El pulso con las constructoras del HUCA en los medios de comunicación
Quirós avisa de que cambiar la constructora del nuevo Hospital «no sería un inconveniente»
El consejero de Salud lanza un ultimátum a las empresas y amenaza con readjudicar las obras sin que los plazos se alarguen «enormemente»
Oviedo, Elena FERNÁNDEZ-PELLO, en La Nueva España
El consejero de Salud, José Ramón Quirós, fue ayer contundente al hablar sobre los desacuerdos entre las constructoras del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) -la UTE formada por Sacyr, San José y Sánchez y Lago- y Gispasa, la empresa pública promotora del complejo sanitario. No dudó en lanzar un ultimátum: «Deben poner sobre la mesa si quieren seguir o no adelante con los trabajos, no sería un inconveniente cambiar de constructora si es que la UTE (unión temporal de empresas) actual no se considera capacitada o con ganas de terminar la obra».
En ese caso, continuó José Ramón Quirós, «la Administración adjudicaría la obra lo más urgentemente posible y eso no generaría que se alargasen enormemente los plazos». Al contrario, observó, «los plazos se pueden alterar si demoramos la resolución de la negociación». Las palabras del Consejero y su actitud se corresponden con desacuerdos más graves que las «lógicas tensiones en un momento de negociación» que está dispuesto a reconocer.
Los empresarios, tal y como publicaba ayer LA NUEVA ESPAÑA, aseguran que las pretensiones de la Administración van más allá de una simple modificación del proyecto y «la alteración sustancial del proyecto inicial» es una de las causas de rescisión del contrato. Quirós niega tajantemente que se hayan incorporado nuevos edificios al complejo hospitalario de La Cadellada. «Si como obra nueva se entiende cambiar un tabique, sí, la hay; si significa que estamos encargando edificios nuevos, es rotundamente falso», eso fue todo lo que admitió. Comentó que, por ejemplo, se ha modificado el proyecto para incluir un área de partos «menos intervencionista, más natural», que requiere espacios más amplios y diáfanos y, por consiguiente, requiere el desplazamiento de algunos tabiques, «pero ningún edificio nuevo».
Las diferencias entre las constructoras del Hospital Universitario y la Consejería de Salud se traducen, en términos monetarios, en unos 35 millones de euros. Las empresas Sacyr, San José y Sánchez y Lago piden alrededor de 60 millones por las modificaciones incluidas en el proyecto y la Administración, que no tolera que se hable de obra nueva, no está dispuesta a pagar más de 25. Cuando el plazo de ejecución establecido por contrato -58 meses- ya ha expirado, quedan por acometer obras por un valor del 30 por ciento del total del presupuesto inicial.
Los cambios incluidos por Gispasa responden, según la Administración, a demandas de los propios médicos o requerimientos tecnológicos impredecibles en el momento en que se redactó el proyecto.
EL EJECUTIVO URGE A LAS EMPRESAS A QUE DECIDAN SI QUIEREN O NO SEGUIR ADELANTE.
El Principado lanza un órdago a la constructora del nuevo HUCA
Quirós amenaza con finiquitar el contrato si la UTE no acaba ya el proyecto.
La adjudicataria del hospital reclama 40 millones de euros para finalizar la obra.
11/05/2010 J. CASO / P. ZARIQUIEGUI, para La Voz de Asturias.
Ordago del Principado a las empresas constructoras del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias. El Gobierno autonómico fue ayer tajante. Urgió a la UTE adjudicataria del proyecto a que tome una decisión. O sigue adelante con la obra o el Principado encargará el proyecto a otra empresa. Así lo indicó Ramón Quirós, Consejero de Salud.
Quirós salía al paso de las últimas exigencias económicas de la UTE integrada por Sacyr Vallehermoso, San José y Sánchez y Lago. La sociedad pública Gispasa, promotora del proyecto, y estas tres empresas adjudicatarias negocian estos días y contra el reloj el precio de un nuevo modificado. El Principado, haciéndose eco de las peticiones de la dirección facultativa, pretende que la UTE incorpore mejoras en el proyecto. La discrepancia está en su coste. Este periódico ha podido saber que la constructora ha rebajado algo sus pretensiones iniciales; sin embargo, siguen siendo excesivamente altas para el Gobierno del Principado. La UTE, según fuentes cercanas al proyecto, reclama ahora 40 millones de euros para hacer frente a las mejoras solicitadas y poner fin así a la obra. La petición, considerada desproporcionada para el Principado, elevaría el precio final de la obra hasta los 305 millones de euros.
El Consejero de Salud se mostró ayer muy duro. Quirós señaló textualmente que "hay que poner encima de la mesa si la empresa quiere o no hacer la obra". Si no la quiere realizar, añadió el titular de Salud, "la Administración la adjudicará de la forma más urgente posible" a otra empresa. Quirós es consciente de que el cambio alteraría los plazos, pero también asegura que se modificarán "si se sigue demorando la resolución de esta negociación". "No sería un inconveniente cambiar de constructora si es que la UTE actual no se considera capacitada o con capacidad para terminar la obra", enfatizó.
