No es necesario insistir: de esto sabemos, pero conviene que lo tengamos presente y más ahora
La sanidad busca oxígeno
IU y PSOE defienden un sistema público y equitativo mientras que el PP paga a centros privados
Foto: El nuevo HUCA con más sombras que luces en su futuro.
16/11/2011, en La Voz de Asturias.
Dentro del debate sobre la viabilidad y el futuro de los servicios públicos, la sanidad ocupa el centro de todas las preocupaciones; de las individuales, porque cualquier persona necesita a lo largo de su vida acudir alguna vez al médico, y de las colectivas, porque el sistema sanitario se lleva algo más de un tercio del presupuesto de las Administraciones. Un pilar aceptado hasta ahora por unanimidad en la sociedad española, se somete ahora al escrutinio de la crisis, a la escasez de recursos económicos y a los ajustes presupuestarios. La clave está en cómo mantener y mejorar la asistencia en un momento de recesión, y los programas electorales desvelan el rumbo que fija cada partido.
Esperanza Aguirre es el faro del PP en política sanitaria y para Foro Asturias la prioridad está en el dinero, en cómo conseguir más fondos, aunque apenas profundiza en cómo gastarlos. IU y PSOE, aunque con diferencias sustanciales, son los dos partidos que, en principio, parecen defender el sistema público como garantia asistencial y como herramienta de equidad del estado de bienestar. Resta por saber de qué recursos dispondrá realmente el Gobierno a partir del 21 de noviembre.
Una de las claves para el Principado estará en el nuevo HUCA. Este tema no está en los programas al ser un tema regional, aunque tiene claves que traspasan las fronteras regionales. Su inauguración, tras invertir casi 450 millones de euros, está en el aire. Foro Asturias dice que no tiene recursos para equiparlo y ponerlo a funcionar y el PSOE responde que ha dejado el dinero consignado. Incluso el Ministerio de Salud ha hecho un llamamiento a la cordura e insta a la apertura del centro, que será uno de los más modernos del país. También IU y el PP quieren que se desbloquee esta situación.
Bajo el microscopio Se pueden diseccionar los programas electorales de las cuatro fuerzas políticas en materia sanitaria. De sus propuestas se identifican sus prioridades.
La idea del PP es compartir la asistencia pública con los centros privados mediante convenios. No invierte en salud y paga a terceros para que presten en su lugar el servicio. El programa popular no cita expresamente a la presidenta de la Comunidad de Madrid ni sus polémicas medidas de ajuste, pero se reconoce su herencia. Así, en la página 113 de sus propuestas dice que podrán a disposición del paciente “todas las capacidades del sistema, estén donde estén”.
Esa política, ya esbozada con anterioridad en el terreno sanitario, quiere también la libre elección de médico, lo que supone que en la práctica el paciente elegirá quién le atiende, sin tener en cuenta la más mínima planificación ni el colapso del sistema que se puede producir. Quiere que el enfermo decida quién le atiende y además fomentar alianzas entre diferentes centros, lo que nuevamente recuerda a los acuerdos con los hospitales privados.
Hay algunas propuestas menos polémicas como la actualización de la prueba del MIR o mejorar la coordinación entre comunidades.
¿Qué dice por su parte el PSOE? La salud es un factor clave en la lucha contra la desigualdad. Esa es la filosofía con la que los socialistas elaboraron el apartado destinado a la sanidad en su programa. Su prioridad es continuar desarrollando “un sistema sanitario público, universal, gratuito y de calidad”. Deja claro explícitamente, algo que no hace el PP, el rechazo al copago de los servicios públicos sanitarios.
El PSOE propone fijar un nuevo catálogo de prestaciones común en todas las autonomías, eliminar las barreras de movilidad a través del territorio nacional y mejorar la accesibilidad, sobre todo en pacientes con escasa autonomía o en los crónicos.
Otra de sus prioridades es promover la atención socio-sanitaria, que el usuario no tenga que ir de un departamento a otro en busca de ayuda, al igual que se está haciendo en el resto de Europa. Y el PSOE pretende convertir a la Atención Primaria en la auténtica puerta de entrada a la red pública, con más autonomía, más capacidad resolutiva y menos burocracia. Se compromete incluso a que durante la próxima legislatura las autonomías destinen 3.000 millones de euros anuales procedentes de la mejora del sistema de financiación al pago de su deuda sanitaria.
“Público, universal, de calidad, integral, solidario y de equidad garantizada”. Ese es el sistema sanitario que quiere Izquierda Unida para todo el país. La coalición pretende acabar con la privatización encubierta de gobiernos como el de Aguirre y reivindica una sanidad libre del re-pago. Propone una financiación adicional del 1% del PIB, reformar el fondo de cohesión sanitario, ampliar el catálogo de coberturas o implantar un nuevo mapa de especialidades.
Foro, por su parte, exige un plan general de refinanciación del servicio de salud, “para no poner en peligro la calidad del sistema”. Quiere que se cree una central nacional de compra para abaratar el gasto en productos y un plan nacional de vacunación común para todas las regiones, además de adecuar la formación de los MIR y prestar especial atención a las enfermedades raras.
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