En el mundo de los ciegos
Por Pedro Luis Angosto en nuevatribuna.es
Cuando tenían dudas sobre el futuro, los antiguos griegos acudían a los oráculos para disuadirlas o confirmar los malos presagios. Algo parecido hicieron los romanos y luego los cristianos, hindúes, budistas y mahometanos con sus rezos y plegarias, en la seguridad siempre de que si el augurio era malo, las cosas andarían bien en la otra vida, que no es poco consuelo para quien lo tiene todo perdido en ésta y prefiere la resignación a la rebelión. ¡Bienaventurados los mansos...!. Hoy seguimos teniendo curas hasta en la sopa, la gente va menos a los templos, pero los templos siguen yendo a la gente a través de su enorme influencia mediática y de la predisposición de una parte de la población que disfruta confiando la educación de sus hijos al clero.(leer más)
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