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Un año más, la comunidad con mayor tasa bruta de mortalidad, a pesar de la reducción continuada de esta en la última década…

Un año más, la comunidad con mayor tasa bruta de mortalidad, a pesar de la reducción continuada de esta en la última década…

La mortalidad por cáncer creció en la región un 15% en los últimos 20 años

El aumento se debe, en parte, al incremento en mujeres de tumores hasta ahora de marcado perfil masculino como el de pulmón

Gif.- Mapa en la WEB del Observatorio de Salud en Asturias… IR A LA WEB DEL OBS

01.04.13 - LAURA FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.

En Asturias, las enfermedades del sistema circulatorio tales como infartos, accidentes cerebrovasculares o isquemias siguen siendo la principal causa de muerte. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2011 estos trastornos fueron responsables del 31,8% de los 12.678 fallecimientos que se llegaron a registrar en la región. Sin embargo, en el Principado no nos morimos igual, o mejor dicho, no fallecemos por las mismas enfermedades que hace veinte años. En estas dos últimas décadas se han comenzado a ver otros matices. El cáncer, poco a poco, y los trastornos relacionados con el envejecimiento como es el alzheimer, el parkinson y las catalogadas como 'caídas accidentales', van cobrando protagonismo en el ranking de mortalidad.

Las muertes por tumores malignos han crecido un 15% entre 1991 y 2011. Aunque a modo macro siguen situándose en segundo lugar, los cánceres van ganando terreno a los infartos e ictus. Hace veinte años fallecían por cáncer 3.249 personas. Ahora lo hacen 3.735, según las cifras que el INE tiene en los registros de 2011.

El crecimiento de la mortalidad oncológica se debe no sólo al envejecimiento de la población asturiana sino también a la incorporación de la mujer a cánceres hasta ahora de marcado perfil masculino. El de pulmón es un claro ejemplo y los datos estadísticos no hacen más que confirmarlo machaconamente. En 1991 fueron 66 las mujeres que murieron por un cáncer pulmonar. En 2011 la cifra creció a 130, el doble.

Por el contrario, en hombres, la mortalidad por este tipo de tumor tiende a desacelerarse. 511 casos en 1991 y 646 veinte años después, lo que da cuenta de un crecimiento del 26% y no del 100% como ocurre con las mujeres del Principado. Los expertos vinculan el aumento de casos de cáncer de pulmón femenino al cigarrillo y vaticinan una auténtica epidemia en años futuros de no modificarse los actuales hábitos tabáquicos. Sobre todo en las mujeres más jóvenes, que ya caminan a la par de los hombres en consumo de cigarrillos.

Más tumores de colon

Pero no sólo ha aumentado el tumor pulmonar vinculado al tabaco. También ha crecido y de manera preocupante, el de colon. En este caso, el incremento no hace diferenciación de sexos. Aunque es una enfermedad con mayor peso entre los varones, el aumento se ha dado también en las mujeres. Hace dos décadas, el INE registraba 189 muertes por este tipo de tumor intestinal, de los que 105 eran masculinos y 84, femeninos. Pues bien, en 2011 los listados de mortalidad daban 409 fallecimientos por la misma causa: 238 en varones y 171 en mujeres. El de colon es un cáncer que se ha duplicado en veinte años. Lo peor es que los oncólogos advierten de que seguirá creciendo. En la actualidad, es uno de los más frecuentes entre la población asturiana, que arroja ratios por encima de la media nacional.

La edad y la alimentación, unido a la existencia de enfermedades intestinales previas y la genética, constituyen el principal factor de riesgo. El de colon es un cáncer que suele aparecer pasados los 65 años. Anualmente, según los médicos, se registran unos 460 casos de cáncer de colon y recto y la previsión es que siga en aumento. De ahí, que sean muchas las voces que aconsejan implantar un programa de cribado en población general similar al que en su día se hizo con el cáncer de mama en mujeres. En Asturias, tras años de demanda e investigación por parte de los especialistas, la Consejería de Sanidad ha anunciado la puesta en marcha de un plan de detección de sangre en heces para hombres y mujeres entre 50 y 69 años. De momento, el programa aún está en fase inicial, centrándose en personas con mayor riesgo (pacientes con antecedentes familiares de cáncer de colon).

