Es más que probable que en esta espiral del ajuste quepa y valga todo
El Gobierno abre la puerta a que los usuarios paguen parte de los servicios sanitarios
La ministra de Sanidad, quien rechazó esta posibilidad el pasado viernes, y el secretario de Estado de Hacienda admiten que el copago está sobre la mesa del Ejecutivo
Oviedo / Madrid, P. Á. / Agencias, en La Nueva España
El viernes pasado lo negó. Ahora ya no lo niega. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, confesó ayer que su departamento «está estudiando» el establecimiento del «copago» de los servicios sanitarios por parte de los ciudadanos como una alternativa para «garantizar la sostenibilidad» del Sistema Nacional de Salud. No obstante, Jiménez precisó que «hay dudas lo suficientemente amplias» como para no adoptar «en este momento» una medida encaminada a que los usuarios paguen una parte de los actos sanitarios de los que se beneficien.
También ayer, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, afirmó que el copago sanitario ha estado sobre la mesa en otras ocasiones y añadió que ahora está ahí «como posible». En una conferencia de prensa sobre ejecución presupuestaria, Ocaña admitió que esta posibilidad se planteó también para ser incluida en el real decreto de reducción del déficit aprobado el pasado viernes, pero que finalmente no se hizo porque para reducir el gasto en sanidad se aprobó la rebaja de precios de los medicamentos.
Hasta el momento, Jiménez siempre se había manifestado radicalmente contraria a la aportación económica de los usuarios para financiar los actos sanitarios de los que se benefician, Sin embargo, ayer se limitó a indicar que «todavía no hay un acuerdo» al respecto porque «no existe una opinión clara y formada sobre la bondad de una medida de estas características»
La titular de Sanidad argumentó que desde hace más de veinte años el «copago» ha sido un tema «recurrente» en los debates sanitarios. «Creo que ha estado en los cajones de todos los ministros que hemos llegado a este Ministerio», indicó Jiménez, quien agregó que ella misma lo ha planteado en la subcomisión del pacto por la sanidad y en el Consejo Interterritorial de Salud.
La Ministra hizo hincapié en que «no hay una posición clara y unánime sobre la conveniencia de la medida porque entraña dudas que son razonables y legítimas que hay que considerar». Entre los interrogantes que están planteados, Trinidad Jiménez señaló algunos: «a quién se le aplicará y cómo se le aplica» o «si tenemos un sistema informático lo suficientemente desarrollado para poder discriminar entre aquéllos que pueden o no pueden» afrontar este pago añadido. Asimismo, la Ministra se preguntó «qué valor puede tener con vistas a incrementar los ingresos» y, por tanto, «a fortalecer la sostenibilidad» del actual modelo público.
A juicio de la titular de Sanidad, «hay un debate todavía demasiado abierto como para que este Ministerio se proponga esta decisión». Según Jiménez, «no hay un análisis de ingresos lo suficientemente determinante» y «existen dudas sobre cómo afectaría a la salud de los ciudadanos». Como ejemplo de reticencia, la Ministra indicó que la parte de la población que más usa la sanidad pública son las personas mayores, cuyas pensiones «son todavía bastante bajas». Asimismo, expresó su preocupación ante la posibilidad de que los enfermos crónicos hayan de pagar los servicios.
A partir de este momento, resultará interesante comprobar la incidencia de este nuevo posicionamiento del Gobierno central en los gobiernos autonómicos. En Asturias, el consejero de Salud, Ramón Quirós, ha mantenido posturas cambiantes. Tiempo atrás, se mostró partidario de abrir un debate de ámbito nacional sobre la conveniencia de establecer el copago. Más recientemente, se manifestó rotundamente contrario.
El pasado 22 de marzo, precisamente con motivo de una entrevista que mantuvo en Madrid con la ministra Trinidad Jiménez, Quirós afirmó que el copago sanitario «no es una alternativa de financiación y no es algo que esté ahora encima de la mesa».
Sin embargo, en una entrevista celebrada el 3 de julio de 2008, Quirós había planteado al anterior ministro de Sanidad, Bernat Soria, la apertura de un debate sobre la aportación de los pacientes al coste de los medicamentos. Quirós argumentó por entonces que «el copago de fármacos ya existe en España y es discutible que la estructura actual sea la más justa y equitativa». El consejero asturiano agregó en aquel momento -como ya había hecho en ocasiones anteriores y repitió con posterioridad, incluso en la Junta General del Principado- que «sería importante plantear a debate el copago con el resto de comunidades autónomas dentro del contexto de la ley de Farmacia».
Las asociaciones de consumidores rechazan la medida y los «globos sonda»
Madrid, Europa Press / Efe
Las asociaciones de consumidores criticaron ayer a la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, por lanzar «globos sonda» sobre la posibilidad de introducir el copago sanitario como medida para sanear las cuentas del Sistema Nacional de Salud, fórmula que las asociaciones tachan de «inoportuna».
El portavoz de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), David Hurtado, explicó que el copago sanitario «repercutiría en el poder adquisitivo de los ciudadanos, principalmente en el de las clases medias y bajas, que son las que utilizan más estos servicios».
Por su parte, la portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Ileana Izverniceanu, subrayó que la aplicación del copago «es empezar la casa por el tejado, porque antes hay que recortar muchas partidas». La representante de la OCU censuró que «al final siempre caiga el recorte por la parte del consumidor, que es la parte más desprotegida».
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública rechazó «totalmente» la obligación de que los usuarios paguen parte de los servicios por considerar esta medida «injusta e insolidaria». El «copago», según la citada federación, «penaliza» a las personas que tienen menos recursos económicos y más problemas de salud.
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