Por vez primera el PSOE gobierna basándose en su militancia activa, esperemos que esto siga hacia abajo
Javier Fernández elige un Gobierno de fieles al PSOE para abordar los duros ajustes
El primer secretario general de la FSA que llega a la Presidencia del Principado se decanta por un equipo que combina gente nueva y experiencia, con más mujeres (5) que hombres (3)
Oviedo, J. A. ARDURA, en La Nueva España
Un gobierno «solvente», mezcla de juventud y experiencia, «equilibrado y consciente de las dificultades de Asturias», en referencia a los duros ajustes que se verá obligado a realizar. Esta es la carta de presentación del Ejecutivo socialista de Javier Fernández, con el que iniciará la novena legislatura y el primero en la historia del Principado en el que habrá más mujeres (5) que hombres (3). Un Javier Fernández sonriente y tranquilo desveló ayer los nombres de sus ocho consejeros en su primera comparecencia como presidente electo del Principado ante los medios de comunicación.
Javier Fernández leyó personalmente una lista de consejeros que formarán un Gobierno «made in FSA»: Guillermo Martínez (Presidencia), Dolores Carcedo (Hacienda), Graciano Torre (Economía y Empleo), Ana González (Educación), Esther Díaz (Bienestar Social y Vivienda), Faustino Blanco (Sanidad), Belén Fernández (Fomento) y María Jesús Álvarez (Agroganadería). Los miembros del nuevo gabinete son gente de partido, con larga trayectoria en la Federación Socialista Asturiana, y sin desgaste interno. Javier Fernández es el primer secretario general de los socialistas asturianos que ocupa la Presidencia del Principado y su Gobierno lleva ese sello. Y lo hace en un período de estrecheces y austeridad, en el que los cargos políticos no cotizan al alza, ni por sueldos ni por prestigio, lo que dificulta «fichajes» de profesionales procedentes de ámbitos distintos al de las organizaciones políticas, ya sean de la Universidad o de la empresa privada.
«Es el equipo con el que me proponía contar, con experiencia y juventud», aseguró Javier Fernández, quien destacó que ha buscado «gente solvente, equilibrada, para formar un Gobierno consciente de las dificultades de Asturias». El presidente electo empezó el listado por Guillermo Martínez, el ex alcalde de Siero, que asumirá la Consejería de Presidencia y podría ser la cara y la voz del nuevo Ejecutivo, ya que ese departamento tiene entre sus competencias la comunicación del Ejecutivo además de las políticas de igualdad. Aunque el nombre del ex alcalde de Siero sonaba con insistencia para formar parte del nuevo Gobierno, su designación para Presidencia, el Consejero que estará más cerca de Javier Fernández, ha supuesto una de las sorpresas del Gabinete, ya que ese puesto parecía reservado a María Luisa Carcedo, que seguirá en labores de dirección del Grupo Socialista en el Congreso.
A la economista Dolores Carcedo le toca asumir la Consejería más impopular del nuevo Ejecutivo, la de Hacienda. En una legislatura que estará marcada por el «tijeretazo» y los ajustes en todas las áreas, esta economista, que primero fue asesora de Jaime Rabanal en el Gobierno arecista y luego estuvo al frente del seguimiento de las políticas presupuestarias, cargará con la «cruz» del nuevo Gobierno. Sin ir más lejos, Dolores Carcedo lleva varios días encerrada con las cuentas del presupuesto y el plan económico-financiero heredado del Ejecutivo casquista para superar su primera reválida: la presentación de un nuevo plan ante el Ministerio de Hacienda que despeje las dudas que el Gobierno de Mariano Rajoy alberga sobre las cuentas de Asturias.
