La valoración de la situación vivida
La gripe A fue más leve que la epidemia gripal común de 2008
Aunque provocó más enfermos, el pico de incidencia del virus H1N1 fue el menos intenso de los tres últimos años
06.02.10 - LAURA FONSECA | GIJÓN, para El Comercio.
Al final, el lobo no vino. La última epidemia de gripe, en la que el virus A/H1N1 fue líder epidemiológico (y mediático), fue bastante más leve que su antecesora, la de 2008. Aunque dejó más enfermos (37.200 hasta la fecha frente a los 30.206 del año anterior), el pico de la gripe A fue el más bajo de los tres últimos años. Esto significa que la cepa del H1N1 que trajo de cabeza a la Organización Mundial de la Salud (OMS) se expandió algo más, ya que tuvo más afectados, pero su explosión entre la población asturiana fue menos contundente que la de las temporadas de gripe común de 2007 y 2008.
De hecho, el pico gripal de la temporada 2009-2010 (marcador de incidencia que emplean los epidemiólogos para medir la intensidad de una enfermedad vírica) fue la mitad de intenso que el del año anterior. Así se deduce de las tasas de afectación que ayer dio a conocer la Consejería de Salud en su informe semanal de vigilancia de la gripe. En este último resumen, dirigido especialmente a los médicos que integran la red centinela, se concluye que la tasa acumulada hasta el momento es de 3.385 casos por cien mil, lo que deja un total de 37.235 enfermos gripales. En el 95% de los casos, el virus que causó la infección fue el A/H1N1, que se convirtió en líder indiscutible de la temporada.
Mediados de noviembre
La de 2009 fue una gripe madrugadora, ya que la mayor incidencia tuvo lugar a mediados de noviembre (semana 46), cuando se registró una tasa de 377 casos de gripe por cien mil habitantes (traducido en números reales son unos 4.000 enfermos semanales). Un año atrás, el pico gripal llegó algo más tarde. No fue hasta finales de año (semana 52) cuando la epidemia alcanzó sus registros más altos. Lo hizo en la última semana de diciembre con una tasa de 581 enfermos por cien mil (6.400 afectados a la semana), es decir, 204 puntos por encima del cómputo que mostró la gripe A en 2009.
Pero el temido virus A tampoco sale bien parado si se lo compara con la temporada gripal de 2007. En aquel entonces, el pico de afectados trepó hasta los 820 casos por cien mil y dejó 9.000 enfermos semanales, una de las mayores cifras de la última década.
A la vista de los datos epidemiológicos, se concluye que la epidemia de gripe relacionada con el virus A/H1N1 no fue en Asturias tan virulenta ni intensa o grave como habían vaticinado las autoridades sanitarias. La Consejería de Salud esperaba entre 10.000 y 12.000 enfermos semanales cuando el virus explosionara. Pero al final la cifra de incidencia se quedó por debajo de esas previsiones, ya que el pico de mayor afectación apenas superó los 4.000 enfermos a la semana.
Por tasas acumuladas (número total de afectados en la temporada epidemiológica que se extiende de octubre a mayo), la gripe A fue mayor que la de 2008. Sin embargo, fue menor que la de 2007, cuando el acumulado fue de 3.955 casos por cien mil y la cifra total de enfermos alcanzó casi las 43.000 personas.
Complicaciones graves
Eso sí, aunque para la mayor parte de los enfermos asturianos la gripe cursó de forma leve, hubo quienes sufrieron complicaciones. Y las hubo bastante graves. En Asturias, la temporada se saldó con cinco fallecidos. 217 fueron ingresadas, de ellas, 112 estuvieron en estado grave y 29, muy grave.
Los niños fueron los grandes damnificados por la gripe A. En su caso, las tasas de incidencia son cuatro veces superiores a las registradas en adultos. En la población de 5 a 14 años, hubo 1.100 afectados por cada cien mil habitantes.
Los últimos datos epidemiológicos confirman que la gripe se bate en retirada. En la última semana de enero y la primera de febrero hubo apenas 22 casos por cada 100.000 personas. Es el cuarto cómputo más alto tras Andalucía, Cataluña y Extremadura.
«Es mejor haberse excedido en las predicciones que quedarse corto»
Los hospitales retiran el operativo de emergencia montado para afrontar la gripe A
Juan Caunedo Responsable de Medicina Preventiva de Silicosis
06.02.10 - L. FONSECA | GIJÓN, para El Comercio.
Juan Caunedo es el responsable de Medicina Preventiva del Instituto Nacional de Silicosis, centro sanitario donde fueron tratados los casos más graves de gripe A que se detectaron en Asturias esta temporada. Ahora hace un balance de la última epidemia y asegura que, pese a que el virus no fue tan virulento como se preveía, «no hay que bajar la guardia».
-Lo de la gripe A no fue finalmente para tanto. Cómo experto, ¿qué lectura hace de lo sucedido?
-Es verdad que fue más leve de lo previsto, pero no hay que olvidarse de que estamos ante un virus nuevo que, afortunadamente, no llegó a mutar. A diferencia del de la gripe aviar, parece que el H1N1 no es especialmente agresivo, aunque sí tiene gran capacidad de expansión.
-¿Cree que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se excedió en sus vaticinios y recomendaciones?
-Las previsiones de pandemias se hacen sobre los históricos epidemiológicos y cuando estás ante un virus nuevo, como fue el caso, es mejor excederse en las predicciones que quedarse corto. Es verdad que al final no fue para tanto, pero esta gripe se llevó por delante a mucha gente, incluso, siendo un virus benigno. No hacer nada por parte de la OMS hubiera sido irresponsable y negligente.
-Ya, pero entre no hacer nada y decir que se va a infectar al 30% de la población (que eran las previsiones para España), hay un trecho, ¿no le parece?
-Nadie sabía cómo se iba a comportar el virus de la nueva gripe, de ahí que se planteara el peor escenario posible. Ahora sabemos que fue benigno, pero en Asturias hemos tenido casos muy graves en personas que ni siquiera tenían factores de riesgo. Además, la OMS nunca habló de gravedad sino de cómo se expandía el virus. La alarma se instaló luego en los medios y en la sociedad.
-¿O sea, que al final, la culpa es de los medios? Perdone, no es por defendernos, pero los medios de comunicación elaboraron sus informaciones en base a las alertas que emitía la OMS...
-Todos tenemos que hacer autocrítica, la OMS, los médicos, los expertos, los medios... No digo que la culpa sea de unos o de otros. De hecho, los medios tuvieron una labor muy positiva a la hora de transmitir las medidas de prevención que jugaron un papel decisivo para que la gripe A no fuera tan intensa. La campaña para evitar contagios fue muy eficaz.
-Pero no cree que se gastó mucho dinero para que la conclusión final sea que ahora sabemos lavarnos muy bien las manos.
-Es posible, pero en sanidad el coste-beneficio siempre es subjetivo. La campaña informativa contra la gripe A evitó muertes y enfermedad porque redujo los contagios, de eso no hay duda. ¿Cuánto vale eso?
-La población pasó de vacunarse contra la nueva gripe. ¿Considera que tuvo un comportamiento mucho más calmado que la OMS?
-Puede ser. La gente vio que la cosa no era para tanto y no tuvo pánico ninguno.
-¿Y ahora, qué nos queda?
-Yo no bajaría la guardia y me mantendría vigilante, aunque sería más cauto a la hora de transmitir datos.
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