Sanidad quiere cerrar el pacto nacional en 2010 y descarta incluir fórmulas de copago

El Comercio. 22.08.09 - ANDRÉS SUÁREZ| OVIEDO

Noemí Martín, Ramón Quirós, Vicente Álvarez Areces y Trinidad Jiménez, en Oviedo. / MARIO ROJAS

El ministerio niega que los servicios estén en riesgo y destaca su «eficiencia»

Pide un «esfuerzo conjunto» de todas las partes «para mejorar y reafirmar» el modelo«Obligar al usuario a pagar iría en contra de los más desfavorecidos»

Rechaza que el sistema corra peligro y recuerda que la nueva financiación «aporta los fondos requeridos por las distintas comunidades autónomas»

El ’pacto por la salud’ que debe acomodar el sistema sanitario a los nuevos tiempos y garantizar su sostenibilidad económica futura estará listo en 2010, si se cumplen las previsiones del Ministerio de Sanidad y, obviamente, si hay acuerdo con las comunidades autónomas. El departamento que dirige Trinidad Jiménez trabaja con esos plazos y también tiene claro que en ese acuerdo no se incluirá ninguna fórmula de copago. «No es una alternativa que se contemple y mucho menos en un momento de crisis, porque no iría en beneficio de los sectores más desfavorecidos de la sociedad», señalan las fuentes consultadas por este periódico.

El Gobierno central encara este proceso no con el objetivo de cambiar radicalmente el sistema sanitario, ya que considera que su situación tanto económica como asistencial es razonable, sino para introducir «los ajustes y las mejoras» necesarias para adaptarlo a los cambios económicos y sociales. «Desde luego que la sanidad no corre peligro», precisan estas fuentes, que ponen sobre la mesa dos datos, a modo de ejemplo. Uno, que la sanidad española tiene «una calidad reconocida» y se encuentra entre la cuarta y la séptima del mundo. Y dos, que el gasto medio por persona en relación al PIB es dos puntos inferior a la media de la UE. Ambos factores constatan, pues, «eficacia y eficiencia».

En relación al debate abierto en Asturias, donde desde el Gobierno se ha planteado incluso cobrar por el abuso de los servicios de urgencias de los hospitales, algo rebatido después por el PSOE y por la Consejería de Salud, y en un marco en el que el PP insiste a diario en que se está abriendo la puerta al copago de los fármacos y los servicios, Sanidad es rotundo. No es una opción que se contemple, por varias razones.

«Contraproducente»

Entre ellas, que «podría ser contraproducente» y perjudicar a quienes más necesitan un sistema de salud público y universal. «Podría pasar que quienes necesitan ir al médico no lo hiciesen al tener que pagar», se reflexiona desde el ministerio. Es, además, una alternativa ya experimentada en otros países «y que no se ha revelado eficaz».

Entonces, ¿cómo recortar el abultado gasto, si no es mediante el copago? En este punto, el Ejecutivo se remite a los distintos comités institucionales que, con representación de las distintas partes implicadas, trabajan en la búsqueda de soluciones que luego se erijan en la base principal del pacto de Estado. Uno de esos comités trabaja exclusivamente en el capítulo de racionalización del gasto. «Una vez que haya conclusiones se podrá decidir», explican estas fuentes.

El diagnóstico más optimista del ministerio contrasta con el debate abierto por el Gobierno en Asturias, aunque rebajado de tono con el paso de los días, que ha incidido en los riesgos que la caída de ingresos supone para el futuro del sistema sanitario regional. El Principado, de hecho, ha destacado que la nueva financiación autonómica será un alivio en este sentido, pero no la solución definitiva al problema.

El Ejecutivo central, mientras, espera más de la aplicación de la recién reformada financiación, «que cumple con los requisitos fijados en su momento» por los distintos consejeros autonómicos de Salud y que destinará la mayor parte de los recursos adicionales precisamente al sistema sanitario. Incide en que se tienen en cuenta de una forma más ajustada y realista criterios como el incremento de la población, su envejecimiento o su dispersión, y considera que el resultado final de su puesta en práctica no puede ser más que «positivo».

Consolidación

Las esperanzas que el Gobierno pone en este ’pacto por la salud’ son amplias. Debe, señala Sanidad, «garantizar la consolidación del modelo para las próximas generaciones». Un objetivo tan ambicioso, agrega, necesita del «esfuerzo conjunto» de todas las partes implicadas, de ahí que el ministerio apele al consenso con las comunidades autónomas, que en la práctica gestionan las competencias, para llegar a consensos que satifagan a todos y permitan «reafirmar y mejorar» la sanidad.

Por el Principado no va a quedar. No en vano el gabinete de Vicente Álvarez Areces ha recalcado en las últimas semanas la imperiosa necesidad de alcanzar un pacto de estas características, que considera «clave» para el futuro y más aún en un momento económico tan delicado como el actual. «Después de la financiación autonómica, el próximo gran pacto a afrontar es el de la sanidad», opina el Ejecutivo asturiano.

