Técnicos de Hacienda ... RESPONDEN:
¿Cómo afrontar el recorte adicional del déficit fijado por Bruselas sin estrangular la economía?
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Tras el envite de Mariano Rajoy situando el objetivo de déficit para España en el 5,8% al cierre de este ejercicio, la Comisión Europea ha admitido la relajación del desfase entre ingresos y gastos aunque de forma más limitada, en el 5,3%. Esto significa que nuestro país deberá hacer un esfuerzo adicional de unos 5.000 millones de euros para atenerse a lo acordado, o de lo contrario deberá afrontar sanciones por parte de Bruselas.
Son muchas las opciones que se están barajando para adaptarse a este nuevo objetivo, centradas generalmente en un aumento de los ingresos por la vía fiscal para evitar así tener que acometer recortes en el estado del bienestar.
Si bien el titular de Hacienda acaba de descartar –tras no pocas especulaciones- la subida del IVA, IRPF e Impuestos Especiales, mucho nos tememos que cualquier actuación en materia fiscal afectará a las clases más débiles, mermando su poder adquisitivo, limitando su capacidad de consumo y lastrando, cómo no, la tan ansiada recuperación económica.
En lugar de ello, desde Gestha insistimos una vez más en la necesidad de obtener los ingresos de una manera equitativa, esto es, de todos aquellos que abierta o sutilmente, amparándose muchas veces en instrumentos legales, descuidan sus obligaciones con el Fisco.
Por poner un ejemplo muy gráfico, sólo con reducir en diez puntos la economía sumergida de Andalucía –ahora mismo en el ojo del huracán con motivo de las elecciones autonómicas-, hasta situarla en el entorno de la media europea, ya se obtendrían más de 5.260 millones de euros adicionales al año. Más que suficiente para cumplir con los nuevos deberes encomendados por Bruselas.
No es difícil imaginar, por tanto, lo mucho que cambiaría nuestra situación económica si estos avances se extendieran a todo el territorio nacional y nos pusiéramos a la altura de los países más avanzados de nuestro entorno en esta materia: recaudaríamos la friolera de 38.500 millones de euros más al año.
Por una vez, en lugar de contestar a una pregunta seremos nosotros quienes la lancemos: ¿A qué esperamos para convertir la lucha contra el fraude en una prioridad?
¿Como puede afectar la existencia de paraísos fiscales al Estado del Bienestar?
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Los paraísos fiscales suponen, hoy por hoy, un grave problema para el Estado del Bienestar. El propio Fondo Monetario Internacional señala que una cuarta parte de toda la riqueza mundial se encuentra depositada en este tipo de territorios, aunque otros estudios elevan la cifra hasta una tercera parte de los activos a nivel global.
Esta situación se debe en gran parte a que la planificación económica y fiscal de las corporaciones multinacionales pasa por deslocalizar la producción hacia países con menores costes laborales y ambientales, así como por la creación de sociedades de cartera o instrumentales en uno o varios paraísos fiscales para saldar sus negocios al margen de la tributación de los países de origen o de destino.
Actualmente, algunos paraísos fiscales facilitan información a terceros países, con los que tienen firmados acuerdos sólo de manera puntual ante investigaciones judiciales o policiales en curso, por lo que se hace necesario exigir que suministren, de forma automática, y en todo caso, información de carácter mercantil o tributario de las personas y empresas que operan o son titulares de bienes o derechos en dichos territorios.
¿Cuánto pagamos de más por culpa de la evasión fiscal?
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Como ya hemos señalado en ocasiones anteriores, nuestro país se ve lastrado por una tasa de economía sumergida superior al 23,3% de su Producto Interior Bruto, lo que equivale a unos 245.000 millones de euros. Ahora bien, ¿cómo se traduce esto en la práctica?
La respuesta es, si me permiten, indignante. Y es que cada ciudadano español carga ni más ni menos que con 839 euros de más cada año –entre 200 y 300 euros más los vascos, madrileños y navarros- en concepto de impuestos y cuotas sociales para compensar la evasión fiscal y poder mantener el estado del bienestar con el nivel actual de prestación de servicios públicos e inversiones, ahora un tanto incierto.
Dicho de otra manera, los contribuyentes -y principalmente aquellos que estamos controlados a través de las rentas del trabajo- somos quienes estamos pagando de nuestro bolsillo lo que otros muchos -en su mayoría grandes empresas y fortunas- dejan de pagar gracias a instrumentos legales de elusión fiscal, a los que habría que poner coto de manera efectiva.
Por Carlos Cruzado, Presidente de los Técnicos de Hacienda (GESTHA)
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