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100.000 personas se manifiestan en la capital…

100.000 personas se manifiestan en la capital…

Asturias dice no a la reforma laboral

La huelga general paraliza la región y saca a miles de personas a las calles de Oviedo y Gijón

30/03/2012, PABLO A. RUBIO / OVIEDO, en La Voz de Asturias

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya vaticinaba que la reforma laboral le iba a costar una huelga general y ayer la sufrió en sus propias carnes. El seguimiento en el país fue amplio con Asturias y Euskadi a la cabeza en una jornada donde el paro se cifró, por parte de los sindicatos, en el Principado en un 89%, solo un punto menos que en el País Vasco. La media de España fue del 77%. Las cifras, en cualquier huelga, son dispares, en función de la quien las transmita, pero los números en Asturias son incontestables, que explican bien a las claras que la región dijo no a la reforma laboral del Partido Popular No hay más que acudir a los márgenes de consumo de energía, aquellos que demuestran si la actividad de un país o de una región se ha visto ralentizada. El gasto de electricidad se vio mermado en Asturias en un 24% -según los sindicatos- lo que sitúa el descenso por encima de la última huelga general, la de 2010 y muy cerca de los niveles del paro general que se organizó contra el gobierno de José María Aznar en 2002.

Manifestación

La huelga tuvo su máxima expresión en la manifestación que recorrió las calles de Oviedo, donde cientos de miles de personas salieron para expresar su más profundo rechazo a la reforma laboral de Rajoy, la más lesiva de la historia democrática según los propios sindicatos.

Los éxitos de las manifestaciones previas que se celebraron en Gijón ya aventuraban que en la capital del Principado se iba a registrar un lleno total en el colofón final de la huelga. Los sindicatos minoritarios (Suatea, CHT y CSI), horas antes, ya habían sido capaces de sacar a las calles a 15.000 personas en Gijón, en una antesala de lo que horas en Oviedo.

Transporte e industria

Desde la primera hora de la madrugada ya se adivinaba que la movilización iba a ser mayoritaria en Asturias. Y es que los convocantes habían conseguido paralizar dos sectores clave en la región, la gran industria y, sobre todo, el transporte, tanto de mercancías como de viajeros. Estos dos puntos eran clave y los propios sindicatos asturianos se mostraban a media mañana más que satisfechos con la respuesta de los trabajadores. Por ejemplo, en el caso de ArcelorMittal y el resto de grandes empresas reginales, así como en los pozos mineros, el seguimiento fue casi total.

La propia patronal asturiana se vio obligada a admitir a mediodía que el paro, especialmente en el transporte, había sido mayoritario. Se cumplía así el objetivo da paralizar los centros neurálgicos de la región, los principales polígonos del Principado, las grandes industrias y las líneas de transporte urbano e interurbano entre las grandes ciudades de la comunidad, Oviedo, Gijón y Avilés. Los tres sindicatos asturianos convocantes del paro, UGT, CCOO y USO, hacía una parada a media mañana para analizar la huelga y fue, en ese momento, en el que también realizaron una referencia a una serie de sectores estratégicos que tuvieron, en su opinión, una gran respuesta. Se trata de los servicios y, en especial, de la banca, la función pública y la educación. “Queremos enfatizar la buena respuesta de estos sectores”, indicó el secretario general de CCOO en Asturias, Antonio Pino.

Comarcas Asturias

A pesar de contar con un seguimiento notable de la huelga, tiene sus propias particularidades desde el punto de vista de las comarcas. Las Cuencas, fieles a su tradición de movilización, contó con un paro prácticamente total, al igual que las principales zonas industriales de Gijón y Avilés. El bloqueo de los pozos mineros del Nalón y del Caudal fue, como se esperaba, casi unánime.

En cambio, en Oviedo la situación fue ligeramente distinta. En el centro de la capital, buena parte de los comercios y de la hostelería estaban abiertos. Incluso, algunos de ellos cerraba al paso de los piquetes para volver a abrir de forma casi inmediata. El ambiente en las calles se parecía más bien a un día festivo, con varios comercios abiertos salpicando las aceras. El menor seguimiento de la capital se dejó notar en la afluencia a las aulas de los escolares. A más padres y madres trabajando, más alumnos en las clases de los colegios. Y viceversa.

El Gobierno, sin polémica

El Gobierno central fue dando puntuales valoraciones de la huelga desde primera hora de la mañana. Pero todas fueron con una nota común: el hecho de no querer entrar nunca en polémica con los sindicatos, evitando así el cuerpo a cuerpo que derrotó al Ejecutivo de Aznar en el paro del año 2002. La orden fue siempre la de destacar la absoluta normalidad y la ausencia de actos violentos, una circunstancia que marcó la nota dominante en Asturias, donde el único suceso fue la detención de cuatro miembros de piquetes que fueron puestos en libertad a lo largo de la tarde.

