Investigar hasta el final y con la debida celeridad no debería ser una petición sino consustancial a la responsabilidad democrática, si se tiene.
Rubalcaba: "El Gobierno tiene que decir cuántos 'Bárcenas' hay"
Alfredo Pérez Rubalcaba ha pedido la comparecencia de Rajoy y Montoro en el Congreso para que den explicaciones por el 'caso Bárcenas' y ha indicado que su formación pedirá una investigación parlamentaria y judicial para "llegar hasta el final"
Foto: Rajoy, en el centro, aplaudido por Carlos Floriano, Juna Ignacio Zoido y Javier Arenas durante la clausura ayer de la reunión intermunicipal del PP celebrada en Almería.
P.O.S., MADRID, 20/01/2013 en Público.es
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha respondido hoy a las declaraciones que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, hicieron ayer sobre el escándalo de corrupción en el que se encuentra inmerso el partido en el gobierno. "No han dado ninguna explicación y tiene que saberse toda la verdad", ha pedido desde Toledo. "Queremos que la Audiencia Nacional y el Parlamento lo investigue hasta el final". Ayer, la dirección nacional del Partido Popular daba por cerrada la polémica de los sobresueldos, aunque temen que se reviva este asunto en la Ejecutiva que celebrarán mañana.
Rubalcaba, que esta mañana se ha reunido con alcaldes afectados por el cierre de las urgencias en Castilla-La Mancha, ha asegurado que el Gobierno "ha permitido que delincuentes blanqueen dinero" y ha anunciado que su formación exigirá la comparecencia de Mariano Rajoy y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso para dar explicaciones. "Vamos a tomar diferentes iniciativas, como defender la comparecencia de Rajoy y Montoro para que expliquen en el Congreso este asunto", ha explicado el socialista.
El jefe de la oposición detalló que su formación exigirá que la Audiencia Nacional investigue las noticias aparecidas sobre las cuentas suizas manejadas por Bárcenas. "Lo vamos a denunciar a través de los socialistas valencianos que están personados en la causa", ha explicado, para añadir que también van a pedir al Parlamento que investigue y la creación de una Comisión de Investigación que estudie si Bárcenas ha utilizado la amnistía fiscal para blanquear dinero. "El Gobierno tiene que decir cuántos más Bárcenas lo han hecho", ha remarcado.
"También pediremos al Consejo General del Poder Judicial que refuerce al juez Ruz, para que se llegue hasta el final en este sumario", ha señalado Rubalcaba, detallando que el magistrado necesita al menos otro juez para investigar esta causa. "Vendrá más dinero negro de defraudadores con esta amnistía fiscal".
El secretario general socialista ha explicado que son importanes las declaraciones de ayer de Rajoy, ya que demuestran que el Gobierno "no ha explicado nada". "Cospedal ha alimentado las sospechas con lo de que 'cada palo aguante su vela'", ha remarcado, haciendo referencia a las declaraciones que hizo ayer desde Lugo la conservadora. Rubalcaba insiste en que "si se demuestra que Bárcenas blanqueó el dinero, Montoro debe dimitir". No es posible que el ministro de Hacienda exija un esfuerzo a los españoles "cuando ellos han abierto la puerta a una amnistía fiscal para delincuentes".
"Completamente insoportable"
La vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, aseguraba ayer que a su partido le resulta "completamente insoportable" que el PP, "el partido que lo ha recortado todo, que se proclama adalid de la austeridad, haya podido disponer de dinero de origen ilegal".
En declaraciones a los periodistas antes de inaugurar ayer una jornada del PSOE sobre diversidad, Valenciano pidió explicaciones al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras las informaciones sobre las cuentas que tenía en Suiza el extesorero del PP Luis Bárcenas. "Que el mismo partido que nos ha subido a todos los impuestos, sin diferencias, -ha agregado-, pueda haber sido el partido que blanquea el dinero que, presuntamente, Bárcenas tenía en Suiza es también insoportable".
Rubalcaba anuncia una querella por las cuentas y los sobresueldos de Bárcenas
El PSOE pide una comisión de investigación sobre los supuestos sobres
Reclama que comparezcan en el Congreso el presidente del Gobierno y Montoro
EL PAÍS, Madrid, en El País.
El PSOE pasa a la ofensiva en el caso de Luis Bárcenas. Tras escuchar las primeras explicaciones de Mariano Rajoy, el líder de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha anunciado hoy una batería de medidas para investigar la procedencia del dinero de Bárcenas en Suiza, el supuesto pago de sobresueldos, las presuntas "comisiones ilegales" y los fondos opacos del PP, así como si el ex tesorero del PP se ha beneficiado de la amnistía fiscal y si en esta se han colado "otros Bárcenas". "Rajoy no es consciente de la situación en la que estamos", ha dicho Rubalcaba sobre la conmoción que han causado las revelaciones sobre los dineros del extesorero y exsenador del PP, quien ha seguido teniendo un pie dentro de la sede central de los populares.
