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Entrevista a Carlos Vallejo, hematólogo responsable del programa de trasplantes hematopoyéticos del HUCA, aprovechando su participación en El Entrego en los actos organizados por la Fundación Josep Carreras en la campaña “La maquina mágica”…

Entrevista a Carlos Vallejo, hematólogo responsable del programa de trasplantes hematopoyéticos del HUCA, aprovechando su participación en El Entrego en los actos organizados por la Fundación Josep Carreras en la campaña “La maquina mágica”…

"La donación de médula es algo satisfactorio, se es consciente de que se salva una vida"

"En España aún hay poco conocimiento de este proceso, hay 130.000 personas inscritas, y en Alemania, 5 millones"

Foto.- Carlos Vallejo, en su despacho.

30.06.2014, L. M. D., en La Nueva España.

 

Carlos Vallejo es el responsable del programa de trasplantes hematopoyéticos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Su trabajo y el de su equipo ha puesto a Asturias a la vanguardia de esta especialidad en España. La semana pasada participó en El Entrego en los actos organizados por la Fundación Josep Carreras y el exalcalde de Laviana, Marcia Barreñada -cuyo hermano es trasplantado- para promover la donación de médula ósea en la región.

 

-¿Cuántos trasplantes de médula ósea se realizan anualmente en Asturias a causa de la leucemia?

-En el HUCA llevamos a cabo entre 100 y 120 procedimientos al año. Pero no todos los pacientes trasplantados padecen alguna variante de leucemia. Otras enfermedades hematológicas u oncológicas son también potencialmente curables con un trasplante. En conjunto, en torno al 95% de los pacientes que se trasplantan padecen enfermedades malignas o potencialmente malignas, como las leucemias, los linfomas, los mielomas o los síndromes mielodisplásicos. De ellas, solo las de peor pronóstico se someten a un trasplante.

 

-España es líder mundial en donantes y trasplantes de órganos, pero en cuestiones de donación de médula estamos mucho más atrás, ¿a qué puede deberse?

-En gran medida, al insuficiente conocimiento. De hecho, siempre que hay campañas para fomentar la donación, el número de donantes se incrementa. De los aproximadamente 24 millones de donantes de médula ósea que hay registrados en el mundo, unos 130.000 son españoles. Por ejemplo, en Alemania o en los Estados Unidos son más de 5 y 7 millones, respectivamente. A nivel mundial, y en proporción a su población, Alemania es uno de los principales líderes en lo que a número de donantes se refiere. Campañas como la que se está desarrollando estos días sirven para concienciar a la gente y para aumentar el número de donantes en España, algo necesario.

 

 

-Existe la creencia de que donar médula ósea es un proceso doloroso...

-La donación de médula ósea es algo muy satisfactorio para quien lo lleva a cabo, ya que la persona que lo hace es consciente de que está ayudando a que otro ser humano pueda salvar su vida, es un gesto de ternura y solidaridad. Además, la médula donada se reproduce en unos pocos días. Por eso los donantes se muestran felices, tanto antes como después de haber donado.

 

-¿Cómo se dona la médula?

-Existen dos formas. La primera consiste en la extracción de un poco de médula en quirófano. Al donante se le practican, bajo anestesia, una serie de punciones en el hueso de la cadera (pelvis posterior), de donde se extrae la médula, cuya cantidad varía en función del peso del receptor. El donante pasa, como mucho, la noche de la extracción en el hospital e inmediatamente vuelve a hacer vida normal. Puede tener discretas molestias en la zona de la extracción durante unos días, que se controlan con un analgésico suave. También se le da un poco de hierro oral, para favorecer la regeneración de la médula.

 

-¿Y el segundo sistema?