Graciano Torre vuelve al Principado tras el paréntesis del Gobierno casquista. Aunque desde la FSA se había dejado entrever en los últimos días que en el Gobierno de Javier Fernández no habría ningún consejero de los gobiernos arecistas, el ex alcalde de San Martín del Rey Aurelio supone la excepción a esa regla. Su cercanía con Javier Fernández y su buena relación con los agentes sociales (sindicatos y patronal) le convierten en un interlocutor experimentado al frente de la cartera de Economía y Empleo, un departamento del que cuelgan la actividad industrial y la minería, sectores clave para el desarrollo económico de Asturias. Será uno de los «pesos pesados» del Gobierno de Javier Fernández y le tocará lidiar con el paro, que ya afecta a 100.000 asturianos.
La alcaldesa de Langreo, Esther Díaz, es otra de las incorporaciones de última hora al Ejecutivo, ya que se hará cargo de la cartera de Bienestar Social y Vivienda, una de las dos que la FSA había pactado dar a IU. El rechazo de los militantes de la coalición a entrar en el Gobierno de Javier Fernández obligó al presidente electo a tirar de «plan B» y ofrecer ese departamento a la alcaldesa langreana, que se había mostrado muy activa tanto en la campaña electoral como posteriormente en contactos sectoriales.
La cartera de Sanidad también será de las más complejas del nuevo Gobierno. Ese servicio público se lleva más de un tercio del presupuesto regional y está en el punto de mira de los recortes exigidos desde el Gobierno central. Faustino Blanco, que fue el primer gerente del Sespa, tiene una aquilatada experiencia en tareas de gestión en la sanidad asturiana, si bien en los últimos años había dado un paso atrás para trabajar en un centro de atención primaria de Gijón. Muy próximo a María Luisa Carcedo, la diputada nacional que sin estar en el Gobierno regional ha debido de tener una gran influencia en la designación de tres consejeros: Faustino Blanco, Dolores Carcedo y Belén Fernández, la nueva titular de la cartera de Fomento, que ya fue responsable de Medio Ambiente en el último Gobierno arecista. Funcionaria, años atrás rechazó ser la candidata a la Alcaldía de Avilés y antes había coincidido con María Luisa Carcedo en la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA).
La edil gijonesa Ana González tendrá la responsabilidad de la «macroconsejería» de Educación y Cultura, una de las novedades introducidas por Javier Fernández en la estructura de su Gobierno. Profesora de Secundaria, estuvo en el Gabinete de Bibiana Aído en Igualdad y presenta en su haber una trayectoria sin vinculación con la «operación Marea». También lidiará con los recortes.
La ex presidenta de la Junta María Jesús Álvarez, al frente de Agroganadería, completa el trío de licenciados en Geografía e Historia con que cuenta el nuevo Ejecutivo regional. La diputada por la circunscripción occidental se encargó del área agroganadera en el Grupo Socialista en la anterior legislatura. Javier Fernández toma posesión hoy, en un acto en la Junta, a mediodía, y al que asistirá la ministra de Fomento, Ana Pastor.
Un Gobierno de fuerte perfil político para afrontar el ajuste
Sitúa a Dolores Carcedo al frente de Hacienda, a Graciano Torre en Economía y Empleo y a Esther Díaz como gestora de la política social Cinco mujeres y tres hombres integran un gabinete que recupera a dos ex consejeros de Areces
26.05.12 - ANDRÉS SUÁREZ | OVIEDO, en El Comercio.
Un equipo sin aventuras ni apuestas arriesgadas, formado por gente que en su mayoría acumula una amplia experiencia en sus ámbitos de gestión y también con hondas raíces en el partido. Son los rasgos generales del Gobierno que presidirá Javier Fernández, formado por cinco consejeras y tres consejeros y que ayer fue hecho público por el presidente electo del Principado en un acto en la Junta. Fernández se ha rodeado de gente de su confianza para encarar un momento muy delicado y no ha querido trasladar una imagen de ruptura frontal con la anterior etapa socialista en el Ejecutivo, la de Vicente Álvarez Areces. Dos personas que asumieron responsabilidades entonces, Graciano Torre y Belén Fernández, vuelven al primer plano. También ha ’pescado’ en la cantera local del PSOE situando en su círculo cercano a la hasta ahora alcaldesa de Langreo, Esther Díaz, y al líder del partido en Siero, Guillermo Martínez, y ha confiado la gestión de las finanzas a Dolores Carcedo, que tendrá como primera misión confeccionar el plan de ajuste que espera el Ministerio de Hacienda.