Rubalcaba ha anunciado en Toledo que va a pedir al juez Pablo Ruz que investigue los sobresueldos del PP. Los socialistas valencianos están personados en la causa y van a presentar una denuncia para que se investigue todo el dinero opaco de los socialistas. "Vamos a llevar ante el juez todas las informaciones periodísticas que han aparecido sobre este asunto para que se investiguen", ha dicho el líder del PSOE. Además, va a pedir al Consejo General del Poder Judicial que ponga un juez de apoyo a Ruz para que culmine la investigación.
Los socialistas van a pedir, además, las comparecencias en el Congreso tanto del presidente del Gobierno como del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para que den explicaciones tanto del caso Bárcenas como de la amnistía fiscal. "Queremos que Montoro le dé todos los expedientes de la amnistía fiscal a los inspectores para que los revisen", dijo Rubalcaba, quien insistió en pedir que Montoro deje el Gobierno: "Si se demuestra que Bárcenas se benefició de la amnistía fiscal, el ministro de Hacienda tiene que dimitir". El abogado del extesorero ha asegurado que su cliente ha regularizado 10 millones de euros que tenía en Suiza.
Sobre este asunto los socialistas van a pedir una comisión de investigación en el Congreso para que sea posible conocer los entresijos de la amnistía fiscal.
El ‘caso Bárcenas’ reabre la guerra en el Partido Popular
Los dirigentes más próximos a Rajoy temen que las denuncias del extesorero sobre sobresueldos sean parte de una “operación interna” para debilitarle
JAVIER CASQUEIRO / JOSÉ MANUEL ROMERO, Madrid, en El País.
Entre las múltiples preocupaciones de Mariano Rajoy, la situación dentro del PP no destacaba: el partido parecía una balsa. Pero la revelación de las cuentas secretas suizas de Luis Bárcenas, durante casi 20 años hombre clave en las finanzas del PP, ha desencadenado una fortísima “inquietud, desconcierto y preocupación” en la formación de Rajoy no solo por el descrédito público que supone, sino, sobre todo, porque la aparición de información sensible que el extesorero pueda guardar sobre las vías de financiación y la situación económica de los distintos dirigentes que han pasado por Génova 13 se ha convertido en un motivo de fractura dentro de la dirección nacional. Se empieza a hablar otra vez de crisis y guerra interna como en los prolegómenos del traumático congreso de Valencia en 2008.
“Estas denuncias tienen un componente interno clarísimo”, sostiene uno de los dirigentes nacionales del PP de mayor relevancia y cercanía al líder. “Aquí lo que está pasando es que hay una serie de personas clave, dentro del PP y en algún medio de comunicación, que siguen sin aceptar que Rajoy ganó aquel congreso de Valencia en 2008 y ahora, como entonces, quieren poner en marcha una operación para debilitarle”, añade el mismo responsable político tras haber intercambiado impresiones con el líder después de las revelaciones aparecidas esta semana. Rajoy mantuvo una cena este viernes en Almería con un grupo selecto de sus colaboradores. Varios de los presentes defienden esta tesis.
Las interpretaciones y explicaciones sobre las denuncias de los sobresueldos pagados por Bárcenas y sobre la posibilidad de una financiación en negro, negada ayer de nuevo por Rajoy y por los últimos tres secretarios generales, tienen dentro del PP otra línea argumental más clásica. Hay varios dirigentes que mantienen que es el extesorero el más interesado en poner en una situación crítica al PP y a Rajoy para que tome nota de su peligro potencial y haga las gestiones oportunas para aliviar su situación jurídica. Son llamativas, en este sentido, las quejas de persecución contra la fiscalía y la abogacía del Estado que Bárcenas lanzó en un encontronazo con el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz.
Varios dirigentes nacionales del PP han manifestado a este periódico, en esta línea, que esta operación debe entenderse como una maniobra del extesorero a la desesperada para chantajear a Rajoy en un momento especialmente delicado para su situación procesal. Los que mantienen, sin embargo, que Bárcenas no ha sido el inspirador en este caso de las noticias argumentan que la conmoción creada podría generar precisamente el efecto contrario. De hecho, Rajoy lanzó ayer varios mensajes de desmarque y rechazo rotundo a la actuación del extesorero y destacó que ya no está en el PP, aunque durante bastante tiempo fue precisamente él uno de sus valedores para que no dimitiera ante la presión que ejercía la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
El papel de Cospedal es también determinante en las interpretaciones sobre esta operación, como lo es la amenaza latente que en el entorno de Rajoy aún se siente ante las constantes y sonadas irrupciones políticas de la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, que esta semana casualmente ha tenido una gran presencia mediática.
Hay dirigentes del PP que consideran la opción de que esta operación forme parte de una maniobra al máximo nivel para intentar desactivar las posibles bombas de relojería que Bárcenas tenga en su poder; una explosión controlada que salva de salpicaduras a Cospedal, la actual secretaria general del PP, y a Rajoy, presentados ambos como desconocedores de las actuaciones ilegales de Bárcenas y, desde luego, como los que las frenaron en cuanto las supieron. En esa estrategia, los que quedarían peor, por comparación, serían los tres anteriores secretarios generales: Javier Arenas, Ángel Acebes y Francisco Álvarez Cascos. Claro que Rajoy lo ha sido todo orgánicamente en el PP, desde responsable de campañas a organización, vicesecretario, secretario general y presidente, con Bárcenas de tesorero.