-El procedimiento consiste en la administración de unas inyecciones subcutáneas al donante, que hacen que las células madre salgan del interior del hueso. Luego se recoge un poco de sangre del donante (en cantidad similar a un vaso de agua) rica en células madre a través de un procesador celular. En este caso, no se necesita anestesia. Y existe una tercera fuente de células madre para el trasplante, se trata del empleo de sangre de uno o varios cordones umbilicales, previamente congelados, que permiten la regeneración de médula y sangre sanas en el paciente. En este caso, en España sí que estamos a la cabeza, con un 10% de los 600.000 cordones congelados en el mundo.

 

-¿Cómo se elige el mejor método?

-Depende de cada paciente, cada uno es único, son situaciones muy variables. También se tiene en cuenta al donante, que puede elegir si prefiere pasar un rato en el quirófano o recibir inyecciones subcutáneas durante unos días.

 

-¿Qué tasa de supervivencia tiene este tipo de trasplantes?

-Es variable, depende de muchos factores: el tipo de enfermedad, la edad, el tipo de trasplante, etcétera. Digamos que, a pesar de que sólo se someten a trasplante las enfermedades onco-hematológicas más graves, se pueden llegan a curar más del 75% de los niños y más del 50% de los adultos, empleando los procedimientos adecuados.

 

-¿Cómo se selecciona al donante?

-Tiene que ser suficientemente compatible con el receptor. Pero esa compatibilidad no depende del grupo sanguíneo, sino del sistema mayor de histocompatibilidad (HLA), un tipo de proteínas existentes en los tejidos, que son muy polimorfas, es decir, que varían mucho de persona a persona.

 

-¿En qué consiste el proceso del trasplante?

-Primero se valora en profundidad al paciente: corazón, pulmones, resto de órganos... y su enfermedad. También se estudia a su familia, para conocer si alguno de sus miembros es compatible o no. Si no lo son, iniciamos la búsqueda a través de la Fundación Carreras, que está conectada a los registros internacionales de donantes.

 

-¿Y luego?

-Una vez se encuentra el donante, se programa el trasplante y se ingresa al paciente en una habitación de aislamiento del hospital, acompañado por la persona que elija. Una vez allí, la primera fase es el acondicionamiento, que se lleva a cabo con quimio, radio o inmunoterapia, o una combinación de ellas. Hay muchos esquemas de acondicionamientos diferentes, cuyo objetivo es eliminar la médula ósea y preparar al paciente para recibir la nueva médula, la sangre y el sistema inmune sanos del donante. Entonces llega el "día cero", la jornada en la que, normalmente vía intravenosa, se le inyecta la nueva médula, la del donante.

 

-¿Qué pasa entonces?

-Durante unos días el paciente tiene las defensas muy bajas, es el periodo de aplasia, porque las células sanguíneas propias desaparecen y las nuevas células aún no han brotado. Durante este periodo existe el riesgo de infecciones y otras complicaciones, hasta que la nueva médula prende y empiezan a aparecer células sanguíneas sanas (del donante). En total, el ingreso dura entre 3 y 6 semanas, dependiendo del caso.

 

-En unos años, el HUCA se ha puesto a la vanguardia de los trasplantes de médula en España...

-El objetivo que perseguíamos era que la persona que tuviese necesidad de un trasplante de este tipo en Asturias tuviese las mismas oportunidades que en Alemania. Se ha trabajado mucho para lograrlo y los índices de curación son muy buenos, estoy muy orgulloso. Nuestro programa de trasplante hematopoyético se inició hace 26 años por las Doctoras Dolores Carrera y Chelo Rayón. Yo estoy en Asturias desde hace 7 años, tras pasar por Salamanca, Seattle y Madrid. Al poco de llegar empecé a trabajar con Soledad González Muñiz y después el grupo creció. Pero lo importante no son las personas concretas, sino el conjunto. En Oviedo hay un equipo increíble: médicos, enfermeras, auxiliares, secretaria, limpiadoras,... hacen un grandísimo trabajo. Son muy perfeccionistas, lo que ha sido nuestro objetivo desde el principio.

 

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