La ausencia de violencia fue ensalzada por los sindicatos asturianos. En la valoración del mediodía, el líder de UGT, Justo Rodríguez Braga, recalcó que el derecho a la huelga y a trabajar “se ha hecho en libertad”. El número uno de USO, Francisco Baragaño, fue incluso más allá y enfatizó el “valor” de los trabajadores asturianos. “Hay que destacar el coraje de los trabajadores que han ido a la huelga a pesar de tener sobre sus cabezas la espada de Damocles del despido”, indicó.

Con la movilización de ayer se pretende que el gobierno rectifique, que eche para atrás la reforma o en su defecto la flexibilice. La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, ya destacó a media tarde que las reformas son imparables y además, el ejecutivo de Rajoy considera este cambio una de las estrellas del programa.

Pero al mismo tiempo, los sindicatos amenazan. La huelga de ayer es el primer paso de una movilización mucho más amplia. Y dan un plazo: el 1 de mayo. Si antes del Día del Trabajo no se abre una negociación a las centrales no les temblará el puño para convocar más protestas, tan fuertes e intensas como la de hoy.

Una multitud abarrota Oviedo

Decenas de miles de personas colapsan el centro de la capital en una protesta que se comparó con las de la reconversión industrial

Oviedo, Marián MARTÍNEZ, en La Nueva España

El centro de la capital del Principado quedó ayer totalmente colapsado por las decenas de miles de personas que participaron en la multitudinaria manifestación de protesta «contra la reforma laboral, los recortes y el desmantelamiento de los servicios públicos y el Estado de bienestar». Los líderes de UGT, CC OO y USO coincidieron en calificar de «histórica» la protesta, llegando a compararla con las de la época de la reconversión industrial. Resaltaron que en la manifestación participaron los que no estaban ya «amenazados ni coaccionados» por sus empresas, «los miles de parados que no pueden hacer huelga porque no tienen trabajo y la sociedad en su conjunto». Y advirtieron al Gobierno de Mariano Rajoy que si no se recupera el diálogo social, las movilizaciones irán «in crescendo».

Cientos de personas rodeaban la plaza de América una hora antes del inicio de la protesta. De hecho, la cabecera de la manifestación tuvo que partir de la avenida de Galicia ante la imposibilidad de llegar más allá. También en las vías de acceso a Oviedo se registraron retenciones que retrasaron la incorporación de cientos de manifestantes.

El recorrido se inició sin sorpresas, más allá de que al dispositivo de seguridad le costó abrir camino entre los manifestantes que se agolpaban a ambos lados de la avenida de Galicia, hasta enfilar la avenida de Cervantes. Los problemas surgieron al paso de la manifestación por la calle de la Independencia. En Viaducto del Ingeniero Marquina, agentes antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía mantenían retenidos a manifestantes convocados por el movimiento 15-M y a otras personas que portaban banderas de la CNT y pancartas. El objetivo era impedir su incorporación a la protesta convocada por UGT, CC OO y USO hasta el final.

Pero un grupo de participantes en la manifestación principal decidió acercarse a los minoritarios y la Policía se vio obligada a establecer un espacio de separación de unos 30 metros entre unos y otros, que se cruzaban consignas y aplausos. La Policía intentaba mantener las distancias, mientras el ambiente se iba caldeando. Hasta que después de algo más de media hora, los agentes se vieron obligados a intervenir y cargar contra ambas partes cuando rompieron la barrera policial.

La carga se saldó con un detenido, que fue puesto en libertad tras ser identificado, y varios heridos sin gravedad, aunque según el 15-M uno de ellos resultó con un brazo roto.

Este incidente cortó la manifestación durante casi una hora, así que cuando empezaron las intervenciones de los líderes sindicales decenas de miles de personas todavía no habían podido cumplir ni la mitad del recorrido. Pero cuando lo hicieron, llenaron la calle Uría, el paseo de los Álamos, parte de la calle Toreno y del Campo San Francisco. El secretario general de USO, Francisco Baragaño, comparó la manifestación de ayer con «aquellas épicas de finales de los años 70 y los 80», durante la reconversión industrial de la región.

El primero en intervenir fue el secretario general de CC OO, Antonio Pino, quien remarcó el éxito de la huelga general, «pese a quien le pese», y de «una de las manifestaciones más masivas de la democracia, y más necesaria, en contestación a la agresión sin precedentes del Gobierno de Mariano Rajoy contra los trabajadores».

