Y acabamos topetando con la fecha de los comicios autonómicos
El HUCA se demora
Los trabajos deberían finalizar este viernes, día 31. La UTE busca fijar nueva fecha de entrega para el verano mientras Gispasa no quiere pasar de marzo
La obra civil del HUCA no culminará en el plazo previsto. Las partes negocian una prórroga
26.12.10 – OVIEDO, En El Comercio.
En cinco días, los trabajos del HUCA deberían tocar a su fin. Al menos, eso es lo que dice el contrato de adjudicación, el que fue modificado tras el segundo sobrecoste y que fija para este viernes, 31 de diciembre, la finalización de la obra civil de La Cadellada. Pero no será así. El futuro Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no estará concluido para Nochevieja. Habrá que esperar unos meses más, pero todavía no se sabe cuántos.
Tal y como avanzó EL COMERCIO, la Unión Temporal de Empresas (UTE) negocia desde hace semanas una prórroga con el Principado. Las constructoras Sacyr, San José y Sánchez y Lago pretenden lograr un aplazamiento de seis meses, con el fin de entregar la obra en torno al verano. Pero Gispasa, empresa pública que gestiona el proyecto del HUCA, no quiere que el nuevo plazo se extienda más allá de marzo. Abril, a más tardar.
En medio de esta discusión existe un riesgo importante para las empresas adjudicatarias: la imposición de sanciones. El contrato de adjudicación es claro en este aspecto y establece multas de 90.000 euros por cada día de retraso injustificado en La Cadellada, cuyos trabajos se iniciaron el 7 de junio de 2005. Gispasa ya avanzó días atrás que si la UTE persistía en su empeño de demorar la obra hasta junio o julio, aplicaría el pliego de condiciones del proyecto, es decir, las temidas sanciones.
Las negociaciones entre las partes prosiguen. De hecho, no se detuvieron ni tan siquiera por Navidad. Mientras los trabajos se desarrollan de forma intensa a pie de obra, se espera que esta semana haya 'fumata blanca' sobre el nuevo plazo de entrega del futuro hospital.
El caso es que, aunque el Principado no lo diga abiertamente, el horizonte de La Cadellada, al menos en lo que a finalización de la obra civil se refiere, está marcado por las próximas elecciones autonómicas de mayo de 2011. El Gobierno regional quiere recepcionar el proyecto de construcción antes de los comicios. De ahí que ponga marzo o abril como fecha tope.
Sin embargo, la UTE asegura que aún queda mucho por hacer en la zona y que necesita más tiempo. Además, argumenta en su favor que gran parte del retraso no es responsabilidad suya, sino de la Administración regional e, incluso, local (en referencia al Ayuntamiento de Oviedo). Los problemas encontrados con el edificio del antiguo Psiquiátrico, que tendría que haber sido rehabilitado y que debido a su mal estado de conservación hubo que reconstruir en su totalidad, es el principal argumento de la UTE. También la demora para culminar las acometidas, cuya entrega de licencias se vio retrasada por parte del Ayuntamiento ovetense.
El psiquiátrico, muy retrasado
Pero, ¿cómo está actualmente La Cadellada? EL COMERCIO visitó esta semana la obra y pudo comprobar 'in situ' el estado de los trabajos del nuevo hospital. Un recorrido por el macrocomplejo en construcción deja entrever que aún quedan bastantes cosas por hacer y que es imposible entregar este viernes la obra, tal y como estaba previsto. Lo que más retraso acumula es el que está llamado a ser el edificio administrativo, el del antiguo Hospital Psiquiátrico (la imagen que aparece en este reportaje muestra lo poco avanzado que está). No obstante, los responsables del proyecto aseguran que la reconstrucción de este bloque de tres plantas «es lo más fácil de hacer y de terminar en poco tiempo».
También quedan por rematar varias zonas internas de consultas externas y del edificio de hospitalización, además de la urbanización externa. Restan trabajos, a su vez, en el área de docencia, donde ya se pueden ver concluidos los diez cubos donde estarán las aulas. Gispasa cifra en tres meses los trabajos pendientes, pero la UTE dice que necesita, al menos, otro medio año.
4.000 obreros
Desde que arrancaron los trabajos de La Cadellada, hace ya cinco años y medio, han pasado por la obra cerca de 4.000 obreros. El caso es que todo en el HUCA adquiere grandes dimensiones, incluidos los tajos. Lo mismo ocurre con su presupuesto de construcción, de casi 300 millones de euros (a lo que hay que sumar el de tecnología de 43 millones y el de mobiliario) y hasta el volumen de personas que va a recibir el centro sanitario al año: 4 millones. El futuro hospital está pensado para que perdure, al menos, un siglo. Su predecesor en el cargo sólo ha logrado llegar a la mitad de años de vida.
Camas de UVI de 24.000 euros y despachos sólo para jefes de servicio
26.12.10 - L. FONSECA | OVIEDO, en El Comercio.
Camas de UVI por 24.000 euros y escáneres que cuestan dos millones. El HUCA tendrá la tecnología más puntera, pero también, y en consecuencia, la más cara. Las plazas de UVI son un claro ejemplo. La Cadellada necesitará 79 camas para la unidad de vigilancia intensiva, pero sólo 20 serán de las más avanzadas (las de 24.000 euros). ¿Qué las hace tan costosas? Se trata de estructuras que pueden pesar al paciente sin que se baje de la cama. Se las denomina 'radiotransparentes' porque permiten practicar radiografías sin tener que movilizar al enfermo.
El HUCA será un hospital diferente. En la habitaciones habrá monitores de televisión adosados a la cabecera de la cama con una especie de brazo-grúa. Estos aparatos servirán de ordenador a médicos y enfermeros, que podrán consultar en ellos los datos clínicos del enfermo. Y el paciente podrá luego emplearlo como televisión (que será de pago, salvo en oncohematología y diálisis), para ver DVDs o para videconferencias, ya que llevará una webcam. Cada uno cuesta 3.000 euros. En La Cadellada habrá 1.043 monitores, cuya adjudicación se sacará a concurso.
En el HUCA la atención ambulatoria tendrá un gran peso. El objetivo es que cada vez un mayor número de pacientes se vaya a casa el mismo día que se opere. De los 36 quirófanos del nuevo hospital, cuatro serán para cirugía mayor ambulatoria. «El enfermo debe estar ingresado el menor tiempo posible», asegura el gerente, Mario González.
Además, en el futuro hospital sólo los jefes de servicio tendrán despacho. El resto de personal dispondrá de salas polivalentes, que valdrán como espacio de reuniones o de aula, si el caso lo requiere. La digitalización y la seguridad será otra de las claves. Al entrar a la zona ambulatoria, el paciente deberá introducir su tarjeta sanitaria en una especie de cajero automático para saber a dónde debe ir a consulta. Quienes queden ingresados llevarán una pulsera de lectura de códigos de barra, donde se cotejarán los tratamientos antes de que le sean suministrados.
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