Bernardo Fernández, Sosa Wagner, Sergio Marqués, Leopoldo Tolivar, Ramón Punset, Carlos Monasterio, Ignacio Villaverde, Ramón Durán y Emilio Huerta 'Triqui', coinciden en la validez del modelo autonómico
Larga vida al Estado de las Autonomías
Coincide la mayoría en la necesidad de que Estado garantice la igualdad en la prestación de los servicios básicos sea cual sea el territorio
Nueve expertos defienden la vigencia del modelo aunque observan anomalías «corregibles»
27.12.10 - JOSÉ ÁNGEL GARCÍA | GIJÓN, en El Comercio.
La crisis ha puesto al desnudo las dificultades de las administraciones para cuadrar sus números. Esta coyuntura ha sido aprovechada por algunos sectores políticos y sociales para poner en evidencia el Estado de las Autonomías, que ha sido el escenario sobre el que se ha construido durante las últimas tres décadas el desarrollo de España. Nueve expertos de ámbitos académicos, políticos y sindicales han sido consultados por EL COMERCIO para abordar un debate que para algunos no tiene fundamento. Reconocen que el modelo actual tiene deficiencias pero en ningún caso, coinciden, es motivo suficiente para dudar de su credibilidad y poner en tela de juicio su vigencia en el tiempo.
«Todo necesita adaptarse a la realidad de cada momento», resume el ex vicepresidente del Gobierno asturiano y actual presidente del Consejo Consultivo, Bernardo Fernández. En su opinión, el desarrollo del modelo ha sido «muy razonable» y recuerda que ha permitido mejorar la participación política de los ciudadanos y la prestación de los servicios públicos. «Eso no quiere decir que no se hayan manifestado ciertas disfunciones», advierte, mientras destaca la conveniencia de empezar a discutir sobre la capacidad de coordinación que debe corresponder al Estado para garantizar el sostenimiento de algunos servicios públicos.
Más explícito en su discurso en Francisco Sosa Wagner. El eurodiputado de UPyD pide mecanismos de «alta inspección» por parte del Estado en prestaciones como la educación o la sanidad «para garantizar la igualdad de todos los españoles», en la misma línea de lo que ya se está debatiendo en Europa respecto a los presupuestos de los países miembros. Lamenta la situación que se ha generado con «17 ’Estaditos’» que han llevado, asegura, a un «despilfarro» en una nación pequeña como España que ahora se revela como algo «desastroso».
Sergio Marqués, por su parte, cree que no falla el modelo pero sí quien lo gestiona. El ex presidente del Principado pone un ejemplo: «Si un Ayuntamiento tiene problemas económicos nadie piensa que deba desaparecer por ello», argumenta antes de reclamar de las administraciones autonómicas una respuesta «más adecuada». Pide, asimismo, que se establezcan «sistemas de control» dentro de un marco de juego general. «No estamos hablando de estados soberanos, sino de elementos que integran un estado soberano», precisa.
«No se puede sacralizar un modelo y pensar que hay otras tendencias más economicistas», reflexiona el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo Leopoldo Tolivar. No rechaza ninguna iniciativa que suponga racionalizar el gasto, pero cree que ese cambio debe producirse desde la serenidad y no en un contexto como el actual, marcado por la crisis. «Debemos saber si queremos un federalismo más eficiente o centralizar algún servicio», se pregunta Tolivar, que lamenta la «asimetría» del actual sistema autonómico. «Al permitir territorios feudales se quebró el modelo y se rompe cualquier derecho de igualdad», advierte. No obstante, pone sobre la mesa una referencia importante: la Constitución permite establecer líneas de armonización que no dejan de ser mecanismos de coordinación entre las comunidades. «El Estado debería reforzar esa posibilidad», reclama antes de pedir un consenso entre los territorios, pero también entre los dos grandes partidos.
En opinión del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo Ramón Punset, la sentencia del Constitucional sobre el ’Estatut’ estableció un antes y un después en el modelo. «Se ha reafirmado -explica- en su integridad el modelo de Estado autonómico, pero ha dejado claro que a los nacionalistas no les satisface porque quieren más». Aunque duda y mucho de que PSOE y PP se pongan de acuerdo sobre el futuro del modelo, considera «necesario» también abrir un periodo de reflexión sobre las virtudes y defectos del sistema. Ante las dos opciones que, a priori, se barajan, Punset advierte del sistema confederal que persiguen los nacionalistas frente a los defensores del modelo autonómico que, como él, abogar por perfeccionar los mecanismos existentes para ganar en eficacia. Ante aquellos que preconizan la necesidad de «recentralizar» algunos servicios, Punset lo tiene claro: «Volver al modelo unitario es totalmente utópico».
