Y los recortes siguen viniendo del gobierno central aunque los apliquen las autonomías
Rajoy anuncia más recortes y exige a las regiones mayor esfuerzo contra el déficit
«Hemos hecho muchas cosas, pero ahora toca pisar el acelerador» de las nuevas reformas que «serán un hito en la modernización del país», afirma el presidente
Foto: El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, entre Esteban González-Pons, Javier Arenas y Carlos Floriano.
La Nueva España
Mariano Rajoy aseguró ayer ante la plana mayor del PP que ahora «toca pisar el acelerador» de las reformas, al tiempo que ha pedido a las regiones un «esfuerzo mayor» contra el déficit. Con estas palabras, el jefe del Ejecutivo anunció a los suyos que habrá más recortes y que se materializarán por la vía de los ajustes autonómicos. El anuncio del Presidente llega cuando su Gobierno cumple seis meses abrumado por un desgaste mucho mayor del previsto.
«Hemos hecho muchas cosas, pero ahora toca pisar el acelerador. Vamos a hacer más», dijo ante la junta directiva nacional en alusión a los recortes en sanidad y educación, las subidas de impuestos y el abaratamiento del despido. Rajoy anunció que las ambiciosas reformas estructurales que aprobará en el segundo semestre «serán un hito en la modernización del país».
Tras citar entre las reformas inmediatas la energética, la de la Administración, la de la unidad de mercado y la de los organismos reguladores, Rajoy recalcó rotundo que la reducción del déficit es un «objetivo capital» y advirtió a las autonomías de que deberán hacer «un esfuerzo mayor en los próximos meses» de cara a la reducción del déficit público, porque es «una obligación capital».
Rajoy indicó que la tarea inmediata será resolver los problemas de financiación que afectan a muchas instituciones y que la reducción del déficit debe comprometer a todas ellas y a las autonomías. El jefe del Gobierno expresó su preocupación por que el año pasado se gastaran 90.000 millones más de los que se ingresaron, apuntando que el problema es que habría que ir a pedir esa cantidad a los mercados y hoy «no estamos en condiciones si no damos un mensaje claro y nítido de que trabajamos por el equilibrio presupuestario».
Tras indicar que hay que producir mejor, ahorrar costes y reducir el exceso de reglamentación, Rajoy defendió la reforma laboral, o la ley de pago a los proveedores para dar una mayor inyección de liquidez. A su juicio, no es aceptable que haya administraciones que contraten con proveedores sin la garantía de pagar.
El Presidente indicó que el Gobierno ha abordado con transparencia y rigor una reforma en profundidad del sistema financiero que tiene como objetivo capital desatascar los canales de crédito a las familias y empresas a través de recuperación, por un lado, de la confianza de los mercados en la solvencia de las entidades problemáticas y, por otro, de la liquidez del conjunto del sistema.
«Hemos hecho un ejercicio de transparencia sin parangón», dijo sobre el diagnóstico de las entidades financieras hecho por auditores independientes. Según Mariano Rajoy, el apoyo de los socios europeos se traduce en un acuerdo de financiación en condiciones favorables a las entidades que lo necesiten, lo que incluirá un colchón de seguridad para el caso de que las condiciones económicas empeoren.
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Carlos E. Cué, Sevilla, en El País.
La estrategia parece clara: avisar y avisar de los recortes que vienen para dejar de hablar de los que ya ha hecho y de paso preparar la pista de aterrizaje a los próximos. Después del clarísimo éxito de la cumbre en Bruselas, Mariano Rajoy tiene claro que va a poder dar muy pocas buenas noticias. Y lleva semanas preparando a sus votantes, los que más le preocupan, para las malas. Este lunes, aunque de nuevo rehusó concretar, fue más claro que nunca: viene una oleada de recortes y subidas de impuestos, más dura incluso que la anterior.
