Pasa el sexto día de encierro, se inicia el séptimo y hay enroque
La sanidad asturiana, al borde de la huelga
Los sindicatos rompen la negociación y el Principado insta a los sanitarios a «arrimar el hombro» y «dejar de hacer ruido»
04.09.2012 - AZAHARA VILLACORTA, OVIEDO, en El Comercio.
«Esto es una declaración de guerra en toda regla por parte del Gobierno asturiano, así que la decisión está prácticamente tomada». La frase del secretario general del Simpa, Antonio Matador, tras una reunión de la Sección de Atención Primaria del Sindicato Médico que se prolongó durante toda la mañana en la sede de la central, situó ayer a la sanidad asturiana prácticamente al borde la huelga.
Era la primera jornada en la que se hacía efectiva la ampliación del horario del personal sanitario de 35 a 37 horas y media y los facultativos hablaron de un día «caótico» en los hospitales y centros de salud de la región. «Con instrucciones verbales y no por escrito que quedaron al libre albedrío de cada director o gerente», resumió Matador, que denunció, además, la «manifiesta ilegalidad de pretender que quienes hicieron guardia el sábado, hasta las 8 de la mañana del domingo, trabajasen la mañana del lunes, lo que supone incumplir el descanso obligatorio de 36 horas establecido por la legislación de la Comunidad Europea y el Estatuto Marco del personal estatutario».
Y, si los ánimos estaban caldeados en la sede del Simpa, el conflicto se enconaba aún más en el otro epicentro de la protesta sindical que trae en jaque al Ejecutivo de Javier Fernández: las oficinas del Sespa.
Allí tuvo lugar a última hora de la mañana (y no a las diez como estaba inicialmente previsto) otra reunión «de cinco minutos escasos» entre la directora del Servicio de Salud del Principado, Celia Gómez, y los representantes de los trabajadores que cumplían su sexto día de encierro. Una cita que concluyó con las negociaciones iniciadas durante la noche del domingo completamente rotas después de entender las centrales que el Sespa «no ofrecía ninguna garantía para el empleo de cientos de eventuales».
«A partir de ahora, la gerente queda desautorizada para dialogar con nosotros y serán el presidente o el consejero de Sanidad quienes tendrán que tomar cartas en el asunto», amenazaba Alejandro González, de CC OO, arropado por Foro, UPyD e Izquierda Unida, que acudieron a su llamada para tratar de reconducir la batalla sanitaria en sede parlamentaria, y por un grupo de trabajadores sanitarios que acamparon frente a la sede del Sespa para mostrarles su apoyo antes de ser desalojados poco más tarde por agentes antidisturbios.
Casi a la misma hora, el titular de Sanidad del Principado, Francisco Blanco, comparecía para explicar los detalles de la prestación sanitaria a los inmigrantes sin papeles y tensaba todavía más la fina cuerda que lo une a los sanitarios negando el caos relatado por el Simpa y acusando a los facultativos de desarrollar una política «de titulares» y de «intentar imponer» sus planteamientos al Gobierno: «Yo no he visto ninguna alarma social».
«Los gerentes tienen las directrices claras» y «las órdenes verbales también son de obligado cumplimiento», recordó Blanco a los médicos, a los que instó a «dejar de hacer ruido», porque, de lo contrario, dijo, pondrán en peligro «la sostenibilidad del sistema sanitario y el empleo». Y porque, según alegó: «El ajuste en los gastos de personal es significativamente inferior al que correspondería si fuésemos neutrales: entre 13 y 17 millones frente a 60 o 70». Y lo mismo ocurre con el turno rotatorio, dijo, en el que «trabajarán 60 horas menos».
Así, enrocada cada parte en sus posiciones, fue para Blanco la última palabra: «No es momento de huelgas. Es momento de arrimar el hombro». Con oferta de retomar el diálogo y aviso final: «Lo que no podemos hacer son contrataciones eventuales que no necesitamos».
