Y la solución no es más incentivos económicos

«Los médicos están desmotivados porque no se les incentiva bien»

08.07.09 - A. VILLACORTA, OVIEDO, para El Comercio

«Robert McNamara, secretario de Defensa estadounidense entre 1961 y 1968, que acaba de fallecer, estableció incentivos para los soldados que matasen a más vietnamitas. El problema llegó cuando los miembros de su ejército se dieron cuenta que las víctimas más fáciles eran mujeres y niños. Entonces, los incentivos consiguieron cadáveres, no menos enemigos». La historia le sirvió ayer a Vicente Ortún, profesor del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra, para ilustrar cómo, «a veces, los incentivos funcionan demasiado».

Ortún participó en el simposium sanitario organizado en el Ridea con una ponencia en la que aseguró que «los médicos, en España, no acaban de sentirse parte del sistema». Es más: «Viven al margen desde hace tiempo. No están en absoluto implicados. Y eso es muy mal asunto para el sistema sanitario nacional».

Y no lo están, sostuvo el profesor, «a pesar de que sus sueldos y sus horarios están muy bien».

Idéntico análisis hizo de la cuestión el director general de la Fundación Gaspar, Juan del Llano, que precisó que «no sólo influyen los incentivos económicos, cuya importancia radica en su objetividad y en que no dependan del capricho del gerente de turno», sino que «hay otros incentivos enormemente importantes que tienen que ver con la motivación intrínseca de los profesionales». En otras palabras: «Con la vocación, porque es una profesión muy exigente que sólo puedes realizar si te gusta. Los médicos están quemados porque no se les incentiva bien».

Este tipo de incentivos son los que, según los especialistas, fallan en el sistema sanitario español y, en concreto, en el caso de los médicos, «con una gran responsabilidad a sus espaldas y, por tanto, especialmente reacios a que alguien les imponga lo que deben hacer». Para el presidente del Consejo Rector de la Universidad Antonio de Nebrija, Manuel Villa, la clave radica en que los gerentes sanitarios deben comprender que «lo esencial en cualquier organización son las personas».