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Y eso que tuvieron tiempo más que sobrado para planificar y/o copiar de otras Comunidades Autónomas en que no se armó este lio …

Y eso que tuvieron tiempo más que sobrado para planificar y/o copiar de otras Comunidades Autónomas en que no se armó este lio …

Los traslados ponen la sanidad patas arriba

Los cambios en 238 plazas de médicos del sistema regional de salud amenazan con

provocar la suspensión de citas y operaciones y con dejar muchas consultas vacías

durante un mes

La Nueva España. Oviedo / Gijón, P. ÁLVAREZ / A. RUBIERA

La sanidad asturiana es un volcán en plena erupción. El panorama generado por un concurso de traslados que afecta a 238 plazas de médico del sistema sanitario público puede resumirse en cuatro trazos.

Primero: médicos jóvenes altamente cualificados abandonaron ayer un hospital altamente especializado y, de forma provisional, se han quedado en el paro.

Segundo: a los anteriores les sustituyen desde hoy médicos veteranos que -incluso estando bien formados en muchos casos- carecen de la cualificación requerida por la plaza a la que llegan.

Tercero: un notable volumen de facultativos han sido desalojados de su plaza simplemente por ser más jóvenes (de edad biológica, no de antigüedad en la plaza) que sus colegas.

Y cuarto y más acuciante: ¿quién va a atender a los pacientes en los próximos 30 días si la mayor parte de los 180 médicos que cambian de hospital disponen desde hoy, viernes, de un mes de permiso retribuido?

Estos cuatro trazos dibujan el paisaje descrito ayer por varias de las fuentes consultadas por LA NUEVA ESPAÑA. Sostienen que la sanidad asturiana entra hoy en un período en el que, si nadie lo remedia, estará «patas arriba». El terremoto incluirá la suspensión de numerosas consultas y operaciones. La situación se complica aún más debido a la cercanía de las vacaciones de Semana Santa.

Los principales desajustes se están registrando en los hospitales. Y muy especialmente en el Hospital Central de Asturias, al que se incorporan más de 60 facultativos. De los cuatro rasgos enumerados al principio, los dos primeros afectan principalmente al complejo hospitalario de Oviedo. Los otros dos, al conjunto de la red hospitalaria pública de la región.

¿La causa? El concurso de traslados convocado por el Servicio de Salud del Principado (Sespa), en virtud del cual han cambiado de ocupante 2.392 plazas de la sanidad regional.Entre ellas, 238 de facultativos: 180 de médicos de hospital, 43 de médicos de familia y 15 de pediatras. Del total, 40 vienen de otras autonomías.

Para el personal estatutario del Sespa (la mayor parte de su plantilla) este concurso de traslados constituía la primera opción de movilidad desde que el Principado asumiera la gestión de la sanidad, el 1 de enero de 2002. Los médicos implicados en el proceso de movilidad concluyeron ayer su vinculación al centro sanitario del que procedían; desde hoy ya forman parte de la plantilla del centro al que llegan.

Aunque algunos gestores hospitalarios reclamaron al Sespa un gesto de flexibilidad que permitiera amortiguar el efecto de las idas y venidas, no parece que hasta el momento la Administración sanitaria haya satisfecho esta demanda.

Ayer, en el Hospital Central, el gerente, Mario González, y el director médico, César Morís, reunieron a los médicos que desempeñan responsabilidades de gestión para explicarles la situación y rogarles la máxima colaboración en esta caótica coyuntura. Algunos de los presentes relataron que la actitud de González y Morís denotaba una profunda preocupación por la situación y que mencionaron la posibilidad de instar al Sespa a «repescar», al menos, a aquellos médicos desplazados de los puestos que ocupaban cuya labor se considera más estratégica. La lista de «insustituibles» podría estar integrada por unos 14 facultativos.

La dinámica de los traslados establece que un médico con plaza en propiedad reclama irse a otro puesto que está ocupado por un facultativo interino. Si se le concede el traslado, el interino ha de dejar esa plaza. Uno de los aspectos más controvertidos del concurso es que su resultado está determinado casi únicamente por la antigüedad del profesional que desea moverse; no incluye apartado alguno referido a la cualificación profesional de los candidatos.

Es en este aspecto en el que en el que incidían Juan Luis Rodríguez-Vigil, ex presidente y ex consejero de Sanidad del Principado, y Carlos Suárez Nieto, catedrático y jefe del servicio de otorrinolaringología del Hospital Central de Asturias, en un artículo publicado en este periódico el 8 de febrero de 2009.

La médula del texto quedaba plasmada en esta aseveración referida al Hospital Central: «El sistema de traslados convocado puede dar lugar a que un médico proveniente de un hospital donde las especialidades no tienen el mismo nivel de tecnificación que en un hospital de referencia ocupe un puesto de trabajo para el que no tiene cualificación suficiente (por ejemplo, hemodinámica, trasplantes, etcétera). Las consecuencias serán obvias: degradar la asistencia o duplicar el puesto, con el consiguiente incremento del gasto».

Carlos Suárez se reafirmó ayer en estos vaticinios. «Es la crónica de un desastre anunciado», indicó el doctor Suárez, quien agregó que, a lo largo del próximo mes, «el Hospital Central tendrá casi 50 médicos menos, algunos de ellos anestesistas, y eso obligará a cerrar quirófanos». Otras áreas severamente afectadas serán radiodiagnóstico -especialidad que incide notablemente en la actividad del conjunto del hospital- y urgencias, que al registrar cuatro traslados verá mermada en esta misma cuantía su plantilla en el próximo mes.

El catedrático de Otorrino sitúa la base del problema en que la Administración sanitaria «ha sacado un concurso de traslados idéntico a los de hace 40 años, y ya habíamos advertido de que era necesario modificar la normativa». Carlos Suárez señala que, en algunas áreas del Central, o se recontrata a algunos de los médicos que ayer causaron baja «o habrá que dejar de hacer determinadas técnicas». Carlos Suárez propuso en la reunión con la dirección que una comisión de médicos con peso específico se dirija a las autoridades sanitarias para buscar soluciones.

Entre tanto, Jorge Cannata, catedrático de Medicina y responsable del servicio de metabolismo óseo y mineral, enfatizó que del Hospital Central «han tenido que irse 50 médicos jóvenes llamados a convertirse, a medio plazo, en líderes» del Hospital Central. A juicio de Cannata, la planificación sanitaria «no debería hacerse así». «No puedes formar a gente, enviarla fuera, lograr que vuelva y luego prescindir de ella». «Es un despilfarro de talento», apostilló el doctor Cannata.

Claves

En el concurso de traslados convocado por el Sespa estaban involucrados alrededor de 3.500 trabajadores de la sanidad pública -unos 500 de ellos de fuera de Asturias- que optaban a 2.392 plazas.

El concurso afectaba a 238 puestos de facultativos: 180 de médicos de hospital, 43 de médicos de familia y 15 de pediatras.

El criterio esencial es la antigüedad. Numerosos médicos veteranos han pasado a ocupar plazas que desempeñaban con carácter interino facultativos más jóvenes, quienes de forma provisional se han quedado en el paro.

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