Cospedal, en varias entrevistas a emisoras de radio, ha subrayado estos días la idea clara de que a ella no le constaban los pagos y la financiación ilegal en su etapa. En esa línea incidió cuando el viernes, en una reunión del PP de Almería, advirtió de que, ante este tipo de denuncias, “cada palo debe aguantar su vela”. Estas frases no han sentado nada bien en los entornos de los anteriores secretarios generales, con los que Cospedal no mantiene buena sintonía. Y nadie duda de la estrecha confianza que Rajoy mantiene en Cospedal, con lo que su actuación se comprende por su interés en proteger a su jefe y dejar limpia su propia imagen.
Tampoco han gustado, en esas filas, algunas de las intervenciones públicas que ha multiplicado precisamente esta semana Esperanza Aguirre, actual presidenta del PP en Madrid y que, teóricamente, estaba de retirada de la primera fila política.
Dirigentes del PP cercanos a Rajoy consideran muy sospechosa la declaración de Aguirre del jueves de que estaba “muy sorprendida” de que nadie en la dirección nacional del partido tuviese constancia durante estos años pasados de las actividades de Bárcenas. Provocó malestar esa insinuación. Y que reclamase una investigación interna como la que se abrió en su día con el escándalo del caso Naseiro de financiación irregular del PP, que dirigió el hoy ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.
Cospedal ya encargó el miércoles a la actual tesorera, Carmen Navarro, que se quedó en el cargo cuando José Manuel Romay fue nombrado consejero de Estado, que indagase de nuevo sobre las cuentas internas, y ella, de su absoluta confianza, le ha ratificado que no observa irregularidades. El PP entregó esos datos al Tribunal de Cuentas. Las ocurrencias de Aguirre, como la de nombrar un fiscal anticorrupción en el partido, distorsionan su mensaje de que todo está bajo control.
Los recelos hacia el papel del PP madrileño en esta operación abarcan más aspectos entre algunos dirigentes nacionales cercanos a Rajoy. En ese capítulo se incluye, por ejemplo, la aparición esta misma semana de la noticia sobre que el polémico ático de lujo alquilado en Marbella durante un tiempo por 2.000 euros por el actual presidente madrileño, Ignacio González, es de su propiedad desde diciembre, justo cuando la Fiscalía Anticorrupción y una juez iniciaban una investigación. El caso Bárcenas ha desactivado esa polémica. González tuvo en su día varios enfrentamientos internos con Bárcenas y Álvaro Lapuerta, su antecesor en la tesorería, pero se lleva bien con Cospedal.
“Manda huevos que la semana haya empezado con González y Aguirre dando explicaciones de sus problemas internos y la hayan acabado como adalides de la investigación interna del caso Bárcenas”, razona otro dirigente nacional del PP cercano a Rajoy, que, sin embargo, es de la teoría de que es Bárcenas el que está tras las denuncias.
Dirigentes muy cercanos a Rajoy apuntan, en clave madrileña, que a Aguirre y González les viene bien que el presidente nacional salga debilitado de esta nueva crisis ante la complicada situación, todavía teóricamente lejana, que se va a abrir en el PP de Madrid ante la elección de los candidatos al Ayuntamiento de la capital y a la comunidad. En ese entorno próximo a Rajoy se especula con que la alcaldesa, Ana Botella, y el propio González podrían tener pocas opciones de repetir si se abre esa batalla.
Estas dos interpretaciones sobre las denuncias del caso Bárcenas coinciden básicamente con los dos bandos enfrentados por el poder en el PP desde antes del congreso que el partido celebró en Valencia en 2008 y que ganó por el 84% de los votos. Desde entonces, la situación interna parecía haber dado un vuelco total y el año pasado, en el 17º congreso del PP en Sevilla, Rajoy fue refrendado por el 97% de los compromisarios.
Ayer, en Almería, Rajoy presumió de unidad. Sabe lo que se juega. Pero a aquella dura prueba del congreso de Valencia en 2008 llegó tras perder las elecciones frente a Zapatero, y sufrió el desplante y ninguneo de la vieja guardia del partido, encabezada por Esperanza Aguirre y el expresidente José María Aznar. Y vio también cómo hasta el último momento trataban de disputarle la presidencia. Y si ganó fue gracias al apoyo decisivo del PP valenciano de Francisco Camps y del andaluz Javier Arenas, al que ofreció cinco veces sin éxito la secretaría general. Rajoy ganó y creyó que dejaba atrás el pasado, el aznarismo, y nombró un equipo de su confianza, colocando como secretaria general a una candidata de consenso, Cospedal, antigua consejera de Aguirre. Los críticos y la vieja guardia se retiraron a los cuarteles de invierno a esperar su momento, que parece florecer con el caso Bárcenas.
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