Tengo un trabajo que me encanta y la vida que quería tener». Detrás de esa tarjeta de presentación hay mujeres. Mujeres que tienen éxito en lo personal y en lo profesional. Que viajan, hablan idiomas, dominan las nuevas tecnologías y se sienten realizadas. Que ganan dinero. Mucho dinero, incluso. Que tienen hijos, parejas y no están dispuestas a pedir permiso. Cuatro triunfadoras que se han ganado a pulso lo que tienen -alguna «feminista y activista, de izquierdas»- cargan contra las servidumbres que imponen las cuotas y reclaman sueldos igualitarios. Es su particular manera de celebrar el Día Internacional de la Mujer: rompiendo «mitos como el de la superwoman y el de la víctima». «Timos de la estampita», dicen. «Vivimos en una sociedad de una exigencia extrema: tienes que trabajar, tener 27 titulaciones, ser la madre y la esposa perfecta, pesar 45 kilos y entrar en una talla 36. Y, además de todo eso, tienes que no desquiciarte. Y eso es imposible», sostiene la abogada Ana María Muñiz, que tampoco cree en la discriminación positiva: «Yo tendré que trabajar el triple que los demás para llegar, pero a mí nadie me pone cara de que vengo recomendada o de que vengo por una cuota».

«Como si no hubiese suficiente discriminación en otros sentidos», ironiza la directiva Paula Regales. Porque, dice, lo que debe contar es la valía, el talento. «Nunca el sexo».

«Las cuotas me molestan y me ofenden», abunda otra ejecutiva, Yolanda González, que defiende que «la verdadera brecha es la salarial»: «Que las mujeres sigamos ganando menos que los hombres es algo totalmente injusto, aunque tiene tan fácil solución como hacer cumplir la ley». Las cifras cantan: un informe reciente de CC OO desvela que los asturianos cobran, de media, un 23% más por hora trabajada que las asturianas realizando la misma actividad.

Yolanda pone un ejemplo de cómo la imposición puede resultar «nefasta»: «El último Gobierno socialista era infumable. Sólo por conseguir la cuota hubo ministras absolutamente incompetentes. Si mi objetivo es tener al mejor, me da exactamente igual que sea una mujer o un hombre».

También la exconsejera Elena Carantoña se muestra muy crítica en este sentido: «El discurso feminista de estos últimos años ha estado completamente monopolizado por las mujeres del PSOE. Y, encima, por una rama muy concreta del PSOE: la de Bibiana Aído, Leire Pajín, la propia Fernández de la Vega. Y, en mi opinión, nos han hecho un daño enorme a las mujeres. A todas. Primero, creando esa imagen de la mujer víctima, que es totalmente falsa y que, además, convierte a las mujeres en seres quejicas que están todo el rato pidiendo que alguien les resuelva sus problemas. Y, segundo, abandonando por completo a quienes más lo necesitaban, a las mujeres con menos recursos, que son quienes realmente lo pasan mal». O lo que es lo mismo, apunta Yolanda González: «Concilia mejor quien puede permitirse pagar a alguien que la ayude en casa que quien no puede».

En su opinión, «la clave para que las mujeres avancemos es formación, formación y formación. Que no dejemos pasar las oportunidades de formarnos por tener dos niños en casa». Porque, concluye Carantoña, «nuestro gran problema no es la natalidad. Es que hay un 55% de asturianas que podrían trabajar y no trabajan. Trinidad Jiménez reconoció en un acto público que ella era partidaria de las cuotas porque estaba harta de perder batallas dentro de su propio partido. Y, claro, tú te dices: 'Mira, chica, si perdiste batallas, guerrea mejor, busca más apoyos y sé más tenaz, pero no busques cuotas como si todo el problema de las mujeres fuese ese».

«Las mujeres machistas, que hay muchas por el mundo. Esas que mandan a la hija hacer la cama y al hijo no», apunta Muñiz, y «las que critican mucho más a otras mujeres que a los hombres sí lo son». Todavía.

De la igualdad legal a la real

El acto institucional del Día de la Mujer en Avilés enfatiza los retos pendientes

04.03.12 - J. GONZÁLEZ,  AVILÉS, en El Comercio.

La cúpula del Centro Cultural Internacional Avilés fue el escenario de los actos institucionales organizados por la Administración regional con motivo del Día Internacional de la Mujer. La consejera de Bienestar Social, Paloma Menéndez, aprovechó el momento para enfatizar la necesita de afrontar los retos pendientes en materia de equidad entre hombres y mujeres. «Hemos conseguido la igualdad 'legal', pero hay que seguir luchando para conseguir que se alcance la igualdad real. Ese es el objetivo», afirmó antes de adentrarse en la cúpula del centro para seguir la programación de actividades artísticas y las ponencias a las que asistirían decenas de integrantes de diversas instituciones y colectivos de mujeres de Asturias.

La alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, también abogó por «avanzar» en las políticas de fomento de la igualdad y confió en que la crisis no afecte en forma de recortes a esas estrategias. Al tiempo, quiso recordar la vigencia del problema de la violencia de género, «que en el caso de Avilés nos toca muy de cerca con casos muy recientes como el de Amaranta», indicó.

Ya dentro de la cúpula, se sucedieron las intervenciones previstas. Una proyección de imágenes de mujeres del medio rural de la fotógrafa Mercedes Menéndez, la actuación del grupo de música tradicional Les Filanderes y la intervención de la psicóloga Ana López Barrio se fueron sucediendo hasta la charla y posterior coloquio de la periodista y escritora María Teresa Álvarez. Durante su charla, repasó la importancia de figuras como Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán y Clara Campoamor. «Luchamos por la igualdad cuando podemos ser mejores», afirmó antes de añadir que, por tanto, «sería importante que la sociedad experimentara la influencia del beneficio de la presencia femenina en la vida pública».