Finalizó el XV Congreso nacional de Psiquiatría que congregó en Oviedo a más de dos mil psiquiatras desde el pasado martes
El enfermo mental sin adicciones no es violento, subrayan los psiquiatras Relevo de catedráticas: de Carmen Leal a Paz Portilla
«Las patologías directamente relacionadas con el tabaco son la principal causa de muerte entre los pacientes psiquiátricos», afirma Miguel Casas
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ, en La Nueva España
Sin consumir alcohol o drogas, las tasas de violencia de los enfermos mentales -contra sí mismos o contra los demás- no son superiores a las de la población general. Y si consumen dichas sustancias, sus eventuales conductas agresivas «son independientes de que tengan trastorno mental o no lo tengan».
Así lo subrayó ayer Josep Guardia, consultor senior en Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y vicepresidente del colectivo de especialistas Socidrogalcohol, durante una conferencia de prensa celebrada en el marco del XV Congreso Nacional de Psiquiatría. Este evento concluyó ayer después de congregar en Oviedo a más de dos mil psiquiatras desde el pasado martes.
Según el doctor Guardia, el abuso de alcohol y drogas «aumenta hasta siete veces» el riesgo de violencia entendida como homicidio, agresión física, agresión sexual (violación, coerción, abuso de menores, acoso sexual), amenazas ilegales, intimidación, robo, piromanía... Estos efectos agresivos originados por los «atracones» de bebidas también pueden tener o como destinatario al propio individuo en forma de accidentes, caídas, lesiones, autoagresiones y suicidio.
«Los enfermos mentales que no toman alcohol ni drogas no presentan comportamientos agresivos», indicó el especialista catalán, quien agregó: «La prevención eficaz de los comportamientos agresivos y del suicidio, en los enfermos mentales, requiere el tratamiento prolongado del abuso de alcohol y drogas». Según Guardia, la mayoría de los drogodependientes toma más de una sustancia. En ese colectivo, el alcohol es la segunda droga en el 90 por ciento de los casos.
De otra parte, Miguel Casas Brugué, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Valle de Hebrón y catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona, destacó que el tabaquismo «entre los pacientes psiquiátricos duplica al registrado entre la población general». Según el doctor Casas, los enfermos mentales que fuman cumplen peor el tratamiento, consumen con mayor frecuencia otras drogas y tienen mayor riesgo de suicidio. «Los psiquiatras deben mejorar el abordaje sistemático del tabaquismo como forma de entender la promoción de la salud mental», agregó.
El profesor Casas fue el encargado de moderar el simposio «Tabaco y psiquiatría: De la hipótesis de la automedicación al tabaquismo en la psicosis». El psiquiatra catalán destacó la preocupación de los especialistas «por las graves consecuencias que tiene el consumo de tabaco sobre nuestros pacientes, ya que las enfermedades directamente relacionadas con el tabaco son la principal causa de muerte entre los enfermos mentales». Con todo, Miguel Casas indicó que el tabaco puede tener efectos positivos para determinadas enfermedades psiquiátricas. Y atribuyó ciertos patrones de consumo no tanto a un «vicio» como a una especial «vulnerabilidad» cuyos efectos parecen verse paliados por ciertas sustancias.
Uno de los factores que obstaculizan la intervención de los médicos es el «tópico» de que los enfermos mentales no quieren ni pueden dejar de fumar, y que además empeorarán de su trastorno de base. «Hay suficientes evidencias científicas que demuestran la falsedad de estos argumentos», precisó el doctor Eugeni Bruguera, coordinador de la unidad de conductas adictivas del servicio de psiquiatría del Hospital Valle de Hebrón, quien agregó que «los pacientes psiquiátricos quieren dejar de fumar, pueden dejar de fumar y con una buena monitorización no sólo no empeoran sino que pueden mejorar».
En lo que sí parecen estar de acuerdo los expertos es en la evidencia de que la dependencia del tabaco es más intensa entre esta población, motivo por el cual los pacientes mentales van a necesitar una mayor ayuda que en el momento actual no se les presta.
Miguel Bernardo, director del programa «Esquizofrenia Clínic», del Hospital Clínico y de la Universidad de Barcelona, abordó la relación entre el cannabis y la esquizofrenia. «Se ha demostrado científicamente que el consumo habitual de cannabis adelanta dos años la aparición de la esquizofrenia», concluyó el profesor Bernardo, quien calificó de «incuestionable» la tesis según la cual «el consumo habitual de cannabis es un factor precipitante en las personas con esquizofrenia».
No sólo se ha demostrado -prosiguió- que el consumo habitual de cannabis anticipa la aparición de la enfermedad, sino que además «causa la aparición de psicosis en personas que no las hubieran padecido de no consumir esta sustancia, precipita la aparición de psicosis en individuos con una predisposición previa a padecerla y exacerba los trastornos psicóticos incrementando sus consecuencias sobre el paciente».
Otro efecto del cannabis consiste en que «provoca un peor pronóstico de la esquizofrenia, complica su tratamiento, se asocia a peores resultados del mismo y conlleva un mayor coste terapéutico». Una realidad, señaló Miguel Bernardo, que «está constatada en todos los países con un desarrollo económico y social semejante al nuestro, y para todas las etapas de la esquizofrenia, ya sea en su debut o en otras».
El Palacio de Congresos Ciudad de Oviedo escenificó ayer un histórico relevo en la psiquiatría española. La primera catedrática de la disciplina, Carmen Leal, de la Universidad de Valencia, recientemente jubilada, coincidió con Paz García-Portilla González, ya habilitada como catedrática por la Aneca y a la espera de que la Universidad de Oviedo saque su plaza. Durante muchos años, la profesora Leal fue la única catedrática de Psiquiatría de España. Paz García-Portilla (Gijón, 1962) asume en adelante este simbólico título. Ambas se encontraron en la ceremonia de clausura del XV Congreso Nacional de Psiquiatría, en la que se rindió homenaje a la valenciana por su trayectoria profesional. En la imagen, Carmen Leal, a la izquierda, y Paz García-Portilla.
Francisco Pascual, médico especializado en conductas adictivas, presentó los resultados de un estudio llevado a cabo en Valencia sobre el consumo de alcohol en los casos de violencia doméstica. Las principales conclusiones son las siguientes: 1) El 71,8% de los agresores consumía alcohol de forma habitual. 2) Entre las usuarias de la casa de acogida, sólo el 9% del total presentaba problemas de consumo de alcohol. 3) Entre los agresores, un 21,8% padecía problemas de consumo de cocaína y un 5,1% consumía cocaína y heroína.
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