Es un gabinete «equilibrado, sensato y solvente», en palabras de Fernández, que ha optado por aunar «experiencia y juventud» para afrontar el reto de superar la recesión en que está inmersa Asturias. Quienes integran el Consejo de Gobierno, argumentó en una primera valoración, son «conscientes de la situación que vive la región» y de la magnitud de la empresa que hay por delante.
No ha sido fácil para Fernández encajar todas las piezas, sobre todo después del giro de los acontecimientos, a última hora de la noche del jueves, cuando se confirmó que la militancia de IU rechazaba el acuerdo suscrito la madrugada anterior que daba a la coalición dos consejerías -Bienestar Social y Agroganadería- en el Gobierno. Ese veto obligó al líder socialista, que hoy toma posesión como presidente en la Junta General, a ampliar el foco y buscar nuevas caras con las que dar forma a un Ejecutivo monocolor.
El relato de los nombres de los consejeros deja bien claro que Fernández se ha rodeado de gente de su más absoluta confianza. El ejemplo más evidente es el de la titular de Hacienda, Dolores Carcedo. Su puesto es el que había despertado más expectativas, toda vez que tendrá que planificar en apenas unos días un ajuste de más de 600 millones del que no se librará ninguna de las áreas del Gobierno. Su nombramiento parecía cantado. Es quien estos días se ha ocupado de analizar el estado de las arcas regionales y quien ha comenzado a trazar las líneas maestras de ese plan de estabilidad. Carcedo tiene experiencia en estas lides. No en vano fue la directora de la Oficina de Evaluación y Seguimiento de las Políticas Públicas de la Presidencia en la última legislatura de Areces.
Dos rasgos del recién anunciado Ejecutivo llaman la atención. La primera, que las mujeres son mayoría sobre los hombres, yendo un paso más allá de la paridad en sentido estricto. La segunda, la recuperación de dos consejeros de la etapa arecista que asumen, además, competencias importantes. Graciano Torre pilotará la política económica e industrial. A su favor juega su conocimiento del terreno, su pasado en la negociación de los acuerdos de concertación social y el buen trato que mantiene con patronal y sindicatos. Belén Fernández, por su parte, se ocupará del capítulo de las infraestructuras y la ordenación del territorio.
Con Guillermo Martínez, valor en alza del PSOE tras su breve paso por la Alcaldía de Siero, descabalgado por una moción de censura, como mano derecha al frente de Presidencia, Fernández ha optado por perfiles diferentes para las tres áreas que gestionan la mayor parte del presupuesto regional. Para la sanidad ha optado por un viejo conocido, Faustino Blanco, ex director del Sespa. Para la política educativa, por Ana González, concejala en Gijón, ex directora de gabinete del Ministerio de Igualdad y con una amplia trayectoria docente. Y para las políticas sociales se trae de Langreo a una de las caras más visibles de la cantera local del PSOE, la alcaldesa, Esther Díaz.
La relación con IU
Con la expresidenta de la Junta María Jesús Álvarez en Agroganadería, Fernández cierra un equipo que necesita asegurar estabilidad parlamentaria para sacar adelante sus proyectos. Ayer abrió la puerta a «cualquier vía» que permita lograr ese objetivo con IU, bien mediante acuerdos puntuales, la primera fórmula que se aplicará dada la excepcionalidad de la situación, bien mediante un pacto de legislatura si se ve espacio para ello. El futuro presidente mostró su «respeto» por la «decisión democrática» de las bases de la coalición.
A la par que los consejeros toman posesión el lunes, Fernández abordará su primera tarea: ponerse en contacto con Cristóbal Montoro para pedir más tiempo para planificar al ajuste. «Aunque algún mensaje le he enviado ya, seguro que le ha llegado», dijo aludiendo al discurso que en ese sentido lanzó el pasado miércoles en la Junta.
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