Medalla de plata del Ayuntamiento de Gijón al Comité Ciudadano Antisida del Principado de Asturias

Por una sanidad pública, universal y gratuita

El doctor Palacios destacó la labor «firme, incansable e indomable» de los voluntarios de la asociación desde 1987

Foto: María José Sánchez Romero besa al doctor Marcelo Palacios Alonso.

30.06.2013, P. T. / J. M. C., en La Nueva España.

«Una sanidad pública, universal y gratuita» fue la reivindicación que hizo al Gobierno de la nación María José Sánchez Romero, presidenta del Comité Ciudadano Antisida del Principado de Asturias, tras recoger la medalla de plata del Ayuntamiento de Gijón de manos de Santiago Martínez Argüelles, portavoz del Grupo municipal Socialista.

Defendió María José Sánchez que se trate a los enfermos de sida con «equidad e igualdad» y de la distinción municipal afirmó que era «un premio al activismo de la lucha día a día de las personas portadoras de sida».

El 7 de julio de 1987, cuando el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) era ya una enfermedad mundial, nació el Comité Ciudadano Antisida del Principado de Asturias, con sede en el barrio gijonés de El Coto de San Nicolás. El doctor Marcelo Palacios Alonso, presidente del Comité Científico de la Sociedad Internacional de Bioética, que fue el encargado de glosar los méritos del Comité Ciudadano Antisida, relató que fue él en 1985 el primer diputado nacional que preguntó en el Congreso sobre la enfermedad, que entonces, señaló, «era la de las tres haches», es decir, homosexuales, heroinómanos y hemofílicos.

Entonces, explicó el doctor Palacios, «en España estaban registrados dieciocho casos, pero dos años después la enfermedad ya estaba en todos los ámbitos». Por ello, el doctor Palacios destacó la labor «firme, incansable e indomable» de los voluntarios y las voluntarias del Comité Ciudadano Antisida, quienes en el último cuarto de siglo «hicieron un trabajo inmenso».

Gracias a ese trabajo y al de miles de personas más en todo el mundo, ahora la enfermedad, afirmó Marcelo Palacios, «es crónica, no mortal», ni sinónimo de las tres haches.

Hace veinticinco años España era el primer país europeo en casos de sida pediátrico y en transmisión por el uso compartido de jeringuillas en la población adicta a las drogas por vía parenteral. Ahora la vía de transmisión de la enfermedad ha cambiado y se ha quedado, como en el resto de Europa, como enfermedad de transmisión sexual. Pero la pandemia se cobró en el mundo veinticinco millones de vidas.