Ayer fue la 2ª etapa de la marcha minera
"Subimos Pajares como voladores"
La segunda jornada de la marcha del carbón partió de Campomanes con la coronación del puerto como meta
23.06.12 – El Comercio.
Les sobra fuerza. La segunda etapa de la marcha del carbón comenzó a las nueve y diez de la mañana desde la altura del bar El Ave, en Campomanes, y poco más de dos horas después ya habían llegado al pueblo de Pajares, con una pequeña parada intermedia para el avituallamiento en Puente de los Fierros. “Vamos como voladores”, dijo en plena ascensión Víctor Luis Pérez, uno de los ochenta mineros que forman la columna asturiana de la marcha del carbón y que hoy cuenta con importantes refuerzos de compañeros y amigos que han decidido realizar también la marcha.
Los primeros kilómetros de la segunda etapa, considerada una de las más duras del trayecto hasta Madrid, están resultando más livianos de lo esperado. En el pueblo de Pajares pararon para descansar y tomar un respiro antes de afrontar la segunda fase de la ascensión, la más difícil de la jornada con rampas de hasta el 17% de desnivel. Y aún peor que la subida física está la subida de las temperaturas y “el sol a plomo que ya empieza a apretar”, según señaló Víctor Luis Pérez.
Los mineros partieron de Campomanes “con más ánimo aún que el día anterior” pero con una cierta prevención ante “lo que nos espera, que ya empieza a ser muy serio”, según dijo a la salida Alicia Andrés Ferrera, una minera que trabaja en el embarque del pozo María Luisa, en Ciaño, y que es una de las cuatro mujeres que participa en la marcha.
Los responsables de las federaciones sindicales convocantes de la movilización estuvieron en la salida y volvieron a pedir al ministro de Industria, José Manuel Soria, que convoque a la Mesa del Carbón cuanto antes para desbloquear el conflicto. El secretario general del SOMA-Fitag-UGT, José Ángel Fernández Villa, criticó al ministro y al Gobierno de Aznar por “tratar de confundir a la opinión pública”. Según dijo, “uno puede tener posiciones políticas discrepantes, pero lo que no se puede es crear una situación nociva a través del engaño y de la mentira para provocar confusión en la opinión pública y en los trabajadores”. Soria reiteró ayer que no hay más dinero para el carbón durante una rueda de prensa en la que anunció que destinará 1.800 millones en los próximos cuatro años en un plan para promociona el turismo. También aseguró que “el sector del carbón es el que cuenta con más recursos de toda España”. Fernández Villa respondió que “no se puede convertir a España en un país única y exclusivamente de servicios mientras se desmantela la industria”.
El responsable de la Federación de Industria y Energía de Comisiones Obreras (CC OO), José Luis Villares, señaló, por su parte, que “respetamos que otros sectores tengan su parte en los presupuestos generales del Estado y el turismo debe tenerla, pero la minería es un sector estratégico y el carbón va a seguir utilizándose por las centrales térmicas de este país durante al menos los próximos 30 años”. Villares pidió que “ante todo el ministro debe darnos al carbón lo que está firmado y pactado”.
A toda mecha por Pajares
Los mineros imprimieron un fuerte ritmo a la caminata para superar las duras rampas del puerto entre Asturias y León en la segunda jornada y recibieron el apoyo de vecinos y conductores
Puerto de Pajares, Andrés VELASCO, en La Nueva España
La marcha del carbón vivió ayer una de las jornadas más simbólicas: superar el mítico puerto de Pajares, el paso natural de Asturias hacia la meseta castellana. Los mineros, como en su día José Manuel Fuente «El Tarangu», apretaron los dientes en las rampas más duras y metieron riñones para superar la cumbre. Toda una metáfora para alcanzar el objetivo de llegar a Madrid y, sobre todo, conseguir que el Gobierno retire el recorte de las ayudas al sector y garantice la supervivencia del sector.
Pasadas las nueve de la mañana, los trabajadores se ponían en ruta desde la localidad lenense de Campomanes, donde ayer concluyó la primera etapa. Por delante, tres kilómetros hasta comenzar la subida del puerto y otros doce hasta la cima. Las duras rampas del mítico Pajares acercaron en esta ocasión a los mineros asturianos y leoneses, que se unirán mañana en La Robla. A pesar del cansancio de las últimas horas de caminata y con el sol picando sobre las espaldas y las cabezas, los mineros coronaron el puerto.
El apoyo de vecinos y conductores fue constante desde los primeros kilómetros. Casas con banderas y pancartas de apoyo y sus habitantes aplaudiendo a cada paso, con emoción, pues son conscientes de que no solo defienden sus empleos, sino unos territorios y su futuro, tan negro a día de hoy como el carbón que sale de sus minas.
Varios mineros visitaron la ambulancia para curar las primeras ampollas
Los mineros iban marchando a un fuerte ritmo. El ánimo se demostraba en cada zancada, pues a pesar de no tener prisa, el paso ligero que llevaban evidenciaba la energía y las ganas de culminar el reto. «A este paso llegamos pa comer a Madrid», bromeaba uno de los caminantes. El equipaje que llevaban ayer será el mismo que les acompañará durante todas las jornadas: camiseta negra o verde según el sindicato al que pertenezcan, casco o gorra, a elección de cada uno, calzado cómodo, y la mayoría de ellos, una vara que les servirá como apoyo físico durante la marcha, pues de respaldo moral irán bien servidos, como se demuestra por cada pueblo que pasan.
