Jorge Rivero, director de cine mierense, prepara un trabajo del que forman parte las movilizaciones en la minería...

«La minería muestra la cara más significativa de la indignación del país»

El cineasta mierense vive estos días entre Grecia y las cuencas mineras para reflejar la crisis que vivimos, en ’El rapto de Europa’.

11.06.12 - ALBERTO PIQUERO, MIERES, en El Comercio.

De la generación que nació al borde de la democracia, Jorge Rivero (Mieres, 1975) fue uno de los alumnos que asistieron a la Escuela de Cinematografía que en los años 90 se hizo un sitio en la Universidad de Oviedo. Duró poco aquella estimulante experiencia académica, pero las cartas estaban echadas. Quizás ya desde que el ganador por dos veces de los Premios ArteNalón -con cortomertrajes que llevaron por título ’Nenyure’ y ’La presa’-, acudiera por primera vez a una sala cinematográfica, justo para ver, según recuerda, ’101 dálmatas’. A estas alturas de la proyección, los dibujos animados se han desencuadernado. O han entrado en crisis. Y Jorge Rivero prepara su próximo trabajo, ’El rapto de Europa’, midiendo con imágenes capturadas en Atenas y en las movilizaciones mineras asturianas el alcance de la conmoción que hoy tiene en vilo al mundo. Esta semana regresa a Grecia para completar su visión de los acontecimientos que nos cercan, tras ocupar primera fila en las carreteras asturianas cortadas por barricadas.

-Ha ido alternando cortometrajes de creación pura con documentales. ¿Hay mucha diferencia entre unos y otros?

-En algunos casos, yo creo que no. Ahora, los documentales suelen ser muy creativos, aunque sigan siendo menos populares que las creaciones de la ficción. En ambos casos, se requiere un punto de vista personal.

-¿Mieres es importante para concebir sus ideas cinematográficas? Se lo pregunto pensando en una de sus primeras obras, ’¿Yes de Mieres?’

-En realidad, la primera obra fue ’De puertas hacia fuera’, en la que trataba el tema de la reinserción de los presos. Pero, sí, Mieres es importante y siempre está presente en cierto modo. Me preocupa lo que tiene que ver con la identidad, con el espacio que ocupamos y las gentes que nos rodean.

-Su anterior documental fue ’La presa’, que ha tenido una gran acogida en diversos festivales internacionales, en el que se asoma al embalse de Grandas de Salime y al mural de Vaquero Turcios. ¿Cómo surgió la idea?

-Estaba preparando un reportaje sobre el Camino de Santiago cuando me encontré con ese paisaje alucinante. Guarda relación con lo que decía acerca de la identidad, sobre épocas que desaparecen y objetos que permanecen, la memoria y el olvido.

Enseñanza o talento

-¿Las escuelas de cinematografía enseñan a hacer películas o es indispensable el talento?

-La experiencia que yo viví en la Universidad de Oviedo, que fue una iniciativa de las profesoras Magdalena Cueto y Lola Salvador, resultó muy fructífera. Se creó un semillero del que surgieron nombres como el de Tom Fernández, Sergio Sánchez, Sergio Guardado, Marc Vigil, Diego Taboada y Carlos Navarro. Todo influye. La inquietud y el talento son ingredientes necesarios, pero también tener una base técnica. Y, sobre todo, comprender que el cine es un trabajo de equipo.

-Yendo al presente, ¿qué tal ha sido la primera etapa en Grecia del rodaje de ’El rapto de Europa’?

-Grecia tiene un protagonismo fundamental. Es la cuna de nuestra civilización y hablar de política es referirse a una palabra de raíz griega. Lo que he visto es un país de contrastes, con diez millones de habitantes, de los que la mitad viven en Atenas, administrativamente mal organizado, en el que junto a los turistas de alto nivel, hay gentes durmiendo en las calles. La crisis está en boca de todos y a ellos les gusta debatir. No ven soluciones inmediatas. Yo creo que la supervivencia de Europa se juega en Grecia.

-¿Y respecto a la movilización minera asturiana?

-Estoy en la fase de construcción del discurso, acudiendo a las movilizaciones, haciendo entrevistas. Es evidente que la minería muestra la cara más significativa de la indignación que tiene todo el país. Por lo demás, es un sector estratégico y, en todo caso, resulta indispensable que se acometa una verdadera reconversión. Como en el cine, también necesitamos ideas y talento.

Una mirada muy atenta a la realidad

En la propia consideración que Jorge Rivero establece entre ficción y documentales, que observa como géneros muy próximos, acaso se pueda advertir su compromiso a la manera de retratista de la realidad. Así, su filmografía se enraiza en su localidad natal mierense en obras como ’Nenyure’ o investiga el paso del tiempo con ’La presa’, que ha sido aplaudida por igual en Brasil, Japón, Italia, Rusia y Bulgaria. Ahora examina la crisis que nos circunda. Tal vez logre que podamos comprender lo incomprensible.