El titular de Salud se atrevió a decir en público lo que su colega de Economía lleva tiempo diciendo en privado. Jaime Rabanal, según pudo conocer este periódico, ha advertido ya a la UTE de que corre el riesgo de tensar la cuerda hasta romperse. Rabanal ha hecho saber a la adjudicataria que el Principado puede dar por finiquitado el contrato. De formalizarse la ruptura, se abriría un periodo de incertidumbre para el proyecto. Sería necesario adjudicar el fin de la obra, lo que demoraría más aún los plazos.
El Principado da un ultimátum a la UTE del nuevo hospital
«Cambiar de empresa no sería un inconveniente», advierte el consejero a la constructora, que exige 58 millones adicionales para acabar La Cadellada
Ramón Quirós insta a que decida «si quiere seguir adelante con la obra»
11.05.10 - M. LLANO / L. FONSECA | OVIEDO, en El Comercio.
El consejero de Salud lanzó un ultimátum a las empresas que construyen el HUCA, a las que instó «a decir si quieren seguir adelante con la obra». Lo hizo en un momento en el que las constructoras Sacyr, San José y Sánchez y Lago negocian con el Principado el cobro de un presupuesto adicional (58 millones, según la UTE) para acabar el nuevo hospital, cuyo proyecto sufrió nuevas modificaciones. Ramón Quirós fue ayer más que claro: «no sería un inconveniente cambiar de constructora si es que la UTE actual no se considera capacitada o con ganas de terminar la obra», advirtió. Es más, el consejero adelantó que el problema no pasa por convocar un nuevo concurso para lo que queda de obra en La Cadellada. En su opinión, «los plazos se pueden alterar si demoramos la resolución de la negociación», en alusión a las conversaciones, más que tensas, que empresas y Gispasa mantienen para intentar que el HUCA llegue a buen puerto.
El titular de Salud no se anduvo por las ramas: «las empresas deben poner sobre la mesa si quieren seguir o no adelante con los trabajos», señaló. Las obras del HUCA deberían haber tocado a su fin el pasado 7 de abril. Así lo estipulaba el proyecto original, retocado en 2008 a causa de un sobrecoste valorado entonces en 54,5 millones de euros. Esta modificación elevó el precio de La Cadellada a 259,8 millones de euros, pero también elevó el plazo de ejecución, que pasó de 54 a 58 meses. No obstante, ninguna de las dos fechas de finalización se cumplieron. Ni la primera de diciembre de 2009 ni mucho menos, la última de abril de 2010.
El horizonte está ahora en el próximo mes de noviembre, pero a tenor del ultimátum que ayer escenificó Quirós parece que tampoco será factible.
Rescindir el contrato
El consejero recordó que las adjudicatarias, que iniciaron los trabajos en junio de 2005 con un presupuesto de licitación de 205,4 millones de euros, «tienen la capacidad de rescindir el contrato si así lo consideran y desean». Si la UTE se planta, «la Administración lo que haría sería adjudicarla de forma lo más urgente posible y eso no alteraría enormemente los plazos», precisó el consejero.
En mitad de todo este embrollo está el coste final del HUCA y los últimos modificados que introdujo el Principado en el proyecto, del que aún queda por ejecutar un 30%. La UTE valora los cambios en 58 millones. El Principado, sin embargo, no pasa de los 25. La adjudicataria argumenta que en el último año y medio se han hecho muchas modificaciones sobre la obra en marcha que, por cierto, ya había sufrido cambios entre 2007 y 2008 (las que originaron el primer sobrecoste). La sociedad pública Gispasa (Gestión de Infraestructuras Sanitarias del Principado de Asturias), promotora del proyecto, responde que los cambios son mejoras relacionadas en gran parte con avances tecnológicos no previsibles. «En ningún caso se trata de nuevos edificios», zanjó ayer el consejero, echando por tierra las pretensiones de la UTE que intenta que los cambios sean calificados como obra nueva, para así lograr que el sobrecoste pueda superar el 20% del presupuesto global sin que ello obligue a convocar un nuevo concurso (como queda reflejado en el contrato de adjudicación firmado).
El caso es que en La Cadellada, donde se erige el nuevo hospital, apenas se registra movimiento estos días. La imagen no es, ni de lejos, la que debería ofrecer un complejo sanitario en la fase final de construcción. Ramón Quirós se afana en negar que la obra esté paralizada, pero la actividad es mínima.
Tirar tabiques en áreas que estaban ya terminadas El Principado va desgranando cuáles son los últimos cambios que ha introducido en la obra de La Cadellada, modificaciones que han puesto a las constructoras en pie de guerra. En un principio se dijo que la mayor parte de las reformas tenían su origen en innovaciones tecnológicas imposibles de prever. Sin embargo, ayer se conoció que se han tenido que tirar tabiques y muros cuando la obra ya estaba más que avanzada. Ramón Quirós puso un ejemplo y señaló que el área de obstetricia tuvo que ser reformada para poder incorporar los llamados partos no medicalizados. «Ha habido que adecuar espacios y mover tabiques de las unidades que estaban previstas inicialmente», explicó.
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