Justo Rodríguez Braga, secretario regional de UGT, advirtió de que manifestaciones tan multitudinarias como las que se celebraron ayer en España -la de Oviedo fue una de 381- «deben servir para que el Gobierno rectifique» porque, si insiste en recortar salarios y derechos, «como a los trabajadores griegos» y «mantiene la apuesta por la confrontación, nos tendrá enfrente». Los tres líderes sindicales se refirieron también a los resultados electorales en Asturias y Andalucía, «otro aviso más para Rajoy». El siguiente, «el Primero de Mayo».

Multitudinaria marcha en Oviedo

Una marcha en la que los sindicatos aseguran haber reunido a 100.000 personas culmina el 29-M en Asturias

29.03.12 - ALEJANDRO CARANTOÑA | OVIEDO, en El Comercio.

Una invasión del centro de Oviedo, una marcha disgregada y en general festiva, en un clima veraniego: así han sido la manifestación o manifestaciones celebradas esta tarde en la capital.

Fuera de la ruta de inicio de la marcha, a pocos metros de la plaza de América, un café seguía abierto e incluso algunos manifestantes reponían fuerzas allí. Una estanquera también tenía su negocio abierto, cerca de la calle Gascona: «Yo no he obligado a nadie a venir a trabajar», explicaba a eso de las cinco y media, una hora antes de que empezase la manifestación. «Pero me desvalijaron el estanco hace días y no me puedo permitir cerrar».

Así, mientras que Oviedo mantenía un ritmo más pausado de lo habitual pero totalmente normal, la manifestación empezaba a compactarse y a prepararse para descender hasta el Paseo de los Álamos, a pocos metros de la Junta General del Principado, donde ha terminado a las 20 horas.

Colectivos de estudiantes adelantaron a la cabecera de la manifestación convocada por CC OO, UGT y USO antes del inicio, pero tras unas palabras de sus tres dirigentes (Antonio Pino, Justo Rodríguez Braga y Francisco Baragaño, respectivamente), calificando la jornada de huelga de «histórica» y la reforma laboral como «el mayor ataque a los derechos de los últimos 30 años», estos sacaron músculo y ganaron la cabeza de la manifestación.

Todo transcurría con calma, calle Cervantes abajo, hasta doblar por la calle Independencia en dirección a la calle Uría. Allí, a la vuelta de una esquina, otra manifestación convocada por el 15M y secundada por sindicatos minoritarios (integrada por un millar de personas) esperaba para tratar de curzarse en el camino de la principal.

Llegados a este punto, Braga, Pino y Baragaño siguieron de largo, haciendo caso omiso al grupo. Pero, medidada la marcha, parte de los manifestantes que les seguían se desviaron, dejando atrapada a una decena de policías entre las dos concentraciones.

Después de unos minutos de tensión y empellones, que también pillaron a la prensa entre ambas concentraciones, el 15M y sindicatos minoritarios lograron cruzar el cordón policial. Se registraron algunas contusiones leves y un detenido, ajeno a ambos grupos, que llegó posteriormente con actitud provocativa hacia las fuerzas del orden.

El joven, que se resistió a su detención, ha sido trasladado a un centro hospitalario: mientras que cuatro agentes le retenían en el suelo y trataban de esposarle con gran dificultad, profirió un grito de dolor cuando por fin consiguieron colocarle la muñeca en la posición adecuada para colocarle los grilletes.

Entre tanto, la cabecera de la manifestación principal, integrada por 100.000 personas según los organizadores, seguía su camino con cierto retraso.

Así, cuando los líderes sindicales ya intervenían al final del Paseo de los Álamos, la cola aún llegaba por la calle Uría, acompañada de la manifestación alternativa. Los piquetes, por otra parte, cerraron algunos negocios que seguían abiertos en la ruta: junto al campo San Francisco, una cafetería mantenía la terraza puesta y los vasos sucios, pero con las luces apagadas y sin personal en su interior.

CC OO, UGT y USO aprovecharon para señalar, ufanos, que la huelga general ha sido un «éxito rotundo» que, afirman, ha tenido un seguimiento en Asturias próximo al 90%.

Para Antonio Pino, la huelga general y la multitudinaria manifestación de Oviedo pueden considerarse entre las «más necesarias de la historia de la democracia de este país en contestación a la agresión sin precedentes del Gobierno de Mariano Rajoy a los trabajadores».

Justo Rodríguez Braga, por su lado, se ha sumado a la calificación de «éxito» para la manifestación. Asimismo, aprovechó para llamar a «recomponer» el equilibrio perdido entre patronal (que ha calificado la huelga de fracaso) y los sindicatos a cuenta de la reforma laboral

Por último, Francisco Baragaño ha añadido que la manifestación ha sido «épica y solo comparable en número a la que se producían a finales de los años setenta y ochenta», con la petición expresa al presidente del Gobierno de que «tome nota».

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