Tras casi tres horas, llegó el momento de una breve parada para comer. Quedaban todavía seis kilómetros, entre ellos las rampas más duras de la ascensión. Era el momento de realizar estiramientos, comer un bocadillo y algo de fruta, hablar con compañeros que se habían quedado rezagados y hacer alguna llamada a la familia para dar «el parte de la jornada». Algunos de los mineros también tenían las primeras heridas en los pies por el calor del asfalto. «Hay que hidratarse bien y cuidar mucho los pies», afirmaba uno de ellos, mientras a su lado un compañero se descalzaba. Otros se acercaban a la ambulancia para tratar las primeras ampollas antes de continuar. Con las fuerzas repuestas, los mineros volvían a la carretera, alentados por las decenas de vehículos que pasaban y que de forma cómplice hacían sonar sus bocinas como muestra de apoyo.
Y tras más de cuatro horas y media de dura subida, los mineros llegaban a la cima y traspasaban la frontera con León cantando el «Santa Bárbara bendita». Hoy, tercera etapa de 15 kilómetros, ya en un terreno llano, hasta Ciñera de Gordón.
Mujeres que dan tira
Las cuatro mineras que forman parte de la columna asturiana afrontan el reto con fuerza y afirman que van a luchar «por nuestros trabajos hasta dejarnos el aliento»
Puerto de Pajares, Andrés VELASCO, en La Nueva España
Cuatro eran los jinetes del Apocalipsis y también cuatro las primeras mujeres que participan en una marcha en defensa del carbón desde Asturias hasta Madrid. En las primeras reivindicaciones del sector de la minería, allá por los años 60, los pozos no eran lugar para las mujeres, pero con el paso de las décadas todo ha cambiado, y prueba de ello es la presencia de estas cuatro trabajadoras en la «marcha del carbón». Todas comparten el mismo ánimo y la misma fuerza por participar en la lucha minera, desde la más veterana a la más joven. Porque afirman que su futuro está en juego y que mejor manera que armarse de coraje para demostrar que a base de pelear todo es posible.
La idea de que estas cuatro valientes participasen en la marcha junto a sus compañeros surgió de forma natural: «Nosotras formamos parte de la empresa -las cuatro trabajan en Hunosa- y hay un colectivo de mujeres que trabajamos allí», relata Concepción Alonso, minera de 34 años, quien explica que, «a la hora de plantear quién iba a ir a la marcha, lo primero que hicieron los fue pedir voluntarios y, obviamente, como hay mujeres también queríamos estar y nos ofrecimos voluntarias». «Y ahora aquí estamos», secunda Ana Sánchez, «y vamos a seguir hasta el final».
A pesar de llevar dos días caminando, de momento van aguantando el tirón de sus compañeros de marcha. «Incluso dejamos a alguno atrás», bromea Ana Sánchez con sus compañeras durante la parada para comer. Eso sí, y aunque en el mismo tono camaradería, se muestran prudentes por lo que pueda pasar durante el resto del camino: «Veremos a ver cómo estamos cuando llevemos 16 o 17 días de caminata», asegura Shaila Hidalgo, de 32 años. La corrige Ana Sánchez, la mayor del grupo de mujeres, que a sus 45 años bromea con que «si no casca la paisanina, les demás tampoco».
Destacan, al igual que el resto de sus compañeros de marcha, el apoyo que les van brindando por la carretera. «Lo cierto es que sí que nos van dando muchos ánimos, no solo a nosotras por ser mujeres, sino a todos los que vamos en la marcha, porque entienden que nuestras reivindicaciones son justas y tienen empatía con lo que sucede», asegura la benjamina del grupo, Alicia Andrés de 26 años, que además confiesa la emoción que siente al ver a la gente en las cunetas aplaudiendo y dándoles ánimo: «Hubo un momento ayer -por el viernes, día de la salida de la marcha- que más que llorar no hice, veía a la gente que nos arropaba y cada dos pasos iba con la lágrima puesta». Los compañeros también son un apoyo fundamental para estas cuatro mineras: «Igual que en los centros de trabajo, nos tratan fenomenal, como a uno más, y van a muerte con nosotras».
Otro de las razones claves para que Ana, Concepción, Shaila y Alicia estén en la «marcha del carbón» han sido sus familias. «Nos apoyaron desde un primer momento, entendieron perfectamente que esta era nuestra lucha y, aunque con un poco de pena por despedirnos y tenernos fuera tantos días, saben que es lo mejor que podemos hacer», relata Ana Sánchez. Saben que será duro y esperan recibir durante las etapas alguna visita de los suyos. Eso sí, lo que tienen claro, como afirmaba Shaila Hidalgo es que «cuando volvamos de Madrid, lo seguro es que la familia va a estar ahí, pero el trabajo no se sabe, y por eso tenemos que luchar hasta dejarnos el aliento».
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