Gobierno regional y Ejecutivo autonómico comparten, pues, la misma aspiración. Sanidad considera importante el mayor grado de acuerdo posible para encauzar el futuro de un sistema que genera casi el 6% del empleo total en España y que destina 20.000 millones de euros al año a inversiones en I+D+i, tanto en medicamentos como en nuevas tecnologías sanitarias. «Es un elemento indispensable de generación de riqueza para el país», se apostilla desde el ministerio, y uno de los principales «motores económicos».

 

AL GRANO

El Gobierno disfraza el problema

22.08.09 - JUAN NEIRA

EL Ministerio de Sanidad quiere formalizar un gran pacto por la salud, en el año 2010, excluyendo del mismo cualquier fórmula de copago. Según el Gobierno, el sistema sanitario español es eficiente y sólo necesita de algunos retoques para asegurar su sostenibilidad. Fuentes del Ministerio de Sanidad recuerdan que en el modelo de financiación autonómica, recientemente negociado, hay dinero previsto para costear el gasto en salud.

Sobre el pacto por la salud sólo sabemos dos cosas: ni el Gobierno central va a poner más dinero ni se va a optar por repercutir el coste de los servicios sobre los usuarios. Más allá de los aspectos político-propagandísticos de un pacto de esa naturaleza, se supone que el acuerdo se hace para rebajar los números rojos de la sanidad. O se reducen los gastos o se aumentan los ingresos. O las dos cosas a la vez. En este momento, la situación es muy desfavorable para las finanzas sanitarias porque al creciente gasto del sistema se suma, por primera vez, una caída en la recaudación tributaria, así que la única mejora previsible, a corto plazo, proviene del nuevo modelo de financiación autonómica que entrega más recursos a las comunidades. La experiencia demuestra que los cambios en los modelos de financiación autonómica, con la aportación de más recursos, en seguida son absorbidos por los gobiernos regionales, incapaces de hacer frente a la escalada del gasto sanitario.

El Ministerio de Sanidad se conforma con decir que el sistema sólo precisa retoques, porque la gestión no es de su incumbencia. Con pacto o sin él, la solución corresponde a los gobiernos regionales. Puede que una mayor implicación del Gobierno central, coordinando políticas, mejore la situación económica de los sistemas de salud de los distintos territorios, pero poco más puede hacer. Los políticos autonómicos son muy celosos de sus competencias, y no están dispuestos a someterse a directrices del Gobierno central, del que sólo esperan la aportación de más dinero. No me imagino a Trinidad Jiménez diciéndole a la Generalitat cómo tiene que solucionar el tremendo agujero de la sanidad catalana. Lo que deberían pedirle los políticos autonómicos al Gobierno central es que no ponga puertas al campo con leyes que encorseten la gestión sanitaria, porque va a haber que recurrir a métodos novedosos

 

«Un acuerdo así no servirá para gran cosa», dice el Partido Popular

22.08.09 - A. S.| OVIEDO Alejandra Cuétara y Carlos Galcerán, ayer, en la Junta. / EFEEl PP asturiano volvió ayer a la carga contra el Gobierno regional con el debate abierto en torno a la sanidad como escenario del combate. Lo hizo reiterando los argumentos de los últimos días y poniendo en duda la eficacia del acuerdo nacional que promueve el Ministerio de Sanidad para asegurar la sostenibilidad futura del sistema. «Ese pacto no resolverá gran cosa porque si las cosas no se gestionan bien, da igual qué acuerdos se firmen», opinó el diputado Carlos Galcerán, resumiendo la posición de su partido.

«Sólo se busca enredar», añadió Alejandra Cuétara, que insistió en que poca eficacia tendrán pactos nacionales si luego el Gobierno regional no se esfuerza en contener el gasto. La diputada recordó que el grupo de trabajo sobre gasto sanitario del Consejo de Política Fiscal y Financiera planteó a las autonomías una veintena de recomendaciones en ese sentido, «pero el Principado sólo ha intentado aplicar seis, y únicamente dos tienen verdadero contenido económico».

Los populares quitaron hierro a la polémica sobre el estado de la sanidad en Asturias, que a su juicio no corre peligro, y enmarcaron los anuncios del Principado en una estrategia con un doble objetivo: «Subir los impuestos y frenar las intenciones de IU de que en 2010 haya un presupuesto expansivo».

El PP, que se ofrece a ayudar al Gobierno a buscar soluciones para mejorar la sanidad, pone condiciones. La primera, una «dieta de adelgazamiento» en los «chiringuitos», que es como define el sistema de empresas y sociedades públicas, con el objetivo de obtener 200 millones adicionales. Y después, un «plan severo de ajuste del gasto» en 2010 en todos aquellos capítulos que no sean sanidad, educación y servicios sociales.

Cuétara destacó la necesidad de mejorar la gestión en algunos apartados concretos de la sanidad, ya que señaló que el Gobierno está pagando recargos por retrasarse en sus obligaciones de pago a la Seguridad Social..