Sería incomprensible que Cajastur, habiendo colaborado en la compra del acelerador para el Centro Médico (sanidad privada), no hiciera lo mismo ahora para el nuevo HUCA (sanidad pública)
El Principado y Cajastur negocian la compra del robot quirúrgico Da Vinci para el HUCA
Sanidad busca financiación externa para evitar que el equipo se vea afectado por el plan de racionalización del futuro hospital
Cuesta cerca de dos millones de euros y permite realizar operaciones de altísima precisión
08.01.12 - LAURA FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.
El Principado y Cajastur negocian la compra del robot quirúrgico Da Vinci para el futuro Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El equipo está valorado en casi dos millones de euros y permite realizar intervenciones de altísima precisión, muchas de ellas inabordables para las manos y el pulso de un cirujano de carne y hueso. Los hospitales y centros sanitarios más punteros del país y del mundo disponen de este equipamiento o anhelan tenerlo. Actualmente, hay cerca de veinte de estos robots distribuidos en España. El primero se instaló en 2005 en la Fundación Puigvert, de Barcelona.
El futuro HUCA no quiere ser menos, pero el que hasta ahora estaba llamado a ser la estrella robótica de La Cadellada no las tiene todas consigo. El plan de racionalización puesto en marcha por el Gobierno regional para el nuevo hospital, unido a la decisión de la Consejería de Sanidad de dar marcha atrás con la robotización ideada para La Cadellada por los anteriores responsables, hace temer por su futuro. Según ha podido saber EL COMERCIO, el Principado busca financiación externa para la compra del Da Vinci. De salir adelante, esta fórmula permitiría que el ’cibercirujano’ no se caiga de la lista de la compra de equipos del HUCA. Las negociaciones, aún en sus inicios, se llevan a cabo con Cajastur. Ambas partes han confirmado que están en tratativas, pero apuntan que «todo está en fase muy temprana». La entidad financiera ya había mostrado su buena sintonía durante la pasada legislatura. Pero las conversaciones de entonces no llegaron a cuajar en un ningún acuerdo, por lo que el Da Vinci, cuya presencia en La Cadellada se dio siempre por segura, está ahora mismo en el aire. Se habló, incluso, de que haría fundamentalmente operaciones de urología y ginecología. Excepcionalmente, también de cardiología.
Caro de mantener
Al coste del robot, cifrado en más de 2 millones de euros, se une otra circunstancia a tener muy en cuenta en tiempos de crisis: su mantenimiento. «El mayor hándicap del Da Vinci no es su valor de compra sino lo que cuesta mantenerlo», apuntan fuentes consultadas. Este equipo de alta precisión exige el recambio de buena parte de sus piezas después de cada intervención quirúrgica. «Es un instrumental ciertamente caro, lo que hace que muchos hospitales sopesen muy mucho su adquisición», indicaron las mismas fuentes.
El Da Vinci ha puesto el inicio de la cirugía robótica en España y en el mundo. Este robot nació con vocación militar, ya que su prototipo fue ideado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, que se valió para ello del laboratorio de alta tecnología de Silicon Valley. Esto tuvo lugar en la década de 1980 y sus promotores pensaron en diseñar un robot-cirujano que pudiera operar a distancia en las zonas en conflicto. Al final, el Da Vinci no cuajó para los hospitales militares que se montan en los campos de batalla. Años después, una compañía privada de California, Surgical System, adquirió el diseño y decidió darle un uso civil.
El caso es que el Da Vinci no pestañea ni le tiembla el pulso en el quirófano. No suda en medio de una intervención complicada y además puede ver en tres dimensiones. Tiene una precisión milimétrica y hace todo esto sin esfuerzo alguno, sin siquiera respirar. Es el cibercirujano, el álter ego en metálico de todo médico amante del bisturí.
Cuatro brazos metálicos
El robot dispone de cuatro brazos metálicos que se encargan de reproducir los movimientos del cirujano, que lo dirige desde una especie de consola, semejante a una máquina recreativa. Una de las varillas del Da Vinci lleva cámara incorporada, que proporcionan al médico una visión tridimensional del interior del enfermo. «Es como meter la cabeza dentro del cuerpo del paciente», explican quienes han operado con este ciberayudante. Pese a su precisión, no reemplazará al cirujano. De hecho, el robot se encarga de traducir los impulsos de los mandos dirigidos por el médico en suaves y precisos movimientos.
Los instrumentos del Da Vinci reproducen la movilidad de la mano en el interior del paciente y lo hacen eliminando cualquier temblor y aumentando la precisión mediante un factor de escala. Un movimiento de 5 centímetros en la mano de un cirujano se convierte en un movimiento de 1 centímetro cuando pasa a través del robot.
Alquiler de locales comerciales y de cafeterías
08.01.12 – El Comercio.
El nuevo HUCA prevé obtener ingresos económicos derivados de actividades que poco tienen que ver con la sanidad y la práctica de la medicina. Actualmente, la Consejería de Sanidad del Principado está evaluando la cuantía que se podría obtener del alquiler y la concesión de cafeterías y locales comerciales que se instalen dentro del propio recinto hospitalario de La Cadellada. No se trata algo estrictamente novedoso. Los anteriores responsables del HUCA ya habían barajado esa alternativa. De hecho, la zona del atrio, un espacio que se ubica entre el edificio de consultas externas y el de hospitalización, tiene reservada un área para uso comercial. La idea que se manejaba era permitir la apertura de comercios y locales de ocio para que quienes acudan al HUCA (visitantes, enfermos que van a consulta...) tuvieran un espacio para distenderse. Se baraja, incluso, la posibilidad de abrir una guardería. Los ingresos que se prevén por la explotación del área comercial no son «nada desdeñables», adelantó días atrás en la Junta General del Principado el consejero de Sanidad, José María Navia-Osorio.
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