Es precisamente este planteamiento, hecho desde algunos sectores políticos, lo que causa sorpresa en algunas personas. Es el caso de Carlos Monasterio. Este catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Oviedo cree que es una «exageración» llamar debate a una propuesta que pone en tela de juicio el modelo de Estado autonómico. «Cuando hay una caída económica tan grave, todas las administraciones, incluidas las comunidades, lo notan, pero de ahí a decir que las autonomías son las culpables es un tremendismo que no se sostiene», afirma. Monasterio reconoce que se han hecho cosas mal y pone como ejemplo las inversiones de relumbrón «que nadie se ha parado a pensar su coste ni el gasto que supone su mantenimiento». Eso no significa, matiza, que se pueda plantear una vuelta atrás. Si bien aboga por cortar el excesivo gasto, cree que es necesario huir del populismo político. En este sentido, muestra su resignación por la sensación «desalentadora» que produce el bajo nivel político y critica la posibilidad de que se extienda el sistema de conciertos. «Si los territorios con rentas elevadas tienen privilegios fiscales eso sería una mala noticia para el resto», alerta.
Otro que hace una defensa a ultranza del modelo es Ignacio Villaverde. Este profesor de Derecho Constitucional cree que los ataques que se han producido «no tienen mucho fundamento» y pide que no se mida el sistema por sus «patologías». «El modelo -añade- ha permitido que haya un sistema administrativo más cercano al ciudadano y mejor adaptado a los contextos regionales». Sin embargo, admite que las estructuras descentralizadas son más caras, aunque también observa su aspecto positivo: «Hay un punto competitivo que hace que todos se tengan que espabilar más y el reparto de los recursos sea más eficiente», resume. Sobre la posibilidad de devolver competencias, Villaverde considera que el error fue del Estado al aceptar inicialmente la cesión a las comunidades. «Debería haber dicho que no porque las comunidades no tienen capacidad económica para asumir esas atribuciones», señala, al tiempo que critica la política del ’café para todos’, y advierte de que las condiciones de las autonomías no son las mismas ahora que cuando asumieron la gestión de estas transferencias.
Utilidad del modelo
El catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Oviedo Ramón Durán también echa la mirada atrás para resaltar la «utilidad» del modelo cuando se puso en marcha. «Apaciguó a los nacionalistas y sus reivindicaciones», explica. Sin embargo, tiene la sensación de que aquel proceso se ha «desbocado» con el paso del tiempo. Apunta a la «reiteración» de organismos de las distintas administraciones con las mismas funciones que hacen «inviable» el modelo como esta ahora mismo. «En España -apostilla- tenemos un sistema de competencias difusas y mantenemos a 3,5 millones de funcionarios». Además, advierte de que es necesario garantizar la igualdad entre los territorios, al igual que un sistema fiscal solidario. «O, de lo contrario, el sistema quiebra en su base», afirma. Aboga, igualmente, por la devolución de algunas competencias al Estado. Una iniciativa que, asegura, no significa «negar autonomía».
Desde la clase sindical, Emilio Huerta ’Triqui’ avala el modelo de las autonomías, aunque reconoce que ha existido cierto «descontrol» por parte de los gobiernos autonómicos. «En algunos casos se han convertido en reinos de taifas», afirma el ex secretario general de CC OO de Asturias. Critica, por ejemplo, la creación de «excesivos ’chiringuitos» que, en su opinión, «han engordado el gasto». Igual de lamentable es, a su juicio, que la derecha se quiera aprovechar para plantear un cambio del sistema. ’Triqui’ advierte de los riesgos que hay sobre la sostenibilidad de los servicios públicos para el futuro. «Viendo lo que pasó -resume- nunca hubiera traspasado la sanidad o la educación». La defensa del modelo es, por tanto, compartida por la mayoría, aunque todos advierten de los fallos de un sistema que debe resetearse ante los retos del futuro.
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