Nada, todo es fortuito y ya está no pasa nada.
Los dueños de Venturo XXI cierran sus dos empresas de cartografía en Extremadura
Los hermanos Coronado (en la foto) tienen en proceso de liquidación a Huso 29, matriz de la firma de El Entrego, y a Aticsa, que tenían 58 empleados
El Entrego, L. M. D., en La Nueva España
Los empresarios extremeños que promovieron la constitución de la compañía cartográfica Venturo XXI, ahora en proceso de liquidación, no sólo han dejado un reguero de trabajadores sin empleo en Asturias. Otras dos de sus empresas dedicadas a la topografía, Huso 29 -matriz de Venturo XXI- y Aticsa (Asistencia Técnica de Ingeniería Civil) han ido a la quiebra en Extremadura con 58 empleados al paro.
Las instalaciones de Aticsa en Extremadura permanecen cerradas y la empresa ya ha entrado en proceso de disolución. A principios de este año, la compañía adeudaba varias nóminas a sus 22 trabajadores. La compañía había llegado a contar con 45 en 2008. Las cifras de negocio de Aticsa se redujeron constantemente desde 2007, año en el que llegó a vender 3.257.558 euros realizando estudios y proyectos de ingeniería, vendiendo aparatos relacionados con el sector y asesorando a otras empresas. En 2010, estas ventas se redujeron hasta los 849.340 euros. Los únicos administradores de esta empresa eran José Antonio y Manuel Coronado Piñana, promotores de Venturo XXI.
El caso de Huso 29 es más grave aún. A principios de 2010, la empresa comenzó a despedir, de forma constante, a sus empleados, 36 a comienzos de ese ejercicio. Huso 29 se dedicaba al comercio de sistemas de fotogrametría, servicios informáticos y cartográficos, catastro y topografía, es decir, los mismos servicios que, en Asturias, ofertaba Venturo XXI. La firma llegó a tener 150 personas a sueldo en 2006, si bien el 85% eran eventuales. En 2008, aún tenía 120 trabajadores, un número, que, al igual que la cifra de negocio, disminuyó desde ese año, cuando vendieron casi 6,3 millones. En menos de dos años la gestión de la compañía hizo que prácticamente todos los empleados fuesen despedidos. A día de hoy, igual que Venturo XXI, se está a la espera de la liquidación definitiva de la compañía, que en Extremadura ha dejado un reguero de empresas y trabajadores impagados.
En el caso de Venturo XXI, la empresa llegó a tener más de un centenar de empleados, aunque cuando entró en concurso de acreedores contaba únicamente con 73, el mínimo imprescindible para no tener que devolver subvenciones que había recibido. Entre otras ayudas, la compañía obtuvo 1,2 millones de los fondos mineros y créditos «blandos» por valor de 2 millones. Además, el 49% de su capital social inicial, 2,5 millones, lo pusieron Hunosa a través de Sadim (21%), la Sociedad Regional de Promoción del Principado (21%), y Sodeco (7%). Los promotores privados, los hermanos Coronado, suscribieron el 51% restante.
Pese a la gran cantidad de puntos oscuros en la gestión de la compañía -como la compra por 380.000 euros de la sede de la compañía, que había sido arreglada con fondos públicos y tasado en más de un millón-, el pasado mes de septiembre el Juzgado de lo mercantil número 2 de Oviedo declaró «fortuito» el concurso de acreedores de Venturo XXI, lo que cerró las puertas a acciones judiciales por la vía penal contra los responsables de la firma. En los informes del administrador concursal y de la fiscalía, el primero declaró el concurso fortuito, mientras que el segunda veía indicios de «culpabilidad»
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