Es evidente que el problema fue la planificación de la propia dirección de Cruz Roja: «No es de recibo trabajar casi a destajo en la primera mitad del año y ahora estar de brazos cruzados» (Pta. del C. de Empresa)
El Comité de Cruz Roja teme que el hospital «se vaya a pique» por el ajuste
El centro concertado tiene pendiente apenas un 16% de operaciones para lo que queda de año
03.11.10 - L. FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.
Entre el personal de Cruz Roja hay temor por la viabilidad y el futuro del hospital. Los recortes económicos aplicados por el Servicio de Salud del Principado (Sespa), que redujo en un 3,2% el valor de las tarifas a los centros concertados de la región, son vistos con «preocupación» por el comité de empresa. Su presidenta, Cristina Suárez (CC OO) aseguró ayer que la situación del centro sanitario «empieza a ser delicada». 50 de los casi 220 trabajadores fijos en plantilla ya se están viendo afectados por los ajustes. La movilidad funcional, por ejemplo, se ha hecho extensiva a todos los enfermeros y auxiliares del área quirúrgica, en la que más se ha visto reducido el ritmo de actividad. Muchos de los profesionales están cubriendo sustituciones de compañeros y realizando funciones hasta ahora ajenas a su rutina laboral diaria.
«De seguir así el hospital se puede ir a pique», asegura Cristina Suárez, que recuerda que Cruz Roja amplió en su día el área quirúrgica «porque el Principado se comprometió a mantener un determinado nivel de actividad quirúrgica». La responsable del Comité se queja de que el Sespa «quiera desentenderse del problema». También pone en tela de juicio la gestión que la dirección del centro concertado realizó tras conocer los recortes. «No es de recibo trabajar casi a destajo en la primera mitad del año y ahora estar de brazos cruzados», escenifica.
Los trabajadores creen que todo lo que concierne al hospital concertado tiene que ser abordado a tres bandas: Principado, Cruz Roja y Ayuntamiento de Gijón. «En este centro se ha invertido mucho dinero público, por tanto, hay una responsabilidad también de las instituciones», indica Suárez. La reducción presupuestaria ha obligado al centro hospitalario a ralentizar el trabajo previsto. Según datos aportados por la dirección del hospital al comité de empresa, hasta septiembre, se habían realizado 5.100 intervenciones de las 6.568 pactadas con el Sespa para el conjunto del año. En 2009, para esas fechas, Cruz Roja llevaba hechas en torno a 5.400 intervenciones, un 4% por encima del volumen actual.
Para lo que resta de año, el horizonte no es mejor. Al hospital le quedan por atender muy pocas derivaciones por parte del Servicio de Salud. Apenas unas 600, el equivalente al trabajo de un mes. Cruz Roja tiene pendiente un 16% de la actividad quirúrgica pactada para todo el año. De ahí que el ajuste sea más acuciante en sus quirófanos. De momento mantiene abiertas las cinco salas en horario de mañana, pero no con actividad completa. Por la tarde sólo funcionan entre dos y tres. No obstante, si el Sespa no incrementa la cifra de derivaciones y se mantiene en suscribirse a lo pactado, Cruz Roja no tendrá prácticamente nada que operar cuando arranque el mes de diciembre.
12,7 millones de euros
El convenio singular firmado con el Sespa en abril pasado señala que el centro concertado contará con un presupuesto de 12,7 millones para la realización de 6.568 operaciones (un volumen por debajo de la actividad real). También debe hacer 1.430 procesos de geriatría, 13.000 estudios citológicos, 15.013 controles de Sintrón y 15.500 mamografías. Este acuerdo se vio modificado en julio por el Sespa para aplicar la reducción de tarifas del 3,2%. Históricamente, y por demanda del propio Servicio de Salud, Cruz Roja solía realizar algo más de actividad quirúrgica, superando las 7.000 cirugías anuales. El pasado año hizo 7.162 operaciones, su máximo histórico.
El caso es que durante el último cuatrimestre del año era habitual que Cabueñes aumentara las derivaciones hacia Cruz Roja con el fin de rebajar sus listas de espera. Eso obligaba al hospital concertado a apurar su trabajo durante el año y poder hacer así frente a un incremento que entre 2004 y 2009 varió entre el 5 y el 8%. Pero el pasado mes de julio y a consecuencia de la crisis, la relación cambió. El Sespa ajustó sus derivaciones y trasladó a Cabueñes la actividad entendida como extraordinaria. Para equilibrar el ajuste, Cruz Roja intenta negociar algún envío más de pacientes de la red pública, incluso, de áreas sanitarias ajenas a Gijón. De momento, el Principado no ha dado contestación, en parte, porque el Hospital de Cabueñes tiene previsto incrementar su volumen de cirugías con la apertura de un nuevo quirófano, lo que contribuirá a reducir las actuales demoras quirúrgicas, que rondan los 68 días de media.
El temor de los trabajadores se centra, principalmente, para 2011. «El futuro de Cruz Roja es incierto. Este año ha podido hacer frente a los recortes, pero no creo que el próximo sea capaz de soportarlo», indica el comité de empresa.
De venta a ampliación
No es la primera vez que el centro concertado se enfrenta a una situación delicada. Ya en 2004, la ONG puso en venta el hospital gijonés. Cruz Roja pretendía desprenderse del centro hospitalario de la calle Uría y también de la unidad de hemodiálisis de Oviedo. La entidad buscaba dejar de regentar los diez centros sanitarios que aún conservaba entonces en España y que se ubicaban, además de en Asturias, en Vigo, Bilbao, San Sebastián, Irún, Burgos, Palma de Mallorca, Córdoba y Sevilla. La operación se paralizó por la presión del Principado y por el compromiso que adoptó el entonces Gobierno regional para garantizar la permanencia de Cruz Roja en Gijón. El acuerdo de viabilidad se cerró en noviembre de 2004, tras un año convulso y fue rubricado entre la entidad y el Principado en una reunión celebrada en Madrid al más alto nivel.
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