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Real como la vida misma…

Real como la vida misma…

«Siempre lo tenemos que pagar los mismos»

Cintia Herrero. Enfermera en Valencia

08.01.12 – El Comercio.

Cintia Herrero (Tarragona, 1964) se considera afortunada por partida doble. Por ser funcionaria, con un trabajo 'seguro' (que se lo digan a los griegos), y por ayudar a los demás. Enfermera de pediatría en un centro de salud de Valencia, allí también 'atiende' a los padres. Cintia cada vez detecta más en los ojos de sus pacientes que están sin trabajo, sin casa...

Tiene dos hijos de 16 y 20 años. Y está casada. Su marido es empleado de banca. «¡A él no le han bajado el sueldo!, aunque no sé si esto es bueno decirlo», ríe Cintia. En su horizonte, congelación salarial (otra) y subida del IRPF (otro). Y entre los funcionarios de Sanidad también hay mileuristas. «¡Los celadores no llegan ni a eso! A los funcionarios nos miran con envidia pero, oye, yo no me pegué los caprichos de otros cuando todo iba bien, y mi trabajo me ha costado la plaza». A 2012 no le pide poco: «Que mis dos hijos tengan un porvenir por lo menos como el mío».

«Virgencita, virgencita, que me quede como estoy»

Óscar Martínez. Bombero en Logroño

08.01.12 – El Comercio.

Los expertos entienden que la clase media se sustenta sobre dos pilares: trabajo seguro y capacidad para endeudarse. Lo primero, ni los funcionarios lo tienen ya garantizado. «Virgencita, virgencita, que me quede como estoy», desea el bombero conductor Óscar Martínez (Logroño, 1973), con plaza en el Ayuntamiento riojano. Pero lleva dos años con el salario congelado. Y 2012, otro más. «Ya nos lo veíamos venir. Lo que pasa es que más que congelación, con la subida del IRPF (a él le aumenta un 3%) y del IBI, al final nos bajan el sueldo. Y de esta manera, el consumo se va a resentir...».

Casado, con su mujer (dependienta) en paro y un niño de 15 meses que no va a la guardería, reconoce que recortan gastos, «pero sin agobios». De vacaciones, una vez al año en lugar de dos. Menos salidas a cenar fuera. En vez de un cochazo cuando creció la familia, otro de gama media: un Peugeot 2008. Y con la 'holgura' de tener una casa comprada en 2001, antes del 'boom' inmobiliario. «La hipoteca no llega a 400 euros, pero ahora, el palo del IBI...».

Palpa la crisis en su trabajo diario como bombero. Sobre todo por la caída de las urgencias. «Se nota que la gente está más en casa y no se menea tanto, y así hay menos accidentes, menos incendios». También lo aprecia en el gesto apesadumbrado y tenso de los afectados por siniestros que no han podido pagarse un seguro.

Óscar tiene algo de visionario. Aunque con la que cae es fácil no errar. Hablaba de subida de impuestos antes de que el Gobierno lo anunciara: «Lo de la congelación lo teníamos asumido». Sus planes de futuro, como el de aumentar la familia, tienen que esperar. «Otro hijo, quizás más adelante. Si los salarios se mantienen, si mi mujer encuentra trabajo». Si, si, si... Por ahora, en el horizonte cercano tiene un incremento de sus horas de trabajo para conseguir más productividad. Luego, Dios dirá. «Espero que vengan tiempos mejores. O que nos quedemos como estamos, que no es poco».

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