 

Menos brecha entre sexos

La incorporación de la mujer a fallecimientos hasta ahora más masculinos (cáncer pulmón y procesos respiratorios, fundamentalmente) ha hecho que la brecha entre hombres y mujeres adelgace. Hace veinte años, la diferencia entre las muertes masculinas y femeninas era mayor. En 1991, de los 11.505 fallecimientos, 6.059 corresponden a hombres y 5.446 a mujeres. La diferencia a favor del sexo femenino era de 613 casos. En 2011, dos décadas después, de los 12.678 decesos, 6.438 llevaban sello masculino y 6.240, femenino. Apenas 198 muertes de distancia.

El caso es que nos morimos más de cáncer pero también nos morimos más de enfermedades vinculadas estrechamente con el envejecimiento. El alzheimer es un claro ejemplo. En doce años su mortalidad creció un 70%. Aquí la comparativa hay que hacerla a partir de 1999, ya que hasta entonces el INE no registraba el alzheimer entre sus 102 principales causas de muerte sino que la englobaba dentro de los procesos seniles. En ese año, en el 99, se contabilizaron 195 fallecimientos por esta dolencia, de los que 142 correspondieron a mujeres. En 2011 la cifra se disparó a 331, con un claro predominio femenino, al que le asignaron 248 de los casos.

Más muertes por alzheimer y cada vez más tempranas. Hace una década apenas se registraron seis casos en personas por debajo de los 65 años, todos ellos en mujeres. En 2011 ya hubo una persona que a los 55 años, también mujer, murió por culpa de esta enfermedad neurodegenerativa. De la mano del envejecimiento crecieron, a su vez, las muertes por caídas accidentales, que se multiplicaron por tres en veinte años hasta llegar a las 174 anuales.

 

Bajan los fallecimientos por infartos, los suicidios y los accidentes de tráfico

01.04.13, L. FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.

Aunque parezca difícil de creer, en estos años ha bajado la cifra de infartos y también la de suicidios. Ahora nos infartamos menos que antes. Hace dos décadas atrás se registraban del orden de las 800 muertes por infarto agudo de miocardio al año mientras que los datos de 2011 hablan de 740 casos. Los especialistas vinculan este descenso a la mejoría en los tratamientos y también a la labor de prevención. Crecieron, eso sí, las isquemias y otras enfermedades del corazón, sobre todo las que aparecen a raíz del envejecimiento, donde la mujer lleva la voz cantante, una tendencia que se mantiene en todo el periodo analizado.

Lo novedoso, también, es que hay menos suicidios. Bastantes menos. Aunque se trata de un trastorno del que ahora, en tiempos de crisis, se habla mucho -en gran parte debido a la sangría de los desahucios que ha llevado a algunos afectados a quitarse la vida-, en Asturias se registran menos muertes por suicidio. Hemos pasado de los 164 casos de 1991 a 120 en 2011. Los suicidios, eso sí, siguen situándose por encima de los fallecimientos por accidente de tráfico, pero no porque los casos de lesiones autoinfligidas hayan crecido, sino porque los accidentes mortales en la carretera se han desplomado y han pasado de 244 fallecimientos en 1991 a 53 veinte años más tarde.

En el contexto nacional, Asturias fue en 2011 la comunidad con mayor mortalidad del país. Las 12.678 muertes contabilizadas correspondieron a una tasa de 1.202 fallecimientos por cada cien mil habitantes. El Principado fue un año más, la comunidad con mayor tasa bruta de mortalidad, seguida de cerca por Galicia, con 1.093 decesos por cien mil y Castilla y León, con 1.090.

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