En un discurso en Sevilla ante la Junta Directiva Nacional, televisado a la prensa y sin debate alguno —nadie intervino después de que él hablara y lanzara una nueva oda a Javier Arenas—, Rajoy planteó un panorama difícil: la recaudación fiscal se desploma, la crisis se agudiza y hay que seguir recortando para reducir el déficit.
Él no usa esa palabra. Siempre habla de reformas. Pero hasta ahora la mayoría de ellas han supuesto recortes y subidas de impuestos. Y es lo que viene en adelante. “Dijimos que este iba a ser un año muy difícil. No hay nada que nos haya sorprendido”, se ufanó el presidente.
“Hemos hecho muchas reformas. Pero ahora toca pisar el acelerador. Vamos a hacer mucho más. Sé que las circunstancias son complicadas, pero no hemos llegado aquí por mala suerte, sino porque no se han hecho las cosas bien. Y eso lo sabemos todos, incluso los que protestan por las medidas”.
La línea que se desprende de sus palabras no deja lugar a dudas: más recortes. No solo en lo que depende de Rajoy, la Administración central. También, y especialmente, en las autonomías, donde está casi todo el gasto social: “Las comunidades autónomas están haciendo un gran esfuerzo pero tendrán que hacer un esfuerzo mayor”. Los barones autonómicos aplaudían con entusiasmo los mensajes patrióticos del presidente, que este lunes lanzó muchos y muy trabajados sobre la capacidad de los españoles para hacer frente a las dificultades, pero cuando llegó este aviso clarísimo, los aplausos fueron mucho más tímidos, casi obligados. “Pido a todas las personas que están al frente de una Administración que no contraten nada que no tengan la seguridad de que pueden pagar”, remató.
El pastor Rajoy no para de anunciar que viene el lobo de las medidas difíciles. Pero esta vez parece que está cerca de verdad. Sus ministros se preparan ya para un mes de julio, y tal vez de agosto —con seguridad habrá algún Consejo de Ministros estival— con varios viernes de pasión, como se les llamó en la primera fase, en la que cada semana había un recorte nuevo.
Pese a que Rajoy lo niega en público, muchos en su Gobierno admiten en privado que la presión de los socios europeos es muy fuerte. Italia y España, apoyados por Francia, lograron un notable éxito en la cumbre, pero algunos nórdicos, en especial Finlandia y Holanda, aliados de Alemania, presionan para ganar la batalla en segunda vuelta. Rajoy está obligado, dicen los suyos, a lanzar señales como la subida del IVA, a la que se ha resistido. Y llegará con seguridad en julio. Pero habrá más: la reforma de la ley de dependencia, otras posibles subidas de impuestos, nuevas tasas, peajes, y las líneas básicas de los Presupuestos de 2013, que según apuntó el presidente serán muy duros. Todo, en pleno verano.
Rajoy dice que hace las cosas no por presión sino por convicción. Sobre todo los recortes. Pero es evidente que ni él ni buena parte de su Gobierno querían tocar el IVA, y se van a ver obligados a hacerlo. O la deducción por vivienda, o el copago farmacéutico, o el sueldo de los funcionarios. Todo llega bajo presión. De los mercados —la prima de riesgo bajó y volvió a subir este lunes hasta colocarse por encima de la Irlanda, un país rescatado—, del FMI, del BCE y de los socios europeos.
Tal vez por eso, porque Rajoy sabe que lo que va a hacer contradice casi todas sus promesas, está retrasando todo lo posible algunos recortes y subidas de impuestos y piensa anunciarlas en pleno periodo vacacional.
En cualquier caso, el presidente hizo una pausa en su agenda internacional —el acto empezó tarde porque estaba hablando con el vencedor de las elecciones mexicanas, Enrique Peña Nieto— para preocuparse de la política española y dar ánimos a los suyos. Para prometerles que sabe lo que hace y que España saldrá, pero sobre todo, para pedirles que se mojen apoyando al Gobierno.
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