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Esto también depende de esa empresa que tenía que estar disuelta según el parlamento regional… GISPASA, ¿recuerdan?

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El HUCA acumula este año más de cien robos a pacientes, familiares y personal sanitario

La plantilla se queja de ausencia de cámaras, escasez de vigilantes y de la inexistencia de un registro de entradas y salidas

Solo dos vigilantes por turno tienen asignado el control de los edificios y sus 180.000 metros cuadrados. Un tercero se ocupa del exterior

Laura Fonseca, en El Comercio

«No dejen nada de valor en la habitación y si salen a hablar con el médico, lleven consigo los bolsos o las carteras. Aquí nunca se sabe». Es la recomendación que reciben, cuan mantra, los familiares de enfermos que quedan ingresados en el HUCA. Que hay robos en el interior del hospital lo sabe muy bien el personal que trabaja en La Cadellada, muchos de los cuales han sufrido hurtos durante su jornada de trabajo. Habitaciones, vestuarios, despachos e, incluso, salas de radiodiagnóstico y de consultas externas, han registrado algún incidente de este tipo. El Hospital Universitario Central de Asturias está siendo víctima de una sucesión de robos, agravados en parte por la falta de un dispositivo interno de seguridad que permita prevenir sustracciones de todo tipo dentro en un complejo sanitario de enormes dimensiones. Hablamos de un hospital que solo en su interior alcanza los 180.000 metros cuadrados de superficie y en el que hay cerca de 300 puertas.

Cierto es que lo que ocurre en el HUCA no es tan diferente de lo que pasa también en otros hospitales, como Cabueñes, en Gijón, o el Valle del Nalón, donde los carteristas están a la que salta, entrando en las plantas simulando ser familiares de pacientes para arramblar con lo que encuentran (ropa, carteras, cargadores de móviles, teléfonos, etcétera.). Sin embargo, a principios de diciembre, la Guardia Civil confirmaba que lo que estaba pasando en el HUCA era mucho más grave: una banda organizada había perpetrado varios robos con fuerza en La Cadellada. Para actuar se habían hecho con una bata médica, la credencial también de un facultativo y su fonendo. Además, tenían en su poder la copia de una llave maestra del hospital, con la que accedían a las diferentes dependencias sin levantar mayor sospecha. Así, consiguieron hacerse con un vídeo proyector, un ordenador portátil y hasta un desfibrilador… (leer más)

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