Fundamental para la investigación
El banco de la esperanza
El servicio de Anatomía Patológica del San Agustín custodia muestras de 400 tumores
El centro sanitario avilesino, que colabora con el Instituto Universitario de Oncología de Asturias, se adapta a la nueva legislación
19.03.12 - FERNANDO DEL BUSTO | AVILÉS, en El Comercio.
En su imagen exterior es un frigorífico similar a otros equipos que se pueden encontrar en el laboratorio de Anatomía Patológica. Aunque, en realidad, se trata de algo muy diferente: el banco de tejidos, o biobanco, del Hospital San Agustín, destinado a albergar muestras biológicas, fundamentalmente tumores, que puedan servir en el futuro para la investigación.
Creado en abril de 2005, en la actualidad custodia casi 400 muestras y se encuentra en red con el resto de los hospitales asturianos. En este año, el biobanco avilesino afronta su adaptación al nuevo marco legal que permitirá impulsar su actividad.
«Cuando se creó el biobanco era suficiente con el consentimiento informado que se realiza para la intervención quirúrgica», explica el doctor Julio Velasco, jefe del servicio de Anatomía Patológica del Hospital San Agustín, «pero la legislación se modificó y ahora se necesita un consentimiento específico para esta donación». Aunque el límite legal es el próximo mes de diciembre, el doctor Velasco confía en que en junio se pueda ya adaptar plenamente a la normativa que no modificará un sistema de trabajo que busca preservar el anonimato de los donantes y conservar los tejidos en un perfecto estado para su estudio posterior.
«Trabajamos en red con el Instituto Universitario Oncológico del Principado de Asturias (IUOPA) y eso es muy importante porque podemos acceder a sus muestras, con lo que mejora nuestra capacidad de investigación», añade el doctor Velasco.
El patólogo recuerda que esta información también puede aplicarse a los futuros pacientes, toda vez que existe una tendencia a abordar los diferentes tumores de forma individualizada y los datos previos pueden resultar de una gran ayuda.
En el funcionamiento del banco de tejidos avilesino, Lucía Fernández Juárez, técnica especialista en laboratorio, se encarga de su día a día. Adscrita al IUOPA, trabaja en Avilés de martes a viernes, encargándose de la conservación de las muestras, su ordenación y recuperación.
No todos sirven
No todos los tejidos que llegan para ser analizados en el laboratorio de Anatomía Patológica se pueden conservan. «La prioridad es el diagnóstico del paciente», explica Lucía Fernández, «el patólogo hace el análisis y utiliza todo el tejido que necesita. En ocasiones, lo que queda no es suficiente para conservarse. La prioridad es lograr el diagnóstico».
Cuando el tejido es de las dimensiones necesarias (generalmente unos pocos centímetros) el trabajo de la técnica pasa por colocarlo en líquido conservante e introducirlo en isopentano antes de meterlo en el congelador. La conservación en frío permite que la pieza conserve intactos su ADN y ARN.
La temperatura de la nevera es de 80 grados bajo cero, pero las características del isopentano provocan que las muestras alcancen los 160 grados. «Es una congelación automática, sin ser brusca. Permite que el tejido se conserve perfectamente», asevera Lucía Fernández.
El congelador cuenta con diferentes mecanismos de seguridad. Además de existir un equipo de reserva, tiene una alarma propia y otra en el servicio de mantenimiento. Sólo puede abrirse si se encuentra en una temperatura adecuada y durante un corto espacio de tiempo.
Pero, además de la conservación, la tarea de Lucía Fernández es la catalogación de las diferentes piezas para permitir su posterior recuperación. «Codificamos las muestras. A cada una le asigna un número y se introduce en la base de datos junto con las características fisiológicas: edad, tipo, diagnóstico. Así se garantiza el anonimato del donante. El investigador que estudie ese tejido sabrá qué es, pero no la identidad de la persona», resume la técnica.
Fernández también se encarga de atender las peticiones recibidas y organizar los traslados de los tejidos. «Los traslados son más abundantes en el HUCA que en Avilés. Cuando es en el propio central, se transportan en una nevera», señala, «cuando es fuera del centro, entre hielo o nieve carbónica».
El biobanco del San Agustín presenta, sobre todo, muestras de tumores de mama y de colon, las cirugías de cáncer que más se realizan en la comarca. «Es muy curioso, porque el protocolo que aplican en el HUCA provoca que sea muy difícil tener muestras de tejidos de colon y recto, mientras que aquí tenemos muchas más», concluye el doctor Julio Velasco.
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