Más de 200 trabajadores del HUCA se concentraron ayer en el nuevo hospital, a instancias de la Junta de Personal, en protesta por el reguero de fallos en La Cadellada
«¡Quien sobra en esta casa es Gispasa!»
Algunos llevaron cubos de playa para 'ayudar' a reparar las averías en el HUCA.
Laura Fonseca, Oviedo, en El Comercio
Con cubos, palas y rastrillos de playa «por aquello de las averías» y a golpe de pitidos, más de 200 trabajadores se concentraron al mediodía en el HUCA para protestar por los fallos y deficiencias que acumula el nuevo hospital. El centro sanitario, que lleva diez meses funcionando en La Cadellada, exhibe un amplio reguero de problemas que ha conseguido colmar la paciencia de sus trabajadores quienes, además, denuncian recortes. «Estamos hartos», decía de manera muy gráfica la presidenta de la Junta de Personal, Ramona García. Al grito de: '¡Quien sobra en esta casa es Gispasa'!, los participantes se concentraron delante del hall de hospitalización para marchar luego hacia Consultas Externas. Una vez allí se adentraron por los pasillos del hospital hasta llegar a las dependencias de la gerencia y de Gispasa donde, entre pitadas, exigieron su disolución.
La de ayer fue una protesta sonora y nutrida en personal. Había médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, administrativos y también una amplia representación del servicio de mantenimiento, uno de los más afectados desde el arribo de Gispasa en la gestión del HUCA. «Gispasa sobra en esta casa. El Hospital Central siempre dispuso de un excelente servicio de mantenimiento al que ahora quieren manchar con acusaciones de sabotaje», protestó Ramona García… (leer más)
La revuelta de las "batas blancas" contra un Hospital "a medio acabar"
"Gispasa, fuera de esta casa", claman los empleados del HUCA
Miguel L. SERRANO, en La Nueva España.
En mitad de la protesta, un tipo canoso y de peto azul, mecánico en el HUCA con 20 años de experiencia, resumía en voz baja lo que sus compañeros protestaban a grito limpio con palmas, silbatos y bocinas. Lo hacía así: "Nos han metido en un hospital a medio terminar y lo estamos acabando nosotros. Hay muchas deficiencias que dificultan el trabajo y que, nueve meses después, no se han solucionado. Y no sólo eso, sino que encima presumen del hospital, como si no hubiera ningún problema, y lo rematan acusándonos de que lo saboteamos. Es de locos".
El testimonio de este hombre de manos gruesas, que pide ocultar su identidad, sirve para resumir lo que dio de sí la manifestación de trabajadores del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) que recorrió ayer las dependencias del centro para exigir mejoras en las instalaciones, pedir la dimisión del consejero de Sanidad, Faustino Blanco, y clamar contra Gispasa, la empresa de mantenimiento, a la que tildaron de "enchufista" después de que su gerente, Alfonso de Carlos Muñoz, publicara en este diario una carta en la que afirmaba que Gispasa "era una empresa pública al cien por cien". En total, una hora de recorrido por el centro sanitario con cánticos como "Gispasa, fuera de esta casa" o "consejero, dimite, el HUCA no te admite"... (leer más)
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