La opinón es que aún tardará mucho tiempo en ser desbancada por otros métodos de diagnóstico
El futuro de la amniocentesis
Un análisis de sangre puede evitar una prueba que en Asturias sólo se hace ante indicios de malformación del feto
Oviedo, E. F. -P., para La Nueva España
La amniocentesis, una prueba de diagnóstico prenatal en la que se extrae una pequeña cantidad de líquido amniótico para analizarla y detectar defectos cromosómicos o genéticos en el feto, tardará mucho tiempo en ser desbancada por otros métodos de diagnóstico, como el aislamiento de células fetales en la sangre materna.
Al menos, esto es lo que sostienen los médicos consultados por LA NUEVA ESPAÑA sobre la posibilidad de que esa prueba, que presenta un riesgo de aborto del 2 por ciento, desaparezca de los hospitales españoles. En Asturias, sólo se aplica a las mujeres que no han superado un «cribado» previo, que mide por aproximación la posibilidad de malformaciones genéticas en el feto con un análisis de sangre y una ecografía.
La búsqueda de células fetales en la sangre de la madre es una técnica cuya utilidad en el diagnóstico prenatal se investiga desde hace ya muchos años. Para realizarla, sólo es necesario extraer una pequeña cantidad de sangre a la embarazada. «Lleva en estudio mucho tiempo y no sé hasta que punto puede llegar a sustituir las técnicas masivas», explica Francisco Moreno, ginecólogo de la unidad de diagnóstico prenatal del Hospital Central de Asturias, quien agrega que, de todas formas, «es una prueba que aún necesita una confirmación posterior». «Sólo está validada para determinar el sexo fetal», corrobora José Solís, jefe del servicio de ginecología del Hospital de Cabueñes, en Gijón.
Informaciones recientes señalaban que las empresas de biotecnología han emprendido una carrera para ser las primeras en poner en circulación el análisis de sangre que hipotéticamente sustituirá a la amniocentesis. Una compañía de San Diego, en California, parece haberse adelantado y promete sacar al mercado su producto en Estados Unidos a la vuelta de pocos meses. La prueba ya se presenta en la página web de la empresa. La nueva técnica se denomina «SEQureDx Technology» y consiste, explican sus promotores, en extraer material del núcleo de las células fetales presentes en la sangre materna, «con seguridad y comodidad». Las mismas fuentes añaden que el test «minimiza los riesgos» asociados a la extracción de una muestra del fluido amniótico que rodea al bebé en el útero.
Se supone que con las pruebas sanguíneas el diagnóstico será más rápido y las mujeres que deseen abortar al conocer que su hijo tiene malformaciones genéticas dispondrán de más tiempo para ello. Solís sostiene que los plazos de la amniocentesis son suficientemente amplios. Se efectúa, detalla, como máximo en la decimosexta semana y en la decimonovena ya se conocen los resultados. Con la biopsia corial -en la que las células se toman de la placenta- esos plazos son aún más cortos, así que hay tiempo de sobra para tomar una decisión, teniendo en cuenta que el plazo para abortar es de 22 semanas.
La amniocentesis era una prueba obligada para las embarazadas mayores de 35 años. En Asturias, sin embargo, la edad no es el criterio empleado para decidir si se realiza o no. José Solís lo explica: «A nivel regional se está haciendo un cribado -una prueba de despistaje para los síndromes de Down y de Evans- a todas la mujeres, tengan la edad que tengan». El ginecólogo reconoce que ese «cribado» no es fiable al cien por cien, pero su seguridad es muy elevada. La prueba incluye un análisis de sangre de la madre, tomada en la décima o undécima semana de embarazo, y una ecografía, una semana más tarde, para medir el pliegue de la nuca del feto.
Sólo cuando los resultados de esas pruebas -diversas variantes procesadas informáticamente y contrastadas- evidencian cierta probabilidad de que el feto sufra alguna malformación genética se aconseja a la embarazada que se someta a una amniocentesis o una biopsia corial. «La biopsia proporciona resultados antes, pero el riesgo es un poco mayor», comenta Solís. En el Hospital de Cabueñes, actualmente, se realizan semanalmente entre tres y cinco amniocentesis.
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