Punto final al “patinazo” aleman ??

Alemania encuentra 20 días después en su propia soja el origen de la bacteria letal

Los restos de comida hallados en el cubo de la basura de una familia afectada parecen confirmar el origen del brote

11.06.11 - ENRIQUE MULLER, CORRESPONSAL | BERLÍN, El Comercio.

Las autoridades sanitarias y el propio Gobierno alemán aseguraron ayer que el causante de la epidemia de 'E. Coli' que ya ha provocado 32 muertos en el país, y uno más en Suecia, está en unos brotes de soja cultivados en una pequeña granja biológica de Bienenbüttell, en el estado de Baja Sajonia. El anuncio, «casi con toda seguridad», se hizo a media mañana y horas después llegó la confirmación definitiva. La bacteria letal fue hallada al fin en unas semillas de soja germinada, en el cubo de la basura de una familia de Renania con dos de sus miembros enfermos.

El sorprendente desenlace de la búsqueda que se había iniciado hace ya más de tres semanas convenció a las autoridades sanitarias, que decidieron levantar la alerta decretada hace 20 días -el 25 de mayo- contra el consumo de pepinos, lechugas y tomates crudos. La medida ha causado pérdidas multimillonarias a los agricultores de toda Europa, pero en especial a los de España y Alemania.

«Como una novela policiaca»

«Son los brotes de soja», sentenció en Berlín el presidente del instituto Robert Koch, Reinhard Burger. El organismo llegó a esa conclusión, a pesar de que ninguno de los análisis de las muestras de vegetales de la explotación de Bienenbüttel diera positivo. Burger ofreció detalles de lo sucedido en una conferencia de prensa en la que también participaron los responsables del Instituto Federal para la Evaluación de Riesgos y de la Oficina Federal para Protección del Consumidor.

Los expertos implicados en la 'cacería' de la bacteria letal llegaron a esa conclusión después de que un panel de los tres institutos vinculara a varios grupos de enfermos con 26 restaurantes y cafeterías que habían recibido productos de la granja de Bienenbüttel. Entre otros, figuraba el restaurante Kartoffel Keller, de Lübeck, donde 17 comensales contrajeron el 'mal de Hamburgo'.

«Fue como una novela policiaca en la que había que descubrir al asesino», comentó Helmut Tschiersky-Schöneburg, director de la Agencia de Evaluación de Riesgos, al describir el trabajo realizado por los inspectores sanitarios. «Estudiaron los menús, los ingredientes, revisaron las cuentas y fotografiaron diferentes comidas que mostraron a los enfermos», aclaró.

Los investigadores analizaron más de mil pruebas de brotes germinados en la explotación sospechosa. Ninguno dio positivo, pero el presidente del Instituto Robert Koch afirmó que la «cadena de indicios» hallada es de tal peso que estaban convencidos para identificar, «casi con toda seguridad», el origen del contagio. Horas después llegó la confirmación dentro de una bolsa de basura.

«Las personas que consumieron los productos de Bienenbüttel tuvieron nueve veces más probabilidades de padecer una diarrea sangrante que los demás afectados», insistió Burger. Nadie explicó cómo llegó la bacteria hasta la granja, una empresa que en más de 20 años, cuando inició la venta de brotes, nunca había tenido problemas.

Tras el espectacular anuncio avalado por los tres institutos involucrados en la investigación, los ministros de Sanidad, Daniel Bahr; y de Agricultura y Protección al Consumidor, Ilse Aigner, abandonaron el plenario del Bundestag para ofrecer una breve rueda de prensa en la que expresaron su «alivio» por el hallazgo y anunciaron que la epidemia está llegando a su fin. Aún así, no descartaron que vayan a producirse nuevas muertes, ante la certeza de que más de 700 personas se encuentran hospitalizadas por haber desarrollado el síndrome urémico hemolítico.

Las explicaciones también convencieron a la ministra de Agricultura, que por fin pudo trasladar un mensaje de tranquilidad a la población. «Los ciudadanos pueden volver a comer sin miedo pepinos, tomates y lechugas, siempre que guarden las debidas medidas de higiene», dijo. Sus compatriotas, en cambio, tendrán que acostumbrarse a una dieta sin brotes de soja. La granja de Bienenbüttel se ha clausurado y todos sus productos han desaparecido del mercado. Parece el fin de la epidemia, salvo que la letal 'E. Coli' también se oculte en otros productos.