«No es momento de huelgas, sino de arrimar el hombro», afirma el consejero de Sanidad
El SIMPA anuncia una movilización «sincronizada» y «contundente»
Los sindicatos mantienen el encierro e inician una acampada ante el Sespa
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ
«No es el momento de hacer una huelga, sino de dialogar y de arrimar el hombro», afirmó ayer el consejero de Sanidad del Principado, Faustino Blanco, quien subrayó que su departamento ha aplicado el ajuste del gasto de la Administración regional del modo menos lesivo posible para los trabajadores sanitarios. «Si hubiéramos hecho una aplicación proporcional a la envergadura del capítulo de gasto en personal, tendríamos que recortar entre 60 y 70 millones, y sólo vamos a recortar entre 13 y 17 millones», subrayó Blanco en relación al núcleo del conflicto que está en marcha: la aplicación a la sanidad pública asturiana de la ampliación de la jornada laboral de 35 a 37,5 horas semanales.
Entre tanto, los sindicatos del sector sanitario censuraron el inmovilismo y el «desprecio» de las autoridades sanitarias en la mesa de negociación -la reunión de ayer duró «diez minutos escasos», explicaron- y comenzaron una búsqueda de apoyos entre los partidos con representación en la Junta General del Principado.
Las centrales decidieron mantener el encierro -que hoy cumple siete días- en la sede del Servicio de Salud del Principado (Sespa) y hoy comenzarán una acampada ante dicho edificio, en la ovetense plaza del Carbayón (en realidad, intentaron iniciarla ayer, pero la Policía Nacional frustró su propósito alegando que carecían de autorización para montar las tiendas). En paralelo, han convocado para las seis de la tarde de hoy una concentración ante el Sespa en la que «no descartamos anunciar nuevas medidas a nuestros compañeros si no vemos ningún punto de acercamiento a nuestra propuesta».
El Sindicato Médico (SIMPA) prosigue su estrategia por libre: mañana dará luz verde al programa de movilizaciones. Ayer anticipó en su página web que se tratará de «un bloque de presión sincronizado que se opondrá contundentemente a ciertas medidas que van directamente contra los médicos asturianos muy por encima de las medidas aprobadas por el Gobierno central».
Según el SIMPA, la pretensión de la Administración de suprimir las libranzas posteriores a las guardias -extremo que los médicos consideran absolutamente innegociable- vivió ayer un primer intento caracterizado por «la absoluta confusión que algunas gerencias se han encargado de generar en los profesionales», hasta el punto de «desinformar y malinterpretar el mal llamado acuerdo» aprobado la semana pasada por el Consejo de Gobierno del Principado. Sostiene el Sindicato Médico que las gerencias de las diversas áreas sanitarias «no tienen ni la más remota idea de qué hacer y quedará en manos del propio gerente el que hagas horas de guardia por la cara y/o añadir tardes, por ejemplo». Todo ello, apostilla el SIMPA, «mientras a otros sectores de la Administración se les da mano ancha para que se organicen a su libre albedrío (por ejemplo, media hora más al día)».
Los delegados sindicales encerrados en el Sespa (UGT, Comisiones Obreras, SATSE, USAE y Sicepa-Usipa) difundieron un comunicado a última hora de ayer en el que subrayan que su reivindicación consiste en que se modifique «el coeficiente bonificador del turno rotatorio, con dos objetivos: mantenimiento del empleo y de la calidad asistencial». Los representantes de los trabajadores enfatizan que «no estamos encerrados por la aplicación de las 37,5 horas semanales» y agregan que «no podemos entender por qué los trabajadores de la sanidad asturiana tenemos que tener un coeficiente más lesivo que el del resto de autonomías».
Según los sindicatos, en Asturias el personal de un centro sanitario que realice 42 noches al año trabajará 1.590 horas, 60 horas más que en el resto de comunidades autónomas. «¿Alguien nos lo puede explicar?», se preguntan en la nota. El consejero de Sanidad replicó que su departamento ha aumentado el coeficiente de aminoración de la jornada de los trabajadores a turnos.
Tras reunirse ayer con los sindicalistas encerrados, Ángel González, portavoz parlamentario de IU en la Junta General, achacó la situación de los trabajadores de la sanidad pública a las decisiones «casi aberrantes e inconstitucionales» del Gobierno de Rajoy. Aun así, González realizó «un llamamiento» al consejero de Sanidad del Principado «para que retome la negociación con los sindicatos y busque una solución», toda vez que, a su juicio, «la ampliación de jornada derivada del real decreto de Rajoy puede ser aplicada de formas muy diversas».
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